AETINAPE cumple 40 años partir de la unión de ´’vascos, andaluces, asturianos, cántabros, mediterráneos, canarios, baleares y gallegos hasta coincidir todos en la misma organización». Este acontecimiento histórico posibilitó que se alcanzase el reconocimiento social y político del colectivo marítimo-pesquero, puesto que hasta ese momento, al no existir un interlocutor único de nuestro colectivo, eran otros agentes ajenos a nuestros intereses quienes decidían por nosotros.
Desde el primer momento se plantearon ganar visibilidad y actuar como contrapoder de las élites que gobernaban el sector marítimo-pesquero, tanto desde las empresas como desde el estado, donde nos vimos las caras con los lobbies que proyectan su influencia sobre los funcionarios públicos para obtener beneficios fáciles.
»Siempre hemos jugado un papel indómito y revulsivo, estimulando transformaciones que no sólo afectaban al valor de nuestros títulos académicos y atribuciones profesionales, sino que se extendían a lo que podemos llamar calidad de vida en el mar, sin distinción de funciones, estamentos o niveles. Si en tierra todas las personas somos iguales, a bordo esa sensación de hermandad se refuerza hasta límites absolutos».
Si de algo están orgullosos en estas 4 décadas »es de nuestra insistente conciencia de reforzar la seguridad marítima. Siempre reclamando refuerzos para la formación de las tripulaciones y el equipamiento de los buques con los sistemas de navegación segura más avanzados. Siempre exigiendo rigor en los despachos, en las tripulaciones mínimas, en los descansos, en el reciclaje profesional, en la actualización de conocimientos en un sector que con el tiempo fue minimizando su accidentalidad».
Su impulso y participación en la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos da buena cuenta de un trabajo riguroso, profesional y siempre positivo para analizar las causas de los siniestros. Han logrado que se consideren fallecidas, en lugar de desaparecidas a las víctimas del mar, para facilitar el cobro de las pensiones de viudedad y orfandad y han colaborado en la resolución de apresamientos, abandonos de buques en el extranjero, acosos, extorsiones, encarcelamiento de marinos, naufragios, piratería, etc…, prestando apoyo a las familias y negociando con autoridades ayudas para los afectados.
Han defendido y apoyado a las tripulaciones y a la flota en muchos conflictos como la expulsión de la flota española del Banco Canario-Sahariano, de la flota congeladora española de Namibia, la guerra del fletán, las reivindicaciones del caladero de NAFO, así como intervenido en problemas con las flotas de Argentina, Irlanda, Francia, Marruecos o Mauritania, flota de arrastre del litoral, etc.
»Hemos demandado permanentemente la humanización del trabajo en el mar»
Hemos propuesto la creación y puesta en marcha del Dispositivo de Separación del Tráfico Marítimo de Fisterra, que protegió las vidas de miles de tripulantes que navegan y faenan en nuestro litoral.
Hemos promovido el adelanto de la jubilación para la gente del mar para compensar la penuria física y psicológica y su constante aislamiento a bordo, así como las condiciones de la vida familiar y social, muy condicionadas por largos períodos de ausencia.
Aetinape también impulsó la Ley de Ordenación de los Recursos Pesqueros a raíz de la denominada «guerra del fletán» un texto inspirado en los nuevos cánones europeos con la que se devuelve parcialmente la tranquilidad a los profesionales marítimo-pesqueros, que ahora comparten algunas responsabilidades con los armadores, que en muchas ocasiones condicionan el trabajo a bordo.
Hemos reclamado y promovido la reforma de las titulaciones marítimo-pesqueras y el aumento de atribuciones tanto en marina mercante como en pesca, en puente y en máquinas.
Hemos participado durante varios años como observadores en el Subcomité sobre Normas de Formación, Titulación y Guardia para la Gente del Mar de la Organización Marítima Internacional (OMI) con sede en Londres.
Hemos mantenido encuentros, entre otros muchos, con responsables políticos e institucionales, como Ministros y Consejeros de diferentes Gobiernos y Comunidades Autónomas de nuestro país, con Comisarios de Pesca de la UE y representantes de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo y del Congreso de los Diputados y de diferentes Parlamentos de las Comunidades Autónomas.
Como ven, toda una historia de cooperación, diálogo, negociación, crítica constructiva, independiente y necesaria para un sector de la economía que siempre —ahora también— necesitado de humanizarse, modernizarse y ponerse a la altura de los tiempos.
Y ya que hablamos de la actualidad, permítanme hacerles partícipes sólo de un tema que constantemente se invoca de manera perversa e interesada. El relacionado con la tan cacareada falta de relevo generacional.
Algunos empleadores utilizan la falsa y manida cantinela de la falta del relevo generacional…
El alumnado que finaliza su formación académica no encuentra fórmulas ni estímulos para acceder a la titulación profesional, debido a que no pueden enrolarse al carecer de la figura del alumno en prácticas, una vieja aspiración y también una promesa reiteradamente incumplida por parte de las distintas administraciones, que se encuentran en uno de esos bucles administrativos en los que no se atreven a avanzar.
En fin, me despido deseando 40 años más, al menos, para esta asociación profesional que hasta ahora ha sido bandera marítima de varias generaciones y desde ahora será lo que quieran las generaciones que vendrán a sucedernos.
Agradezco a todos y cada uno de vosotros el papel que habéis jugado hasta ahora, y deseo que en adelante mantengáis muy firme vuestro compromiso con la profesión y con el sector marítimo-pesquero y vuestra entrega a una profesión de la que, a pesar de todo, debemos sentirnos muy orgullosos.
Gracias, pasad unas buenas fiestas y gozad de todo lo bueno que la vida os depare.
