Arnulfo Franco ha sido elegido nuevo Director de la CIAT, la organización de gestión del atún en el Pacífico oriental, para lo que se espera que pueda trabajar de manera eficiente. Su experiencia profesional y larga trayectoria en la pesca del atún es un aval.

La Comisión Interamericana del Atún Tropical (Ciat) ha establecido mecanismos de protección de de esos ejemplares en el océano Pacífico oriental durante los años 2022-2024.

Las medidas, precisa el ente, son de obligatorio cumplimiento para todo nacional o extranjero a bordo de un buque que se dedique a la pesca, actividades relacionadas con la pesca o conexas y que opere en la zona del convenio.

De acuerdo con la disposición, solo los buques que cuenten con una licencia para realizar operaciones en la zona establecida y estén debidamente inscritos en el registro regional de embarcaciones de la Ciat podrán llevar a cabo esas actividades.

Al mismo tiempo advierte que quienes incumplan las regulaciones de conservación podrían recibir sanciones que van desde la suspensión de licencias hasta multas que superan los 1,2 millones de dólares.

España ha mostrado también su respaldo a la lucha por la conservación del atún atlántico y especies afines, así como su compromiso en el enfrentamiento a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Entidades como la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura(FAO) colaboran aquí con la realización de cursos de capacitación a inspectores y acompañan la implementación de una nueva Ley de Pesca y Acuicultura, además de la elaboración de su reglamento.

La OPP-7 de Burela tacha de manipulación, mentiras y demagogia la actuación por parte de un grupo de activistas de Greenpeace, que ha sustraído de forma totalmente abusiva e ilegal parte de las artes de pesca de uno de sus buques.

La actuación llevada a cabo por parte de la agrupación ecologista Greenpeace contra uno de sus buques «pone en evidencia las leyes del Derecho Internacional del Mar y en entredicho la defensa que desde la UE se hace de un buque comunitario que actúa dentro de toda la legalidad».

El ataque unilateral realizado por parte de Greenpeace a la flota europea «desprestigia totalmente el espíritu democrático y de libertad que promueven los socios y colaboradores de esta organización ecologista, y se pone a la altura de las actuaciones de grupos de «piratas» organizados que atentan en altamar contra la actividad de buques pesqueros y comerciales de la UE y que desgraciadamente se está denunciando de forma reiterada».

Según los profesionales de Burela «Nuestros buques son los primeros defensores de la actividad pesquera a través de unas buenas prácticas, respetuosas, legales y sostenibles dentro de todos los ámbitos, y que protejan nuestro medio marino, que a la postre es el que nos proporciona un medio de vida sustentable y el mejor alimento y proteína para dar a nuestra población mundial. Y denunciamos cualquier actividad ilegal que atente contra nuestro medioambiente, invitando a todas las partes a sumarse a esta consideración».

Asimismo mantienen que «todos los buques de la flota española faenan en zonas de pesca autorizadas, cumpliendo con los requerimientos acordados por los organismos internacionales y la Unión Europea. Por ello, instamos a denunciar las actuaciones unilaterales desproporcionadas y carentes de legalidad, como la que acaba de realizar Greenpeace, y solicitamos el amparo de la UE en la defensa de nuestros buques que realizan su actividad dentro de los más rigurosos estándares mundiales de control y regulación».

Nuestra flota desarrolla su actividad incluso por encima de los más estrictos controles que ordena la UE, registrando su actividad a través de programas de monitoreo y control, con los documentos y licencias reglamentarias que lo habilitan para ejercer la pesca en dicha zona.

La flota española de palangre de superficie, en la que se incluye el buque, ha desarrollado un programa de mejora de las pesquerías denominado FIP BLUES, con el que se lleva a cabo la gestión de la pesquería basándose en unas buenas prácticas medioambientales, sociales y económicas.

En este sentido los profesionales de Burela » trabaja cada día para mejorar la recopilación de datos científicos que contribuyan a un mejor entendimiento del medio marino, de los stocks y ayuden a tomar las decisiones correctas de ordenación de la propia actividad pesquera. También se llevan a cabo una formación continua de nuestros tripulantes, con cursos y talleres de mitigación de tortugas, aves y mamíferos marinos que ayudan a reducir la mortalidad de estas especies».

Finalmente solicitan a los medios de comunicación «su colaboración para desenmascarar la estrategia internacional llevada a cabo de manera continuada por ciertas ONG en contra de determinadas pesquerías, contrastando la información desvirtuada que llega procedente de estas organizaciones y que puede generar una gran repercusión e impacto negativo para toda la flota española y europea».

El Consello Galego de Pesca ha mostrado su total apoyo a los dos palangreros de superficie a los que la organización ecologista Greenpeace retiró 30,2 kilómetros de aparejos que tenían calados aguas internacionales del Atlántico norte para denunciar la falta de regulación del alta mar. El órgano en el que están representados los diferentes sectores y agentes de la pesca de Galicia suscribieron una declaración en defensa de la flota gallega ante lo que consideran un «acoso injustificado» por parte de las organizaciones ecologistas. También condenan los ataques sufridos por pesqueros que «faenan de forma legal respctando las normas pesqueiras internacionales y nacionales».

Fueron los barcos Segundo Ribel y el Siempre Perla —los espaderos a los que los ecologistas confiscaron los aparejos— para lo que apelan a la Comisión Europea y demás autoridades competentes para que tomen cartas en el asunto. Porque no es el primer boicot que sufren pesqueros gallegos que faena en aguas internacionales. Recuerdan que episodios como este y similares se vienen repitiendo desde hace años, en forma de pintadas en los barcos o con acciones dirigidas a entorpecer la actividad y que causan un «importante dano económico á frota afectada».

Por tanto, los miembros del Consello Galego de Pesca «tenemos que denunciar estas actuaciones que dañan la buena imagen y el buen nombre del sector pesquero gallego en su conjunto y que realiza una actividae responsable y respectuosa con el medio ambiente».

Abierta a aportaciones

La declaración estará abierta para su firma por los representantes del sector pesquero que quieren realizar aportaciones. Después, se enviará tanto a la Dirección General de Asuntos Marítimos (DG Mare), a la Agencia de Pesca de Vigo (EFCA) y a la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat).

La posición en defensa de la flota gallega se marcó en el transcurso de una sesión extraordinaria del Consello Galego de Pesca que fue convocada para constituir dos grupos de trabajo en el seno de la entidad. En primer caso, ara analizar la propuesta de la Comisión Europea sobre la creación de 87 zonas marítimas protegidas y, en el otro, estudiar el proyecto de Ley de Pesca Sostenible e Investigación Pesquera. Además, se designó a dos vocales para formar parte de la Rede, el nuevo consejo asesor científico de la Consellería do Mar.

Mientras el Puerto de Vilagarcía confirma que Greenpeace podrá, bajo ciertas condiciones, atracar el Rainbow Warrior en sus muelles para desarrollar el programa de actos asociado a su campaña Acción por el Clima –despertando una oleada de apoyo-, los armadores de palangre de superficie de Vigo (agrupados en Anapa y Arpoan) han irrumpido en la polémica posicionándose del lado del presidente de la Autoridad Portuaria viguesa, Enrique López Veiga, que en su día manifestó abiertamente a la organización ecologista que no era bienvenida en la ciudad por sus ataques al sector pesquero gallego.

Por más que la escala en Galicia del grupo conservacionista trata de llamar la atención sobre las consecuencias del cambio climático, en la ciudad olívica no le perdonan sus acciones hostiles hacia la flota gallega que faena en alta mar. De hecho, en el Puerto de Vigo se recibió la petición de atraque del Rainbow Warrior pocos días después de que un barco de A Guarda sufriese el acoso de los activistas cuando pescaba marraxo legalmente en aguas del Atlántico.

Archiv

Orpagu ha solicitado el amparo de la UE ante el acoso de Greenpeace y anuncia una querella criminal por la sustracción de sus aparejos.

Un barco de la Organización de Palangreros Guardeses ha vuelto a sufrir el hostigamiento de estos “ecologistas” y el hurto de parte de sus aparejos, pese a estar faenando legalmente en una zona autorizada. No es la primera vez que los barcos de la organización reciben el ataque de Greenpeace, que reconoce la legalidad de la actividad, pero critica su impacto en el mundo. Los barcos de Orpagu llevan a bordo observadores electrónicos y están permanentemente monitorizados, convirtiéndose en una de las flotas más reguladas del mundo, tanto por las exigencias de la UE como por las iniciativas que lleva a cabo la organización por voluntad propia. Orpagu es un ejemplo en el cumplimiento estricto de las
normas, como queda reflejado en los reconocimientos que recibe de numerosas organizaciones y administraciones.

En esta ocasión, Greenpeace ha dado un paso más en sus ataques a una flota y unos barcos que faenan de forma legal al sustraer parte del aparejo de un buque, como ellos mismos reconocen en un comunicado enviado esta mañana a los medios. Por ello, la
organización no sólo se dirigirá a la Comisión Europea para pedir su amparo ante estos ataques sin fundamento, sino que ya prepara una querella criminal, o el procedimiento que más se adecúe a este hecho delictivo, en cuya redacción ya está inmerso el equipo jurídico de la asociación.

Cámaras a bordo y permanentemente monitorizados

Frente a las falsas acusaciones de Greenpeace, Orpagu recuerda que todos sus barcos cuentan con observadores a bordo, gracias a un proyecto pionero que ellos mismos han impulsado en colaboración con el Gobierno de España y la Comisión Europea. El proyecto Obepal incluye cámaras en distintas zonas del barco para obtener todos los datos de la
actividad que realiza esta flota. Asimismo, los buques están permanentemente monitorizados por la caja azul, que indica dónde se encuentran faenando en cada momento por lo que es imposible pescar en áreas protegidas sin que las autoridades pesqueras tengan conocimiento de este hecho.Una vez más, la organización de A Guarda lamenta que Greenpeace realice este tipo de acciones contra la flota europea y no contra las
embarcaciones que realmente practican pesca ilegal (IUU), de sobra conocidas por los organismos que se dedican a combatir realmente esta actividad, que son las que realmente ocasionan un perjuicio al medio marino.

Orpagu, pese a no contar con el eco mediático de la organización ecologista, no ha parado de trabajar y desde su constitución hace 25 años ha destacado por su trabajo a favor de la sostenibilidad del recurso y del medio, cumpliendo siempre de forma escrupulosa con todas las normas que rigen las pesquerías de interés de sus barcos. De hecho, Orpagu fue seleccionada por la FAO como ejemplo para colaborar en una guía sobre responsabilidad social en la pesca, en cuya redacción sólo participaron dos organizaciones españolas y una de ellas fue la de A Guarda.
Además, destacan las actividades que realiza a lo largo del año en colaboración con distintas ONG’s que realmente sí se preocupan de incluir al sector pesquero en sus acciones de sostenibilidad. En esta línea también se enmarca su apuesta por utilizar combustibles o sistemas más ecológicos como es el caso de la Vela Rígida que lleva a modo de prueba uno de sus palangreros.
Por todo esto, las familias que conforman la Organización de Palangreros Guardeses solicitan a los medios que contrasten las informaciones facilitadas por Greenpeace antes de su publicación por el impacto que tienen sobre una flota respetuosa, legal y concienciada con la sostenibilidad como es la de Orpagu.