Amarrado en el puerto de Burela luce con su imponente porte el megayate de lujo que apoyará a otro de superlujo, botado por Armón Burela. De la veintena en activo en el mundo concebidos como buque auxiliar o de servicio, solo hay dos con casco de catamarán. Ambos tienen sello gallego porque han sido construidos por Armón Burela. Después de meses de trabajo en sus gradas deslizó por las rampas de esos astilleros el Wayfinder, tocando mar por primera vez.
El buque mide 68,2 metros de eslora y 14 de manga, que cuenta con cuatro cubiertas y que su calado de 2,40 metros le permite navegar muy cerca de la costa. Ha sido proyectado y diseñado por la empresa australiana Incat Crowther, con asistencia técnica de la norteamericana YCTS, y el diseño interior es de la firma vasca Oliver Design.
No ha transcendido la propiedad del barco. Algunos le sitúan en los primeros puestos de la lista Forbes, la que incluye a los más ricos del mundo. Tal es el secreto que el catamarán salió del astillero sin nombre, rompiendo la norma habitual porque la botadura es su bautizo. La próxima primavera, cuando prevén entregarlo al armador, se verificará si se llama Wayfinder y si su puerto base es George Town, en las Islas Caimán.