Empresas españolas buscan abrirse mercado en la industria de las algas aplicada a sectores como la energía, la alimentación o la industria cosmética, mediante el plan lanzado por la Comisión Europea (CE) para contribuir con esa actividad a la reconstrucción económica poscoronavirus.
Bruselas ha iniciado una “hoja de ruta”, con el lanzamiento de una consulta pública, para promover un sector de algas “fuerte y sostenible” como fuente de ingresos, materia prima alimentaria de valor y en línea con su Pacto Verde europeo.En España se recolectan unas 8.000 toneladas para comercialización como fertilizante, alimento u otros fines y existe una “tímida presencia” de empresas dedicadas a su cultivo.
A pesar de ello, el pasado viernes 15 de enero se reunieron representantes del sector pesquero artesanal de Andalucía con el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y quedó de manifiesto la carencia de un plan para hacer frente a la catástrofe mediambiental que supone para la costa de Tarifa, Algeciras y otros puntos de Cádiz, Málaga y Huelva, la proliferación del alga asiática (Rugulopterix Okemurae).Según fuentes del sector pesquero tarifeño, desde la Administración se cree la batalla ganada con la declaración de esta especie como «especie invasora», pero lo cierto es que sigue cubriendo gran parte del litoral y sobre todo, los fondos marinos del Estrecho de Gibraltar, sin que se aporten soluciones.En febrero 2021, va a tener lugar una reunión del Grupo de Trabajo Técnico Específico creado el 6 de septiembre de 2019, en el que estará presente la Junta de Andalucía, el representante de la Mesa de Alcaldes (Paco Ruiz Giráldez, alcalde de Tarifa), investigadores y el sector pesquero artesanal afectado. Algunos de los componentes de dicha Mesa volverán a abogar por iniciativas productivas que retiren arribazones de la costa valorizando un proceso costoso y necesario, que resultaría gratuíto para la Administración y un regalo para el ecosistema.Mientras todo esto sucede, la Asociación Algas del Estrecho espera una respuesta del Gobierno de España y de la Junta de Andalucíapara poder aprovechar los enormes arribazones que varan en la costa del Estrecho para producir zapatos con ELDAPLANT, ya que la catástrofe ambiental sigue su irremediable curso, provocando un cambio radical del ecosistema marino bentónico, y si no se remedia con el tiempo, también el pelágico.