Como si se tratase de un virus, la inflación y el enfriamiento de los mercados a los pescadores de todo el mundo. Pesquerías estables ven como entran en el umbral de la inviabilidad.
La inflación galopante y el enfriamiento de los mercados están afectando duramente a los pescadores de langosta del mar de Canadá. A los seis días de la pesca en el Estrecho de Northumberland, en Canadá, algunos pescadores están recibiendo hasta un 40% menos que el año pasado por sus capturas. Una organización de pescadores afirma que esto no es rentable.
El ambiente en el muelle de Cap-Pelé no es ya de celebración. Los pescadores conocieron que obtendrán por la langosta esta temporada: entre 4,50 y 5,00 dólares por libra. El año pasado, en esta época, recibían 7 dólares por libra.
«Tenemos precios, pero no es fuerte. Dicen que está bloqueado en todas partes, que las langostas no se venden, esa es la razón», explica el capitán Guy Cormier. «Es un inconveniente, pero no vale la pena llorar por ello. Sólo sabremos cuánto hemos ganado cuando termine la temporada», añade filosóficamente el capitán Norbert Gaudet.
Con este precio, los capitanes están pescando con pérdidas, según el Sindicato Marítimo de Pescadores (MFU).
La organización está recibiendo llamadas de pescadores, a menudo nuevos en el sector, que temen ir a la quiebra si los precios no suben.
Es posible que las empresas pesqueras no lo consigan este año. A 4,50 o 5 dólares, estamos hablando de un precio que está por debajo del punto de equilibrio para una empresa pesquera», explica Luc LeBlanc, asesor de pesca de la MFU.
El Sindicato Marítimo de Pescadores estima que para que su negocio sea rentable, los pescadores necesitan obtener al menos 6 dólares por libra.
Se necesitan al menos 7 dólares para hacer funcionar los equipos que tenemos aquí. Todo sube, el combustible es más caro, el barro, los marineros, también hay que pagarles», dice el capitán Norbert Gaudet.
Sin embargo, la industria no está dispuesta a garantizar este precio.
Por desgracia, la esperanza no es lo que hace un mercado. Tenemos realidades comerciales con las que tenemos que lidiar. Todos queremos eso, quiero que los pescadores puedan ganarse bien la vida. Pero no hay ninguna garantía [de que los precios vayan a aumentar] y nos lo tomamos semana a semana», dice Nat Richard, director general de la Asociación de Procesadores Marítimos de Langosta.
El péndulo vuelve a oscilar tras una lucrativa pandemia
Los pescadores tuvieron años dorados durante la pandemia», dice Nat Richard. «El año pasado alcanzamos un máximo histórico de 3.200 millones de dólares en exportaciones. Toda la industria, desde el pescador hasta el procesador, se benefició y hubo una demanda increíble».
Desde Canadá reconocen que «el entorno económico ha cambiado y se ha vuelto mucho más sombrío en los últimos meses. Seguimos oyendo hablar del riesgo de recesión, conocemos el impacto que ha tenido Ucrania y estamos haciendo una lenta salida de COVID. El mercado está perdiendo impulso y se está debilitando. Así que si los mercados son más débiles, los precios pagados a los pescadores serán más bajos», dice Nat Richard.
Los precios de los pescados y mariscos frescos aumentaron un promedio de 13,5 por ciento por unidad en abril, más que el 12,1 por ciento que experimentaron en marzo . El precio promedio del pescado saltó a más de USD 10,00 (EUR 9,50) por unidad, un aumento del 20,9 por ciento, mientras que los precios de los mariscos frescos aumentaron un 2,3 por ciento, según descubrieron IRI y 210 Analytics.
Como respuesta potencial, las ventas de productos del mar frescos se desplomaron un 11,8 % a USD 493 millones (EUR 468 millones) en abril.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. Efeagro/Sergio Pérez
