El Consello Galego de Pesca ha mostrado su total apoyo a los dos palangreros de superficie a los que la organización ecologista Greenpeace retiró 30,2 kilómetros de aparejos que tenían calados aguas internacionales del Atlántico norte para denunciar la falta de regulación del alta mar. El órgano en el que están representados los diferentes sectores y agentes de la pesca de Galicia suscribieron una declaración en defensa de la flota gallega ante lo que consideran un «acoso injustificado» por parte de las organizaciones ecologistas. También condenan los ataques sufridos por pesqueros que «faenan de forma legal respctando las normas pesqueiras internacionales y nacionales».
Fueron los barcos Segundo Ribel y el Siempre Perla —los espaderos a los que los ecologistas confiscaron los aparejos— para lo que apelan a la Comisión Europea y demás autoridades competentes para que tomen cartas en el asunto. Porque no es el primer boicot que sufren pesqueros gallegos que faena en aguas internacionales. Recuerdan que episodios como este y similares se vienen repitiendo desde hace años, en forma de pintadas en los barcos o con acciones dirigidas a entorpecer la actividad y que causan un «importante dano económico á frota afectada».
Por tanto, los miembros del Consello Galego de Pesca «tenemos que denunciar estas actuaciones que dañan la buena imagen y el buen nombre del sector pesquero gallego en su conjunto y que realiza una actividae responsable y respectuosa con el medio ambiente».
Abierta a aportaciones
La declaración estará abierta para su firma por los representantes del sector pesquero que quieren realizar aportaciones. Después, se enviará tanto a la Dirección General de Asuntos Marítimos (DG Mare), a la Agencia de Pesca de Vigo (EFCA) y a la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat).
La posición en defensa de la flota gallega se marcó en el transcurso de una sesión extraordinaria del Consello Galego de Pesca que fue convocada para constituir dos grupos de trabajo en el seno de la entidad. En primer caso, ara analizar la propuesta de la Comisión Europea sobre la creación de 87 zonas marítimas protegidas y, en el otro, estudiar el proyecto de Ley de Pesca Sostenible e Investigación Pesquera. Además, se designó a dos vocales para formar parte de la Rede, el nuevo consejo asesor científico de la Consellería do Mar.
Mientras el Puerto de Vilagarcía confirma que Greenpeace podrá, bajo ciertas condiciones, atracar el Rainbow Warrior en sus muelles para desarrollar el programa de actos asociado a su campaña Acción por el Clima –despertando una oleada de apoyo-, los armadores de palangre de superficie de Vigo (agrupados en Anapa y Arpoan) han irrumpido en la polémica posicionándose del lado del presidente de la Autoridad Portuaria viguesa, Enrique López Veiga, que en su día manifestó abiertamente a la organización ecologista que no era bienvenida en la ciudad por sus ataques al sector pesquero gallego.
Por más que la escala en Galicia del grupo conservacionista trata de llamar la atención sobre las consecuencias del cambio climático, en la ciudad olívica no le perdonan sus acciones hostiles hacia la flota gallega que faena en alta mar. De hecho, en el Puerto de Vigo se recibió la petición de atraque del Rainbow Warrior pocos días después de que un barco de A Guarda sufriese el acoso de los activistas cuando pescaba marraxo legalmente en aguas del Atlántico.
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