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martes, diciembre 3, 2024
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Opmega rinde homenaje a sus pioneras a través de la bateeira Rosa Gallardo

La mujer siempre ha sido y es sujeto principal en la industria mejillonera gallega. Una de ellas, hasta que hace dos años se jubiló, era Rosa Victoria Gallardo Martínez, a quien la Organización de Productores de Mejillón de Galicia homenajea hoy, 8 de marzo, Día internacional de la Mujer, como símbolo de esa labor de las mujeres que han encontrado en las bateas el sustento a base de su duro trabajo. Esta muradana
ejerció de ‘bateeira’ durante décadas mientras criaba a sus cinco hijos.

Jubilada desde hace tres años, empresaria y madre de 5 hijos, Rosa Gallardo (Muros, 1945) encarna el espíritu deesas mujeres a las que el mar les dio una independencia
económica y una profesión que, aunque dura, fue su día a día durante casi 40 años.


Tenía más de 30 años cuando su marido se hizo con la concesión de dos bateas en la Ría de Muros y comenzó a ir con él a la mar. Recuerda aquellos tiempos como “duros pero también muy gratificantes”. Se levantaba prácticamente todos los días a las seis
de la mañana para salir a la batea y después, de vuelta a casa, “a cuidar de los niños, hacer la comida y esas cosas”.No era una profesión fácil la de bateeiro en aquellos años:“Subíamos las cuerdas a mano porque de aquella no había grúas y cada cuerda pesaba casi 200 kilos, Nada que ver con hoy en día, que es mucho más llevadero”.

Años más tarde, los hermanos mayores se hacían cargo de los más pequeños y eso aliviaba un poco la carga de trabajo. Una responsabilidad que recayó sobre ella cuando su marido no pudo seguir trabajando por problemas de salud y su hijo mayor tomó el relevo,


Ahora, jubilada desde hace dos años, camina todos los días a la playa “un kilómetro andando de ida y otro para volver” para quitar ese “mono de mar” que asegura tener desde que dejó la batea.
Rosa Gallardo, que maneja con soltura el móvil y sigue haciendo gala de ese mismo empuje con el que llevaba el negocio familiar, encarna a la perfección el espíritu emprendedor de numerosas mujeres que, sin ser lo habitual pero tampoco una excepción, salían a la mar en familia para cultivar el mejillón. Para Rosa, esta profesión le dio la oportunidad de valerse por sí mismo “y no pedirle nada a nadie”.
Por sus ojos han pasado años de historia del mejillón de Galicia. Y es por eso que en este Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la Organización de Productores de Mejillón de Galicia quiere homenajearla a ella como símbolo de todas esas madres, hermanase hijas que han hecho más grande esta profesión.

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