El seminario “El sudoku de las certificaciones pesqueras”, promovido por la organización de armadores atuneros Opagac y centrado en el debate sobre la expansión de las eco-etiquetas para el pescado, ha buscado la clarificación de los estandars que vienen utilizando las empresas certificadoras.
La directora de proyectos de Opagac, Isadora Moniz, ha explicado el proyecto de los atuneros españoles, que aspiran a certificar todas sus capturas en tres océanos con el sello MSC (de pesca responsable).
La flota atunera también cuenta con el distintivo APR -de la entidad Aenor-, que avala especialmente el respeto a los derechos laborales.Moniz ha señalado que ya hay unos 60 barcos certificados -pertenecientes a armadores españoles- y entre 7 o 9 millones de latas de atún en los supermercados con distintivo de pesca responsable.
Los barcos vinculados a Opagac capturan cerca del 8 % de la pesca mundial del atún tropical, una especie con un mercado muy competitivo.
Moniz también ha recordado el proyecto de mejora de pesquerías, impulsado por los atuneros junto con la organización ecologista WWF en 2016, que busca potenciar buenas prácticas como el uso de dispositivos biodegradables, estudios para reducir la mortalidad de tiburones, rays y ballenas o para la liberación de fauna.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) prepara una guía práctica con recomendaciones para mejorar “las condiciones laborales” en toda la cadena de valor de la industria pesquera, del mar al consumidor.
Una guía sobre la responsabilidad social corporativa
La experta de la subdivisión de comercio pesquero de la FAO Mariana Toussaint ha explicado, en este seminario virtual, que este organismo prepara una guía que recopile “todos los instrumentos, recomendaciones y estándares que existen” para fomentar la responsabilidad social corporativa (RSC) en la pesca.
El objetivo del documento será “facilitar a todos los actores de la industria aplicar y mejorar las condiciones laborales, en toda la cadena (de producción pesquera), desde las redes al consumidor”, ha añadido Toussaint.
Toussaint ha apuntado el interés de los consumidores de todo el mundo por adquirir pescado “sostenible”, extraído de forma respetuosa con el estado de los caladeros.
Ha subrayado que esa tendencia ha crecido tanto en los países desarrollados como en las naciones en desarrollo.
Por el momento, las directrices de la FAO sobre eco-etiquetas de la pesca y acuicultura establecen que deben ser “voluntarias” y tener respaldo científico.
En relación a la coordinación de una guía de RSC sobre la pesca, en la que participan otros organismos de la ONU, ha detallado que la FAO presentó un borrador en 2019, que implica conocer la opinión de la industria, académicos y sindicatos, pero se “frenó” el proceso porque debían ser consultados los países.
Por ello, la FAO tiene previstas reuniones regionales para conseguir las aprobaciones nacionales.
Los atuneros certifican la pesca responsable en nueve millones de latas
Por su parte, la directora de proyectos de Opagac, Isadora Moniz, ha explicado el proyecto de los atuneros españoles, que aspiran a certificar todas sus capturas en tres océanos con el sello MSC (de pesca responsable).
La flota atunera también cuenta con el distintivo APR -de la entidad Aenor-, que avala especialmente el respeto a los derechos laborales.
Moniz ha señalado que ya hay unos 60 barcos certificados -pertenecientes a armadores españoles- y entre 7 o 9 millones de latas de atún en los supermercados con distintivo de pesca responsable.
Los barcos vinculados a Opagac capturan cerca del 8 % de la pesca mundial del atún tropical, una especie con un mercado muy competitivo.
Moniz también ha recordado el proyecto de mejora de pesquerías, impulsado por los atuneros junto con la organización ecologista WWF en 2016, que busca potenciar buenas prácticas como el uso de dispositivos biodegradables, estudios para reducir la mortalidad de tiburones, rays y ballenas o para la liberación de fauna.