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sábado, diciembre 13, 2025
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Cepesca ve el acuerdo de TAC y cuotas de 2026 como el “mejor resultado posible” para la flota española

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La patronal pesquera celebra el mantenimiento de los días de pesca en el Mediterráneo, advierte de luces y sombras en el Atlántico y agradece el papel negociador de España

La Confederación Española de Pesca (Cepesca) considera que el acuerdo sobre Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas para 2026 alcanzado esta madrugada en Bruselas representa “el mejor resultado posible” para la flota española en un contexto negociador “muy adverso”, marcado por propuestas iniciales de la Comisión Europea especialmente restrictivas y alejadas, a juicio del sector, de la realidad socioeconómica de la pesca.

La organización que representa al sector pesquero español destaca como principal punto positivo la situación en el Mediterráneo. Cepesca habla de “alivio” al constatar que no se han reducido los días de actividad ni se han incorporado nuevas medidas adicionales. El acuerdo permite mantener los 143 días de pesca de 2025, frente a la última propuesta comunitaria que planteaba rebajarlos a apenas 9,6 días de faena.

Tras varios años de ajustes acumulados, que han impactado de forma muy significativa en la viabilidad económica de la flota mediterránea, la patronal valora que el pacto aporte una cierta estabilidad, aunque sea provisional. En la misma línea, subraya el mantenimiento de las posibilidades de pesca de gamba roja en 708,3 toneladas —“insuficientes”, matiza— y resalta el compromiso expresado por el comisario europeo de Pesca y Océanos, Costas Kadis, de abrir una revisión del Reglamento que establece el plan plurianual para las pesquerías demersales del Mediterráneo occidental, un marco que el sector considera necesario adaptar mejor a la realidad biológica, económica y social de la zona.

El secretario general de Cepesca, Javier Garat, reconoce que “a los pescadores del Mediterráneo les hubiera gustado tener más días de pesca, porque además lo necesitan y lo merecen”, pero subraya que, dadas las circunstancias, “mantener los días actuales y sin nuevas medidas es un resultado muy relevante”.

Balance desigual en el Atlántico

En el Atlántico, Cepesca realiza un balance claramente desigual según las especies. Entre los aspectos positivos, la organización destaca las subidas de TAC en pesquerías de alto interés para la flota española, como el boquerón del Golfo de Cádiz, que aumenta un 60 %, la anchoa del Cantábrico Noroeste, con un incremento del 8 %, y el atún rojo, cuya cuota se eleva en 1.155 toneladas adicionales para España, hasta alcanzar un total de 7.938 toneladas.

En el lado negativo, el sector advierte del fuerte impacto que tendrán determinadas reducciones. La cigala del Golfo de Cádiz sufre un recorte cercano al 50 %. No obstante, Cepesca valora que el acuerdo incluya una declaración conjunta de la Comisión Europea y de España que prevé la realización de un nuevo estudio científico sobre el estado del stock, con la posibilidad de ajustar las cuotas a lo largo del año en función de sus resultados.

La patronal también subraya que se han moderado algunas propuestas de rebaja muy severas planteadas inicialmente por Bruselas. Es el caso del abadejo, cuya reducción se limita finalmente al 13 % frente al 26 % que se contemplaba en origen, o del lenguado, que se recorta un 9 % en lugar del 28 % propuesto. En cambio, la bacaladilla mantiene la bajada ya prevista del 40 %, lo que preocupa al sector por su repercusión económica.

Caballa, listado índico y negociación política

Cepesca pone el foco especial en la situación de la caballa, especie cuya gestión depende de la negociación entre la Unión Europea y los Estados costeros —entre otros Noruega, Reino Unido y las Islas Feroe— y para la que los científicos han recomendado una reducción del 70 %. Ante la falta de acuerdo internacional y el previsible tijeretazo, se ha fijado un TAC provisional para el periodo comprendido entre el 1 de enero y el 30 de junio. Ese esquema permitirá utilizar el 90 % del 30 % del TAC que finalmente se acuerde, a la espera de que se cierre la negociación definitiva con los socios externos.

En relación con el listado del océano Índico, la flota atunera integrada en Cepesca lamenta haber sido utilizada como “moneda de cambio” y denuncia que Francia haya logrado un reparto “mucho más beneficioso” a costa de España, pese a que la flota española contaba con un histórico de capturas considerablemente más favorable en esa pesquería.

Pese a las sombras, Cepesca subraya que el acuerdo final introduce correcciones relevantes respecto a los planteamientos iniciales de la Comisión, muy especialmente en el Mediterráneo, y lo atribuye al trabajo político y técnico desarrollado por España en coordinación con otros Estados miembros directamente afectados, como Italia y Francia.

La organización agradece de forma expresa la labor del equipo negociador español encabezado por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, así como el papel ejercido por la presidencia danesa del Consejo. En un contexto de creciente complejidad regulatoria y fuerte presión ambiental, el sector considera que el acuerdo de TAC y cuotas de 2026 no resuelve todos los problemas, pero sí evita un escenario aún más dañino para buena parte de la flota española.

Los barcos de pesca del Mediterráneo podrán salir a faenar 143 días en 2026

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Los barcos de pesca del Mediterráneo podrán salir a faenar 143 días en 2026, una cantidad similar a la de este año. A cambio, tendrán que aplicar medidas que aseguren la sostenibilidad de los caladeros. Esta ha sido una de las partes del acuerdo de cuotas pesqueras para el año próximo alcanzado por los ministros de Pesca de la UE en la madrugada de este sábado. Ha sido la parte “más difícil” de la negociación, ha explicado el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, al acabar la reunión. El acuerdo también incluye las cantidades que se podrán pescar en el océano Atlántico.

Planas asegura que la parte más difícil de la negociación ha sido la del Atlántico porque la propuesta inicial de la Comisión Europea implicaba un recorte importante sobre lo que se acordó para este año. En diciembre de 2024, en la tradicional y larga negociación de las cuotas pesqueras para el siguiente ejercicio, se fijó en 23 días el número de días que los barcos de pesca del Mediterráneo podrían salir a faenar. No obstante, este era una cantidad mínima, ya que si se aplicaban medidas para una pesca más sostenible, la cifra podía subir hasta los 130 días. Además, en noviembre se pudo aumentar en 13 más. En total, 143.

Ese número es el mismo que, según Planas, se ha pactado para 2026. Lo que permite al ministro hablar de la parte “más difícil” del acuerdo es que la propuesta inicial que había puesto la Comisión Europea era de un mínimo de 9,7 días. Esto suponía un recorte del 65%, algo que llegó al ministro español a hablar de un planteamiento de “otro planeta” que hacía, de hecho, inviable la actividad pesquera. La posibilidad de aumentar los días si se aplican mecanismos de compensación que hacen la actividad pesquera más sostenible cambia de plano este punto de partida y eleva considerablemente el resultado final. Estos mecanismos son nuevas redes con anchos más grandes para que los peces más pequeños puedan escapar, puertas voladoras que permiten reducir el impacto sobre los fondos marinos o la presencia de científicos a bordo de los barcos.

Siempre según las explicaciones dadas por Planas, los 143 días de faena podrán alcanzarse “con las medidas vigentes desde el año pasado, no habrá nuevas”. Esto implica, también, una mejora sobre la propuesta de salida de la Comisión que sí planteaba más medidas de compensación.

Desde el Consejo de la UE, se explica que “para mitigar el impacto socioeconómico a corto plazo y recompensar las prácticas más selectivas, los ministros acordaron continuar, con ligeras modificaciones, el uso del mecanismo de compensación”. “Este se estableció por primera vez para 2022 con el fin de asignar días adicionales a los operadores que opten por artes más selectivas o que estén cubiertos por una medida de conservación nacional, como incentivo para aumentar la protección de la población”, desarrolla el comunicado remitido por la presidencia de Dinamarca, el país que preside el Consejo durante este semestre.

Para el Atlántico, donde se negocia por volumen de capturas y no por días de faena, el Consejo apunta a un incremento en las cuotas de pesca para el gallo o la cigala. Mientras que se reducirían las posibles capturas de lenguado, jurel, abadejo o rape.

En lo que respecta a la caballa, como implica también a países no pertenecientes a la UE (Noruega, Islandia e Islas Feroe), las conversaciones todavía no se han acabado. No obstante, de forma provisional, “los ministros han pactado limitar las capturas durante los primeros seis meses del año un 70%”.

Noruega asume el recorte del 70 % y pone presión sobre Europa

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La caballa entra en números rojos: Noruega asume el recorte del 70 % y pone presión sobre Europa

La cuenta atrás para fijar las cuotas de verdel, caballa o macarel en 2026 se acelera con una señal clara desde Oslo. Mientras las negociaciones del llamado “acuerdo del Norte” entre Noruega, Islandia, Islas Feroe, Reino Unido y la Unión Europea siguen empantanadas, el Gobierno noruego ha decidido hacer algo que muchos en Bruselas reclamaban: integrar en su planificación interna la drástica rebaja del 70 % del total admisible de capturas (TAC) recomendada por los científicos para el stock de caballa del Atlántico Nordeste.

De esta manera, Noruega se otorga para 2026 un 27,8 % del futuro TAC, equivalente a 48.471 toneladas, asumiendo plenamente el recorte propuesto por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM/ICES). Esa cifra se calcula sobre un TAC global de 174.357 toneladas, frente a las 576.958 autorizadas en 2025: la cuota de caballa más baja de la historia reciente.

La ciencia en estado de alarma

Los medios noruegos llevan semanas advirtiendo de que “se han encendido todas las luces rojas” en la pesquería de caballa. El Instituto de Investigación Marina de Noruega (Havforskningsinstituttet) recuerda que la biomasa reproductora ha caído de casi 13 millones de toneladas en 2014 a apenas 2,7 millones en 2025, situando el stock en un nivel crítico.

“Situasjonen for makrellen er dramatisk. Det er svært viktig at vi snur trenden nå”, resumía el director de investigación Geir Huse: la situación es dramática y solo un recorte fuerte del esfuerzo puede evitar males mayores.

Con esos datos sobre la mesa, ICES recomendó para 2026 un TAC de 174.357 toneladas, un 70 % menos que el año anterior. El aviso ha sido asumido públicamente por organismos como Norges Sildesalgslag, la organización que gestiona las subastas de pelágicos en Noruega, que habla ya de “la recomendación de cuota de caballa más baja en tiempos modernos” y de un “giro brusco” en una pesquería que hasta hace muy poco era vista como un valor seguro para la flota pelágica noruega.

Un recorte histórico… y muy polémico en la flota noruega

Si bien el Gobierno ha optado por seguir la recomendación científica, el debate dentro del país está lejos de cerrarse. La patronal de los grandes pesqueros, Fiskebåt, había defendido en otoño que existía base científica para aplicar un recorte menos drástico, manteniendo la cuota total en torno a las 300.000 toneladas, y alertaba del choque económico que un tijeretazo del 70 % supondría para la flota de arrastre y cerco que vive del verdel.

Aun así, la decisión política parece tomada: frente a años de acusaciones de “cuotas unilaterales” y sobrepesca en un stock compartido, Oslo intenta colocarse ahora en el bando de quienes aplican al pie de la letra el consejo del CIEM. Falta por ver si sus socios del Atlántico Norte –Reino Unido, Islandia, Feroe y la propia UE– le siguen el paso o mantienen las tensiones que han marcado los últimos repartos.

Qué significa para las cuotas europeas… y para España

Para la Unión Europea y, en particular, para países como España, Francia o Irlanda, la caballa es una especie de alto valor comercial y un pilar para muchas campañas de cerco y arrastre en el Atlántico Nordeste. Un recorte del 70 % –si se aplicara de forma simétrica a todos los socios– supondría menos días de mar, menos toneladas subastadas en las lonjas y una fuerte presión sobre la industria transformadora que abastece tanto al mercado comunitario como a terceros países.

El temor expresado en las últimas semanas por responsables españoles y gallegos es claro: de poco sirve que la UE se discipline si otros grandes actores mantienen o incluso aumentan sus capturas, como ha ocurrido en los últimos años. El movimiento de Noruega, alineándose por primera vez con la recomendación de ICES, puede ser leído en Bruselas como una oportunidad para exigir coherencia al resto de socios del “club de la caballa”.

Pero también tiene otra lectura nada desdeñable: con todos reduciendo en paralelo las capturas, la oferta de caballa del Atlántico Norte en 2026 puede hundirse, alimentando una “flambée des cours”, una auténtica escalada de precios en primera venta, tal y como apuntan ya analistas del sector en la prensa marítima europea.

Más presión sobre la negociación del “acuerdo del Norte”

El llamado acuerdo de los “Norte” –que reparte las posibilidades de pesca de caballa entre Noruega, UE, Reino Unido, Islandia y Feroe– lleva años descarrilado. Cada parte se fija cuotas “provisionales” que, sumadas, superan con creces el TAC aconsejado por los científicos, una dinámica que ha sido señalada repetidamente como una de las causas del deterioro del stock.

Con la decisión noruega de asumir ya la rebaja del 70 %, el resto de socios quedan ante un espejo incómodo. Si mantienen cuotas más altas, corren el riesgo de aparecer como responsables directos de la sobrepesca de una población declarada en estado crítico. Si aceptan el recorte, se enfrentarán a los mismos problemas económicos y sociales que hoy preocupan a la flota noruega: menos trabajo para los barcos, menor volumen para las plantas de procesado y más incertidumbre en los mercados.

Un síntoma de algo más profundo

Más allá de la cifra exacta de toneladas, el caso del verdel/caballa/mackerel se ha convertido en un símbolo de los desafíos que afronta la gobernanza internacional de las pesquerías:

  • Ciencia contundente, que exige reducciones rápidas y profundas del esfuerzo.
  • Intereses nacionales enfrentados, en los que cada país busca mantener su parte de la tarta.
  • Desconfianza entre socios, alimentada por años de decisiones unilaterales.
  • Y un mercado que, al ver restringida la oferta, anticipa tensiones al alza en los precios.

Para la flota europea –incluida la española–, la decisión de Noruega de alinearse con el recorte del 70 % es una señal clara de que el ciclo de abundancia de la caballa en el Atlántico Norte ha terminado, al menos por ahora. La cuestión ya no es tanto si habrá o no recortes, sino quién asumirá qué parte del sacrificio… y cómo se evitará que, dentro de unos años, estemos hablando no de un “stock en estado crítico”, sino de otro colapso que todo el mundo vio venir y nadie quiso frenar a tiempo.

España salva la cuota de merluza pero encara un 2026 crítico por la caballa y los días de pesca en el Mediterráneo

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Bruselas mantiene las 17.445 toneladas de merluza sur en aguas ibéricas mientras España se indigna por la gestión de la caballa y promete pelear “con determinación” por más días de faena en el Mediterráneo

España se agarra a un dato relativamente positivo en un Consejo de Ministros de Pesca de la UE lleno de incógnitas: la cuota de merluza sur en aguas ibéricas se mantendrá en 2026 en 17.445 toneladas, el mismo nivel que este año. El propio ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, lo calificó como “una magnífica noticia”, al tratarse de una especie clave para las flotas del Cantábrico y el noroeste y muy valorada en los mercados. El mantenimiento del TAC aporta un mínimo de estabilidad a armadores y tripulaciones tras años de ajustes, en un contexto en el que otras especies afrontan recortes mucho más severos.

El respiro de la merluza contrasta con la tormenta que se cierne sobre la caballa (xarda o verdel). El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) ha recomendado una rebaja de hasta el 70 % en las capturas, un tijeretazo que, de aplicarse, golpearía de lleno a la flota del Atlántico nororiental, con Galicia en primera línea. A esa presión científica se suma un problema político de fondo: la gestión compartida de la caballa entre la UE y varios países extracomunitarios —Reino Unido, Noruega, Islandia, Rusia, Islas Feroe o Groenlandia— que llevan años fijando unilateralmente sus cuotas al margen de Bruselas.

Planas no ocultó su malestar y habló abiertamente de “indignación” por la actitud de estos socios, al entender que vacía de sentido los esfuerzos europeos por ajustar sus capturas a los dictámenes del ICES. “No sirve de nada que reduzcamos hasta un 70 % nuestras posibilidades de pesca si otros siguen otra lógica”, vino a resumir, en una crítica velada al reparto desequilibrado del esfuerzo de conservación. Desde Galicia, la conselleira do Mar, Marta Villaverde, ha cifrado en unos 65 millones de euros el impacto combinado del eventual recorte de caballa, lirio y abadejo, al considerar “inasumibles” los porcentajes que se manejan sobre la mesa.

Las organizaciones del sector también han levantado la voz. Desde la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores se denuncia que, año tras año, la normativa comunitaria “acorrala” a la flota con nuevos límites y exigencias, mientras crece la dependencia de importaciones de terceros países. La patronal Cepesca, por su parte, advierte de que la suma de recortes en especies como la caballa, el abadejo, la cigala del Golfo de Cádiz o el lenguado amenaza la viabilidad de muchas empresas pese al alivio relativo que supone la merluza sur.

El tercer gran frente de la negociación se abre en el Mediterráneo occidental, donde la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa uno de los planteamientos más controvertidos del paquete: reducir en 2026 el esfuerzo de la flota de arrastre a apenas nueve días de pesca al año por buque, una cifra que el ministro español considera “de otro planeta”. Planas recuerda que, desde 2020, las embarcaciones mediterráneas acumulan recortes históricos de días de mar y han asumido cierres espaciales, vedas y mejoras de selectividad que, según los informes científicos, ya están dando frutos en la recuperación de varias especies demersales.

“Vamos a luchar con determinación para conseguir más días de pesca que el año pasado”, aseguró el ministro antes de entrar al Consejo, subrayando que el esfuerzo del Mediterráneo “no puede ponerse a cero cada ejercicio” como si las medidas adoptadas no existieran. El Gobierno español reclama un número de jornadas similar, al menos, a las 143 que se alcanzaron en 2025 tras aplicar mecanismos de compensación, y pide que la Comisión reconozca que la sostenibilidad ambiental debe ir de la mano de la sostenibilidad económica y social de las comunidades costeras.

Planas admite que la negociación será “larga y compleja”, pero confía en lograr un equilibrio razonable: mantener el buen estado de los recursos sin empujar a la flota al amarre definitivo. Mientras tanto, el sector aguarda el desenlace con mezcla de alivio por la merluza, preocupación por la caballa y una inquietud creciente por el futuro del arrastre mediterráneo, que se juega en esta cita buena parte de su capacidad para seguir saliendo a la mar en 2026.

La Armada se refuerza en el aire con el helicóptero NH90 MSPT

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La Armada española ha comenzado a dar un salto cualitativo en sus capacidades aeronavales con la incorporación del nuevo helicóptero NH90 MSPT (Maritime Spanish Tactical Transport), la versión navalizada del versátil modelo europeo fabricado por NH Industries. España ha encargado siete unidades para la Armada: dos llegaron a la base naval de Rota a finales de julio, una tercera se incorpora estos días y las cuatro restantes lo harán a lo largo de 2026, completando así el primer lote del programa para la Marina.

Estos aparatos operarán encuadrados en la 14ª Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves y están llamados a convertirse en la columna vertebral del transporte táctico naval y del apoyo a las fuerzas de Infantería de Marina. Además de reforzar la proyección anfibia, los NH90 MSPT servirán de base para futuras configuraciones con capacidades avanzadas de lucha antisubmarina y vigilancia, ya contempladas en el segundo lote que estudia el Ministerio de Defensa.

Un helicóptero de nueva generación para operaciones anfibias y especiales

El NH90 MSPT es un helicóptero de última generación diseñado para operar desde buques y bases costeras en misiones de transporte táctico, inserción y extracción de tropas, evacuación médica y apoyo a operaciones especiales. Puede transportar alrededor de 20 soldados completamente equipados o configurarse con camillas para evacuaciones sanitarias, con una autonomía de varios cientos de kilómetros y capacidad de vuelo instrumental en condiciones meteorológicas adversas.

En su configuración actual para la Armada, el modelo está especialmente orientado a las operaciones anfibias: dispone de sistemas para aérocordage de equipos de operaciones especiales, lanzamiento de embarcaciones inflables y maniobras rápidas de embarque y desembarque desde buques de asalto. La célula y el tren de aterrizaje han sido reforzados para soportar los elevados pesos y las exigencias del entorno marítimo, mientras que el fuselaje y el rotor incorporan sistemas de plegado automático para facilitar el hangarado en buques y optimizar el espacio en cubierta.

En cuanto al armamento, los NH90 MSPT pueden montar ametralladoras pesadas M3M en las puertas laterales y están preparados para integrar armamento adicional y municiones guiadas de producción nacional, ya ensayadas en colaboración con la industria española. Ello convierte al helicóptero en una plataforma flexible, capaz de pasar del transporte de tropas a misiones de escolta armada y protección de convoyes navales.

Más interoperabilidad y mayor peso de la industria europea

Con la entrada en servicio del NH90 en la Armada, España se consolida como uno de los pocos países que emplean este modelo en sus tres ejércitos —Tierra, Aire y Mar—, lo que simplifica la formación, el mantenimiento y la logística, y refuerza la interoperabilidad entre fuerzas. El programa, además, tiene un fuerte retorno industrial: Airbus Helicopters España y otras empresas del sector participan en la fabricación y en el soporte, alineándose con el denominado Plan Nacional de Helicópteros que busca homogeneizar y modernizar la flota de ala rotatoria de las Fuerzas Armadas.

La apuesta por el NH90 MSPT marca también un giro estratégico: la Armada, tradicionalmente muy ligada a material de origen estadounidense, equilibra ahora su catálogo con una plataforma europea de referencia, en línea con la tendencia de otros aliados de la OTAN. El resultado es una fuerza aeronaval más moderna, con mayor capacidad de proyección y preparada para asumir misiones de alta intensidad en escenarios litorales y oceánicos.

Mientras se completan las entregas previstas hasta 2026 y se madura el futuro segundo lote con capacidades antisubmarinas reforzadas, los nuevos helicópteros ya están cambiando el día a día en Rota. La 14ª Escuadrilla acelera su curva de adiestramiento y, con ella, la Armada da un paso decisivo en su modernización, sumando potencia, versatilidad y seguridad a sus alas embarcadas.

El sector de altura vasco califica de «mazazo» el recorte de 10.800 toneladas menos en Gran Sol

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“Otro mazazo para la altura vasca”, la OPPAO de Ondarroa alerta del impacto del recorte de cuotas en Gran Sol. El gerente de la Organización de Productores de Pesca de Altura de Ondarroa, Mikel Ortiz, denuncia que Bruselas “claudica ante Reino Unido” y antepone los objetivos energéticos y medioambientales al suministro de proteína marina para Europa

El último acuerdo de posibilidades de pesca entre la Unión Europea y el Reino Unido para 2026 ha caído como un jarro de agua fría en los muelles de Ondarroa. El recorte de cuotas en las principales especies de Gran Sol —merluza, gallo, rape y cigala— supone, según el gerente de la Organización de Productores de Pesca de Altura de Ondarroa (OPPAO), Mikel Ortiz, “otro mazazo más para los pescadores y para la cadena alimentaria de pescado fresco europea”.

Por su parte, desde ARVI, tras tener conocimiento del acuerdo entre UE-UK sobre los TAC y cuotas de especies compartidas, desde la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo, desean manifestar su preocupación «porque, una vez más, se atiende exclusivamente al aspecto medioambiental de la situación de los stocks pesqueros, haciéndolo además en el lı́mite inferior del rango que podrı́a haberse adoptado».
En esta dirección desde ARVI lamentan que «los aspectos sociales y económicos, que en la PCP tienen el mismo peso que el medioambiental, se hayan dejado de lado, lo que además se une a una reducción constante de posibilidades de pesca en los ú ltimos añ os, en lo que se reϐiere a especies principales para nuestra ϐlota de Gran Sol, como pueden ser la Merluza o el Gallo».

Sin embargo, Ortiz subraya que el ajuste pactado en Bruselas no es un expediente más en la larga serie de recortes, sino un golpe acumulativo que pone contra las cuerdas a buena parte de la flota de altura vasca:

“Venimos de años de reducción de días de mar, más costes, más exigencias técnicas… y ahora menos cuota en las especies que sostienen la rentabilidad de las mareas. Cada decisión aislada puede parecer asumible, pero el efecto combinado es devastador para las empresas y las tripulaciones”.

“Bruselas claudica ante Reino Unido”

Para el responsable de la OPPAO, el resultado de la negociación evidencia una posición de debilidad de la UE frente a Londres en la gestión de los stocks compartidos del Atlántico Nordeste:

“Bruselas claudica ante Reino Unido, y todos claudican ante los objetivos medioambientales y energéticos frente a la alimentación. Nadie discute que haya que cuidar los recursos ni luchar contra el cambio climático, pero se está construyendo un relato en el que la pesca aparece siempre como el problema y nunca como parte de la solución”.

Según Ortiz, el equilibrio entre sostenibilidad ambiental, económica y social que proclama la Política Pesquera Común “se rompe cuando, sistemáticamente, la carga de las restricciones recae sobre las mismas flotas europeas, mientras se mantiene una creciente dependencia de productos importados de terceros países, muchas veces con estándares de control, laborales y ambientales muy inferiores”.

Riesgo de mayor dependencia alimentaria

El gerente de la OPPAO lanza una advertencia de fondo:

“Con cada recorte que deja tieda a una flota europea, aumentamos el riesgo de dependencia alimentaria de países terceros. Europa renuncia a pescado fresco capturado bajo estrictos controles científicos y de trazabilidad, y lo sustituye por producto de orígenes donde no siempre hay las mismas garantías. Es un contrasentido desde el punto de vista de la soberanía alimentaria y de la propia Agenda Verde europea”.

Ortiz insiste en que la flota de altura vasca ha asumido durante años medidas de reducción de esfuerzo, vedas, mejoras de selectividad y fuertes inversiones en seguridad y eficiencia energética:

“Hemos cumplido, hemos reducido esfuerzo y hemos invertido en barcos más limpios y seguros. Lo mínimo que pedimos es estabilidad y una negociación que tenga en cuenta también el empleo, las economías locales y el papel del pescado como alimento saludable y de baja huella de carbono”.

Incertidumbre en los puertos vascos

En Ondarroa, la sensación es de incertidumbre ante un 2026 marcado por menos cuota y más obligaciones técnicas. Las organizaciones de productores y las cofradías reclaman al Gobierno español que pelee márgenes de maniobra adicionales en el Reglamento definitivo de TAC y cuotas y que active, si fuera necesario, medidas de apoyo específicas para las empresas más expuestas.

Mientras tanto, Ortiz reclama una reflexión más amplia en Bruselas:

“No se puede diseñar la política climática y energética de espaldas a la política alimentaria. Si de verdad queremos una Europa menos dependiente, con empleo costero y con dieta saludable, la pesca de altura gestionada con ciencia tiene que ser aliada, no víctima colateral”.

El “mazazo” de las nuevas cuotas llega, así, en un momento clave para la altura vasca, que ve cómo se estrecha su margen de supervivencia al tiempo que se reabre el debate sobre el papel que debe jugar la pesca europea en el futuro de la seguridad alimentaria del continente.

La Unión Europea y el Reino Unido han cerrado el acuerdo sobre las posibilidades de pesca para 2026 en las aguas del Atlántico Nordeste, un pacto que recorta de forma significativa los márgenes de maniobra de los arrastreros y pincheiros, especialmente gallegos. Según el texto acordado, la flota dispondrá de 10.800 toneladas menos de las cuatro especies clave que captura en la zona: merluza, rape, cigala y gallo, un tijeretazo que se traduce en una reducción global del 7,9 % para estos recursos de alto valor comercial, según https://www.consilium.europa.eu/es/press/press-releases/2025/12/10/council-approves-eu-uk-fishing-deal-for-2026/

El pacto, que afecta a 95 TAC (Totales Admisibles de Capturas) compartidos, se incorporará ahora al Reglamento de posibilidades de pesca para 2026 que los ministros comunitarios deben cerrar entre hoy y mañana en Bruselas. En conjunto, permitirá a la flota comunitaria capturar hasta 288.000 toneladas, con un valor estimado superior a los 1.200 millones de euros, según los cálculos de la Comisión Europea.


Gallo: recorte del 20 %

Uno de los golpes más duros llega con el gallo en la zona VII, el principal caladero para la flota del norte español. El acuerdo fija un TAC de 16.024 toneladas, lo que supone un descenso del 20 % respecto al nivel anterior. Esta rebaja afecta de lleno a una pesquería que depende en gran medida de esta especie para cuadrar las mareas y mantener la rentabilidad de las faenas en Gran Sol.

Pese a ello, Bruselas defiende que el ajuste sigue la senda marcada por el asesoramiento científico, que pedía rebajas importantes para garantizar la sostenibilidad del stock y evitar que se convierta en especie estranguladora en las pesquerías mixtas del Atlántico.


Merluza: TAC de 32.479 toneladas en Gran Sol y 4.210 en el Golfo de Vizcaya

La merluza norte, otra especie emblemática para las flotas de arrastre y pincho, también sufre recortes. Los negociadores han acordado una reducción de casi el 6 % en las dos zonas de referencia.

  • En Gran Sol (zona VII), el TAC quedará fijado en 32.479 toneladas, lo que implica un recorte del 5,8 %.
  • En la zona VIIIabde, al oeste de Francia y en el Golfo de Vizcaya, se aplica la misma rebaja, con un TAC final de 4.210 toneladas.

Estos descensos siguen la línea marcada por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), que venía alertando de la necesidad de reducir la presión sobre el stock norte de merluza para garantizar su recuperación a niveles biológicos seguros.


Rape: leves recortes, pero sin compensar las pérdidas

En el caso del rape, Bruselas y Londres han optado por una senda de ajustes moderados pero igualmente a la baja:

  • En la zona VII, la más importante para la flota se acuerda un TAC de 46.122 toneladas, lo que supone una reducción del 3 %.
  • En la zona VI, al oeste de Escocia, el límite se sitúa en 10.971 toneladas, un recorte del 1,2 % respecto al año anterior.

La reducción del “rapante” en la zona VII es menor que el 30 % que planteaban inicialmente los científicos del ICES, pero el recorte no se ve compensado por el ligero alza del 5,8 % en la zona VI, donde el TAC queda en 6.190 toneladas. Para los armadores, ese incremento en el oeste de Escocia resulta insuficiente para equilibrar las pérdidas en el principal caladero.


Cigala: tijeretazo del 21,1 % en el área VI

La cigala, otra especie fundamental para la rentabilidad de muchas mareas, también se ve seriamente afectada. Para el área VI, los negociadores han acordado un TAC de 16.689 toneladas, lo que se traduce en un recorte del 21,1 %.

En este caso, la Comisión ha subrayado que el objetivo es acelerar la recuperación de la población en un contexto de fuerte presión pesquera y de señales claras de agotamiento del recurso en varias subzonas del Atlántico Norte.


Medidas técnicas para evitar cierres prematuros

Más allá de los números, Bruselas insiste en que el acuerdo incorpora un paquete de “medidas correctivas” diseñado para evitar el temido efecto de los stocks estranguladores y los cierres prematuros de pesquerías mixtas.

El comunicado de la Comisión Europea destaca que «ambas partes abordaron los factores socioeconómicos para evitar situaciones de estrangulamiento que podrían provocar el cierre prematuro de determinadas pesquerías». Para promover la “rápida recuperación” de las poblaciones en peor estado, se han acordado:

  • Mayor selectividad de las artes de pesca.
  • Aumento del tamaño de malla en determinadas pesquerías.
  • Dispositivos selectivos obligatorios, especialmente en las pesquerías dirigidas a la cigala.

Estas medidas buscan reducir las capturas accidentales de especies con cuotas ajustadas, como la merluza o el rape, y prolongar la actividad de las flotas sin rebasar los límites de los TAC.


Kadis defiende el pacto; España presiona por más cuota

El comisario de Pesca y Océanos, Costas Kadis, defendió el pacto asegurando que «supone un importante paso adelante en la gestión sostenible de nuestros recursos marinos compartidos» y que «proporciona la estabilidad y la previsibilidad que tanto necesitan nuestras flotas y nuestros pescadores».

Sin embargo, desde España se advierte de que el impacto para la flota de Gran Sol será muy severo si no se introducen compensaciones adicionales. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, tiene previsto pedir en Bruselas más cuota para los barcos españoles en 2026, aprovechando la negociación del Reglamento de TAC y cuotas para el Atlántico y el mar del Norte, que incluye también decisiones plurianuales para algunas especies.

El Gobierno central insiste en que, siempre que los informes científicos lo permitan, deberían fijarse cuotas para varios años con el fin de aportar estabilidad a la gestión y facilitar la planificación empresarial de armadores y tripulaciones.

Mientras tanto, los puertos gallegos y las organizaciones de armadores miran con preocupación un 2026 marcado por menos toneladas y más obligaciones técnicas. El reto, coinciden, será mantener la viabilidad económica de las empresas con 10.800 toneladas menos de sus especies estrella… y sin perder de vista que, sin recursos en buen estado, no habrá futuro para la flota en Gran Sol.

EspecieZona / CaladeroTAC 2026 (t)Variación respecto a 2025
Merluza norteZona VII (Gran Sol)32.479-5,8 %
Merluza norteZona VIIIabde (oeste Francia / Golfo Vizcaya)4.210-5,8 %
GalloZona VII (Gran Sol, flota viguesa)16.024-20,0 %
RapeZona VII (Gran Sol)46.122-3,0 %
RapeZona VI (oeste de Escocia)10.971-1,2 %
CigalaZona VI (Atlántico Norte)16.689-21,1 %
Total conjunto de cuotasMerluza, rape, gallo y cigala (Gran Sol)-7,9 % (-10.800 t)

Omarsa da el salto a la transformación en la UE con la compra mayoritaria de la cocedera española Pescafacil

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La empresa ecuatoriana, uno de los grandes exportadores mundiales de langostino, se integra en el capital de la planta de Burgos tras fracasar una operación previa con otro proveedor latinoamericano.

La reordenación del negocio mundial del langostino suma un nuevo capítulo con sello hispano–ecuatoriano. La empresa ecuatoriana Omarsa, uno de los principales productores y exportadores de camarón del país andino, ha cerrado la compra de una participación mayoritaria en la cocedera española Pescafacil, que opera en Burgos y está especializada en producto cocido para el mercado europeo. La compañía española ha confirmado que queda “integrada en el grupo Omarsa”.

La operación llega tras el fracaso de un acuerdo anterior: otro proveedor ecuatoriano había negociado la entrada en el capital del “cooker” español, pero la transacción se vino abajo, dejando vía libre a Omarsa para hacerse con el control de la mayoría de las acciones de los antiguos propietarios vinculados al grupo venezolano Lamar.

Burgos, puerta de entrada al consumidor europeo

Pescafacil se ha consolidado en los últimos años como una de las principales plantas de cocción de camarón de la UE, con una orientación muy clara al mercado español y comunitario de productos refrigerados y congelados listos para el consumo. Desde su base en Burgos, la compañía abastece a cadenas de distribución y a la industria de elaborados, en un contexto en el que el langostino ecuatoriano se ha convertido en una materia prima clave para Europa.

La entrada de Omarsa supone, en la práctica, que un gran productor de origen toma posición directa en la fase de valor añadido dentro de la UE: cocción, envasado y adaptación del producto a los gustos y formatos del consumidor europeo. El movimiento refuerza la tendencia de integración vertical que vive el sector del camarón, con grupos latinoamericanos que ya no se conforman con vender materia prima, sino que buscan controlar también la transformación y la llegada al lineal.

Estrategia: más valor en Europa, más estabilidad en destino

Omarsa lleva años ejecutando un ambicioso plan de crecimiento, respaldado por financiación internacional, con nuevas granjas, modernización de sus plantas y reforzando su posición como proveedor de producto certificado y sostenible. La compra de Pescafacil encaja en esa hoja de ruta: asegura un canal estable hacia el mercado europeo en un momento de fuerte competencia y márgenes presionados en el negocio del camarón congelado.

Para el grupo ecuatoriano, disponer de una cocedera propia en territorio comunitario ofrece varias ventajas:

  • Acceso directo al retail y la industria europea, sin depender exclusivamente de intermediarios.
  • Mejor adaptación de formatos y recetas a las preferencias locales (tamaños, presentaciones, marcas de distribuidor).
  • Mayor capacidad de segmentar producto y precios, diferenciando entre commodity y referencias de mayor valor añadido.
  • Blindaje logístico y comercial frente a posibles cambios arancelarios o regulatorios en la UE.

Una tabla cada vez más latinoamericana

El desembarco de Omarsa en Pescafacil se suma a otros movimientos recientes de compañías latinoamericanas que han tomado posiciones en cocederas y procesadores europeos, especialmente en España, Francia y el Benelux. El objetivo común es capturar parte del margen que se genera en el último eslabón de la cadena, al tiempo que se garantiza salida estable para el creciente volumen de camarón cultivado en Ecuador.

Desde la perspectiva española, la operación permite a Pescafacil ganar músculo financiero y asegurar suministro competitivo en origen en un momento de gran volatilidad de precios y costes energéticos para las plantas de cocción. Para el tejido industrial europeo, sin embargo, este tipo de compras reabre el debate sobre el peso creciente de capital extranjero en instalaciones consideradas estratégicas para el suministro de proteína marina.

Incógnitas: empleo, marcas y estrategia comercial

Por ahora no han trascendido detalles sobre el precio de la operación ni sobre los cambios concretos que se introducirán en la gestión diaria de Pescafacil. Está por ver si Omarsa mantendrá la estructura de marca y clientes actuales o si impulsará una mayor presencia de sus propias marcas y certificaciones en el mercado minorista europeo.

Tampoco se ha concretado el impacto en el empleo en la planta de Burgos, aunque el perfil de la operación apunta más a una apuesta por la continuidad y el crecimiento que a un recorte de capacidad: el interés de Omarsa es precisamente aprovechar al máximo la infraestructura existente para colocar en Europa un volumen creciente de langostino procesado.

Mientras tanto, el sector del camarón mira con atención este movimiento como otro indicador de cambio de época: la Europa cocedera y consumidora se entrelaza cada vez más con la Latinoamérica productora, y la integración de Pescafacil en el grupo Omarsa se convierte en un símbolo de esa nueva geografía del negocio mundial del langostino.

Veintiséis científicos europeos se reúnen en Brest para redefinir el seguimiento de las pesquerías en la era del nuevo control comunitario

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Un total de 26 científicos de una veintena de países europeos se han reunido en Brest, en las instalaciones del instituto francés Ifremer, para trabajar en la optimización de los métodos de seguimiento de las pesquerías comerciales. El encuentro, enmarcado en el grupo de trabajo WGCATCH del CIEM (ICES, en inglés), se ha centrado en cómo adaptar la recogida y el uso de datos a las nuevas exigencias del Reglamento europeo de control de la pesca y a la futura base de datos común RDBES del propio CIEM.

La representatividad, eje central del debate

El grupo WGCATCH (Working Group on Commercial Catches) persigue un objetivo clave: confrontar, armonizar y mejorar las metodologías que cada país emplea para estimar el esfuerzo de pesca, las capturas desembarcadas y la estructura por edades de las especies explotadas.

En Europa, las pesquerías son enormemente diversas, tanto entre países como entre regiones dentro de un mismo Estado. Esa diversidad se traduce en enfoques nacionales muy distintos para medir la actividad, lo que complica la comparación y la integración de datos.

El trabajo en Brest ha consistido precisamente en poner en común esos métodos nacionales para construir un enfoque colectivo que:

  • Respete las especificidades de cada flota y región.
  • Genere estimaciones más robustas y comparables.
  • Mejore la representatividad de las pesquerías europeas en su conjunto.

El objetivo final es alimentar mejor las evaluaciones de stocks que realiza el CIEM y, por extensión, reforzar el asesoramiento científico que sirve de base a las decisiones de gestión pesquera en la UE.

Nuevo reglamento de control: más datos de la pequeña pesca costera

La reunión de Brest ha servido, además, para cerrar el plan de trabajo 2023-2025 del grupo y definir las líneas de trabajo para el periodo 2026-2028, marcado por un cambio regulatorio de calado: la aplicación del nuevo Reglamento de ejecución de control de la pesca en la UE.

Este marco refuerza las obligaciones de declaración y seguimiento para la flota menor de 12 metros, a través de los artículos 20 y 23, que exigirán:

  • La instalación de sistemas de seguimiento de buques (VMS) en estas unidades.
  • El envío de la posición al menos cada 30 minutos, con una implantación gradual a partir del 10 de julio de 2027.

El artículo 27 establece, además, las condiciones para la transmisión electrónica del diario de pesca, incluyendo a los barcos de menos de 10 metros.

En países como Francia, estos buques ya debían cumplimentar una ficha de pesca con tiempos de faena, artes utilizadas y capturas. Pero la nueva normativa implicará un volumen de datos muy superior sobre la pequeña pesca costera en toda Europa.

Los científicos están trabajando desde ahora para:

  • Anticipar la recepción y tratamiento de este caudal creciente de información.
  • Integrar los nuevos datos de forma eficiente en los modelos de cálculo y evaluación.
  • Ajustar, si procede, los programas de muestreo científico en lonja y a bordo, en función de la calidad y completitud de los datos electrónicos.

En la práctica, si el nuevo sistema de datos resulta fiable y completo, parte del esfuerzo de muestreo tradicional podría rediseñarse o optimizarse, ganando eficiencia sin perder rigor científico.

Cuatro grandes líneas de trabajo para mejorar los datos

En paralelo a la adaptación al nuevo marco normativo, el grupo WGCATCH avanza en cuatro ejes estructurantes:

  1. Datos biológicos de desembarques y embarques
    • Mejora de la recogida, control de calidad y uso de datos de talla, peso y edad de los peces, tanto en puerto como en campañas de observadores a bordo.
  2. Definición de la “pequeña pesca costera” en Europa
    • Armonización de criterios y términos de referencia para este segmento, incluida la cobertura deseable de datos biológicos y de actividad pesquera.
  3. Capturas accidentales de cetáceos
    • Inventario y comparación de los programas nacionales de seguimiento de bycatch de mamíferos marinos, con el fin de identificar buenas prácticas y huecos de información.
  4. Sistemas de seguimiento electrónico
    • Exploración del potencial de las cámaras a bordo y de la geolocalización por VMS como herramientas complementarias para mejorar el control y la calidad de datos, sin aumentar de forma desproporcionada la carga sobre el sector.

Todos estos trabajos se orientan a un mismo resultado: mejorar la calidad y coherencia de los datos sobre las capturas comerciales europeas, condición indispensable para unas evaluaciones de stocks más fiables y, en última instancia, para una gestión más sostenible de las pesquerías.

La reunión de Brest confirma que, en la era del nuevo control comunitario, el reto ya no es solo pedir más datos, sino organizarse para aprovecharlos plenamente, garantizando que la foto que se obtiene del estado de las pesquerías sea tan precisa y representativa como exigen los desafíos actuales del sector y del medio marino.

Inglaterra refuerza la pesca recreativa de atún rojo: formación obligatoria y búsqueda de instructores para 2026

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La Marine Management Organisation (MMO), en colaboración con Angling Trust, Cefas, Natural England y Defra, ha puesto en marcha los preparativos para la pesquería recreativa de captura y suelta de atún rojo (Atlantic Bluefin Tuna) de 2026 en Inglaterra, conocida como CRRF (Catch-and-Release Recreational Fishery). Ante el crecimiento de esta actividad, las autoridades quieren garantizar los más altos estándares de bienestar animal, seguridad y profesionalidad tanto en el mar como en tierra.

De cara a 2026, el organismo británico estudia implantar una formación obligatoria para todos los titulares de permisos, que deberían completarla antes de que se les conceda la autorización para participar en la pesquería. El objetivo es que cada participante conozca y respete a fondo el Código de Conducta actualizado y las guías de mejores prácticas para la captura, manejo y liberación del atún rojo.

Los planes que se manejan contemplan un programa mixto de formación:

  • Módulos online, para asegurar una comprensión homogénea de los principios de buenas prácticas.
  • Sesiones presenciales, que combinarán clases teóricas con ejercicios prácticos en el agua, simulando situaciones reales de pesca, manipulación y liberación del atún.

Esta formación para las y los aspirantes a permiso está prevista entre marzo y julio de 2026. La MMO y Angling Trust informarán a los posibles participantes cuando el programa de formación esté plenamente activo a partir de marzo. Además, se precisa que solo la formación desarrollada por Angling Trust será reconocida como válida por la MMO a la hora de tramitar permisos para la pesquería CRRF 2026.

Llamamiento a patrones formadores

Para poder desplegar esta red de formación, Angling Trust ha lanzado una convocatoria dirigida a patrones profesionales de chárter con amplia experiencia, que puedan acreditarse como formadores. Los requisitos mínimos incluyen, entre otros:

  • Haber participado como patrón del programa CHART desde 2022, o bien acreditar una amplia experiencia en el manejo de grandes pelágicos y haber tomado parte como patrón en la pesquería CRRF 2024/2025.
  • Demostrar éxito en la captura y suelta de atún rojo, ya sea a través de CHART o de la propia CRRF (el número de peces capturados y liberados podrá ser tenido en cuenta).
  • Disponer de un barco de chárter debidamente codificado y asegurado, así como de un espacio en tierra adecuado para impartir formación.
  • Poseer una titulación de patrón con respaldo comercial.
  • Contar con formación en enseñanza o coaching será un mérito adicional.

Las personas seleccionadas serán contratadas por Angling Trust bajo condiciones estándar. Los interesados deben enviar un correo a [email protected] con su nombre, dirección de correo electrónico y teléfono antes del viernes 19 de diciembre de 2025.

Quienes se inscriban recibirán un formulario de solicitud durante la semana que comienza el lunes 5 de enero de 2026, y se prevé que las decisiones finales sobre la acreditación de formadores se adopten a lo largo de febrero de 2026.

La MMO advierte, no obstante, que presentar una expresión de interés no garantiza ni la acreditación como formador ni la concesión de un permiso para la pesquería recreativa de atún rojo de 2026.

Con este nuevo paso, Reino Unido refuerza un modelo de pesca recreativa estrictamente regulada y basada en la captura y suelta, que busca compatibilizar el atractivo deportivo del atún rojo con su conservación a largo plazo y con un alto nivel de profesionalización de todos los actores implicados.

“Tightline”, el nuevo atunero sudafricano que exprime al máximo las 25 GT

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El buque a caña, construido por Sachal Shipyard, combina gran capacidad de carga en tanques RSW, comodidad para 12 tripulantes y alta tecnología en apenas 14,5 metros de eslora

El astillero sudafricano Sachal Shipyard ha botado recientemente el “Tightline”, un nuevo buque atunero de pesca a caña diseñado a medida para operar a lo largo de toda la costa de Sudáfrica, desde las aguas litorales hasta los caladeros oceánicos de túnidos. Con 14,5 metros de eslora y 5 metros de manga, el barco se inscribe en la categoría de menos de 25 GT, pero concentra a bordo capacidades y equipamiento propios de unidades bastante mayores.

Pensado para las exigentes pesquerías de atún del país, el “Tightline” se encargará de localizar y seguir bancos de túnidos, capturar y mantener viva la carnada y realizar intensas operaciones de pesca con caña y línea durante periodos prolongados. “Está diseñado para soportar las duras condiciones de mar y viento asociadas a la pesca de túnidos en alta mar, permitiendo al mismo tiempo que la tripulación trabaje de forma eficiente y segura”, explica Nic Stevens, responsable de astillero en Sachal Shipyard.

El buque representa la última evolución de una serie de atuneros de 15 metros desarrollados por el propio astillero. Cada nueva construcción ha buscado afinar un equilibrio delicado: más eficiencia, mejor rendimiento, mayor calidad del pescado y mejor confort a bordo, adaptándose a la vez a las necesidades operativas específicas de cada armador.

En el caso del “Tightline”, la clave ha sido exprimir al máximo el límite de las 25 GT. Al mantenerse por debajo de ese umbral, la normativa de la autoridad marítima sudafricana (SAMSA) permite operar con un solo oficial titulado como capitán, reduciendo costes de tripulación. El resto del personal se configura como marineros y pescadores.

Sin embargo, esa ventaja administrativa tiene un precio técnico: la arqueación bruta limita estrictamente el volumen cerrado disponible. “Tuvimos que usar con muchísima prudencia cada centímetro cúbico para encajar alojamiento, cocina, baños, sala de máquinas, puente y las brazolas de las bodegas sin comprometer ni la comodidad ni la seguridad”, reconoce Stevens.

Aun así, el buque ofrece una notable capacidad de bodega: seis tanques aislados con un volumen total de unos 38 m³, refrigerados mediante un sistema RSW (agua de mar refrigerada) preparado tanto para pescado fresco como para producto congelado en salmuera e incluso para alojar cebo congelado.

Tres de esos seis tanques cuentan con sistemas de recirculación y luz específicos para mantener viva la carnada durante largos periodos, condición indispensable para un atunero a caña autosuficiente. Para capturar ese cebo, el “Tightline” está equipado con un pequeño arte de cerco manejado por una maquina power block PETEC de 20 pulgadas y un molinete de doble tambor que permiten trabajar y estibar la red en cubierta con seguridad.

El barco también incorpora barras de rociado de agua en acero inoxidable a lo largo de la banda de estribor, con pequeños orificios que generan una fina niebla sobre la superficie, recurso clásico para excitar al atún en la pesca a caña. El sistema cuenta con dos modos de funcionamiento: una bomba conectada al generador y otra bomba accionada por inversor que permite un “modo silencioso”, reduciendo el ruido bajo el agua para evitar ahuyentar al pescado en jornadas delicadas.

En términos de propulsión, el “Tightline” monta un motor principal Baudouin de 280 CV (210 kW), acoplado a una reductora Dong-I DMT140 que mueve una hélice de paso fijo de cuatro palas de 900 mm. El eje, de acero inoxidable dúplex, va equipado con un sistema de estanqueidad Tides Marine pensado para un uso intensivo en entorno comercial. El resultado es un conjunto robusto, eficiente en consumo y fácil de mantener.

La velocidad es otro de sus puntos fuertes: según el astillero, el buque es unos dos nudos más rápido en ligero y hasta cuatro nudos más rápido a plena carga que unidades anteriores de tamaño similar. Esa ventaja se traduce en viajes más cortos, más horas útiles en el caladero y mejores opciones para llegar a puerto a tiempo de colocar el pescado a precios premium.

En el puente de mando, el “Tightline” está equipado con un paquete completo Furuno, complementado con comunicaciones Icom y Hytera. El conjunto incluye plotters TZT13, ecosondas de 600 W y 1 kW, radar Doppler, piloto automático y compás satelital, todo ello integrado mediante el software TimeZero en un PC marino sin ventilador. Pero la joya de la corona es un sonar omnidireccional Furuno CSH10 Omni, que proporciona cobertura de 360 grados alrededor del buque.

“Este sonar da una ventaja muy importante para localizar y seguir los bancos de atún alrededor del barco, manteniendo el contacto con el pescado durante más tiempo y pescando con mayor eficiencia”, señala Stevens.

Para garantizar la calidad del producto, el astillero ha dimensionado una planta de frío de 25 CV (19 kW), más potente que en modelos anteriores, con el objetivo de reducir los tiempos de enfriamiento y llevar los tanques rápidamente a temperatura de trabajo: alrededor de –5 ºC para pescado fresco en agua de mar refrigerada, –16 ºC para producto congelado en salmuera y unos –10 ºC en el tanque destinado a cebo congelado.

A pesar del reducido volumen disponible, el “Tightline” ofrece comodidades pensadas para mareas prolongadas. El camarote del capitán se sitúa en el propio puente, con una litera adicional para el jefe de tripulación, de forma que ambos permanezcan cerca de los mandos y de las operaciones de pesca. Bajo el puente se ubica un compartimento con literas dobles para diez tripulantes, mientras que la cocina y un baño separado se sitúan a popa de esta zona.

Stevens reconoce que el principal reto fue encajar todos los sistemas, equipos y volumen de tanque exigidos bajo la estricta limitación de las 25 GT. La lista incluye el grupo hidráulico, la planta RSW, un generador de 80 kVA, bombas de spray para atún, bombas de circulación de agua fría, bombas de cebo vivo, sistemas de achique y el propio sonar omnidireccional, además de la red de tuberías y cableado necesaria.

Las dificultades no se limitaron al diseño. El buque debía estar listo en cinco meses para el inicio de la temporada, en un contexto de retrasos en la cadena de suministro. El astillero se vio obligado a construir buena parte del barco “alrededor” de equipos que aún no habían llegado, reservando huecos y rutas de servicio basados únicamente en los planos de los proveedores. Cuando los componentes se entregaron, apenas quedaban cuatro semanas para instalarlos, conectarlos y ponerlos en servicio.

Lejos de ser un problema, esa presión ha reforzado el modelo de trabajo de Sachal Shipyard, muy apoyado en la planificación 3D y el diseño asistido por ordenador. “Prácticamente construimos ‘a ciegas’ a partir de los planos de los suministradores, y al final todo encajó como estaba previsto. Ese éxito ha reforzado nuestra confianza en esta metodología y ha consolidado el modelado detallado en CAD como herramienta central en diseño y producción”, concluye Stevens.

Con su combinación de autonomía en cebo vivo, alta capacidad en tanques RSW, velocidad, electrónica avanzada y costes contenidos de tripulación, el “Tightline” se posiciona como una plataforma de pesca muy competitiva en el segmento intermedio: un barco capaz de operar donde antes solo trabajaban unidades grandes y costosas, pero con la economía de un buque por debajo de las 25 GT.

La flota vasca pide el cierre de la pesca de caballa para salvar el recurso y poner fin a un reparto injusto

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El sector pesquero vasco ha dado un paso poco habitual pero contundente: reclama el cierre técnico de la pesquería de caballa o verdel en 2026 en todo el Atlántico nororiental. Prefiere parar y dejar recuperar la biomasa antes que aceptar una reducción drástica de la cuota que, en la práctica, solo castiga a las flotas de España mientras se perpetúa la sobrepesca de los países del Norte.

Según Aurelio Bilbao, de OPESCAYA, «tanto Irlanda como España van en contra del consejo científico de la caballa, que, además, es muy benévolo, ya que tal y como está la biomasa, por debajo de la biomasa límite, debería cerrarse la pesquería a cal y canto. No están mirando el futuro de la pesca, sino las consecuencias cortoplacistas exclusivamente, que habría que afrontarlas desde nuestro punto de vista»

La alarma surge cuando la Comisión Europea propuso para 2026 una reducción del 70 % en el Total Admisible de Capturas (TAC) de caballa, atendiendo a la recomendación científica del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM). Este organismo planteó pasar de 576.958 toneladas en 2025 a unas 174.357 toneladas en 2026, tras constatar que la biomasa se sitúa ya por debajo de los límites biológicos de seguridad.

“No hay reparto justo posible”

Para la flota vasca —especialmente para el cerco y el aparejo de anzuelo— el problema ya no es solo biológico, sino político y de equidad. El sector subraya que nunca ha existido un reparto justo de la caballa en el Atlántico nororiental y denuncia que, de nuevo, la reducción real de posibilidades de pesca se concentra en las flotas española y comunitaria, mientras Noruega, Reino Unido y otros países del Norte mantienen un peso desproporcionado en las capturas.

Las cofradías y organizaciones de productores vascas apuntan que, con un recorte del 70 %, la cuota asignada a España quedaría en niveles tan bajos que no permitirían ni la mínima rentabilidad económica ni una gestión ordenada entre todas las flotas implicadas. En esas condiciones, temen que la campaña se convierta en una “carrera por el último pez”, con más tensiones y sin lograr el objetivo de recuperación.

Mejor un cierre total que una falsa solución

Por ello, el mensaje que sale del País Vasco es claro:

“Es preferible un cierre técnico para todas las flotas que seguir soportando recortes asimétricos que no solucionan el problema”.

El sector recuerda el precedente de la anchoa en el golfo de Vizcaya, cuya veda total durante varios años permitió la recuperación del stock y el posterior relanzamiento de una pesquería hoy considerada modelo de gestión. A su juicio, la caballa se encuentra ahora en una situación similar: biomasa bajo mínimos, riesgo claro para el futuro del recurso y un marco político que no reparte de forma equitativa el esfuerzo de recuperación.

En este contexto, las organizaciones vascas consideran que mantener una cuota simbólica solo serviría para maquillar el problema:

  • No garantizaría la recuperación de la especie.
  • Dejaría al sector español cargando con la parte principal del sacrificio.
  • Y permitiría que continúe la sobrepesca ejercida por los países del Norte, consolidando un reparto desigual del TAC.

Flotas muy dependientes de la caballa

La preocupación es especialmente intensa en las flotas de Galicia, Cantabria y Euskadi, que dependen de la caballa —o “xarda”, como se conoce en buena parte del Cantábrico— para sus campañas de primavera. En el caso vasco, la especie es una pieza clave en la economía de muchas embarcaciones de cerco, que combinan el verdel con la anchoa y otras especies pelágicas para sostener su viabilidad durante el año.

Los armadores y pescadores vascos no cuestionan el diagnóstico científico: aceptan que la caballa necesita una recuperación urgente. Lo que rechazan es que, una vez más, esa recuperación se intente lograr “a costa de los mismos”, mientras otros países siguen fijando cuotas unilaterales por encima de los acuerdos y bloqueando un verdadero reparto equilibrado en las negociaciones internacionales.

Sostenibilidad sí, pero con reglas iguales para todos

En el fondo del debate está la tensión entre sostenibilidad y justicia. El sector vasco insiste en que sin recurso no hay futuro, y por ello muestra disposición a asumir medidas duras, incluido el cierre total. Pero advierte de que la sostenibilidad a largo plazo solo será creíble si el esfuerzo se distribuye de manera proporcionada entre todos los países que explotan la caballa.

Por eso, el posicionamiento que emana del País Vasco combina dos mensajes:

  • Defensa firme de un cierre técnico temporal, suficientemente largo como para permitir la recuperación de la biomasa.
  • Exigencia de un nuevo marco de reparto del TAC, que evite que la flota española siga asumiendo el grueso de los sacrificios mientras otros continúan sobrepescando.

En resumen, el sector pesquero vasco se alinea a favor de la ciencia y de la recuperación de la caballa, pero rechaza una solución que considera desequilibrada e ineficaz. Para los pescadores, la disyuntiva es clara: o cierre ordenado y reparto justo, o seguir por un camino que agota el recurso, castiga siempre a los mismos y pone en riesgo la credibilidad de la gestión pesquera en el Atlántico nororiental.

Noruega y Rusia retoman por vía telemática la negociación clave sobre las pesquerías del Barents y el mar de Noruega

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La 56ª sesión de la Comisión Mixta Noruego-Rusa se celebra del 8 al 12 de diciembre con la participación activa de Norges Fiskarlag, que reclama una gestión compartida y sostenible de los recursos

La Co­mi­sión Mixta Noruego-Rusa de Pesca celebra esta semana su 56ª sesión, en un contexto marcado por las tensiones geopolíticas pero también por la necesidad de mantener vivo uno de los modelos de cogestión pesquera más citados del mundo. Las conversaciones, que se desarrollan de forma digital del 8 al 12 de diciembre, están centradas en el futuro de los recursos compartidos en el mar de Barents y el mar de Noruega, dos de las áreas más productivas del planeta.

Por parte noruega, la delegación negociadora está encabezada por la departementsråd Mette I. Wikborg, del Ministerio de Comercio e Industria y Pesca. En el equipo figura también la organización profesional Norges Fiskarlag, que participa como es habitual con tres asesores: el presidente Jan Roger Lerbukt, el secretario general Sverre Johansen y la responsable de gestión pesquera Synnøve Liabø.


El papel de Norges Fiskarlag: asesorar al Gobierno, no negociar

Lerbukt subraya que la función principal de Norges Fiskarlag en estas reuniones es asesorar al Ministerio desde la experiencia directa del sector. La organización traslada posiciones y prioridades en materia de cuotas, normas de explotación y acceso a zonas, pero deja claro que la voz oficial en la mesa de negociación es la del Gobierno noruego.

No podremos hacer comentarios durante el proceso; solo cuando haya un acuerdo sobre la mesa”, recuerda el presidente, insistiendo en que cualquier declaración pública corresponde a la jefatura negociadora y no a las partes asesoras.

En la fase preparatoria, el Fiskarlag ya ha remitido a las autoridades una batería de propuestas que incluyen:

  • criterios de fijación de cuotas para las poblaciones compartidas,
  • la evaluación de las reglas de explotación (harvest rules),
  • cuestiones de acceso a zonas de la ZEE rusa y noruega,
  • y el intercambio de cuotas (kvotebytte) para optimizar las posibilidades de pesca.

Cooperación científica y gestión conjunta, pese al “telón de fondo” político

A juicio de Lerbukt, el objetivo central del sector en estas conversaciones es garantizar que “nuestros recursos pesqueros comunes se gestionen lo mejor posible”. Recuerda que el marco de cooperación entre las autoridades pesqueras de Noruega y Rusia ha funcionado durante décadas, incluso en periodos con “telones de fondo complicados”, como el actual.

“Confiamos en que las autoridades noruegas manejen las negociaciones de manera equilibrada y contribuyan a soluciones constructivas que permitan gestionar estos recursos marinos de forma conjunta también en los próximos años”, señala.

Esa cogestión se apoya en un intenso trabajo científico conjunto y en un reparto pactado de las cuotas sobre las principales especies compartidas, como el bacalao del mar de Barents, el arenque del Atlántico Norte o el capelán, entre otras.


“Sería muy grave quedarnos sin acuerdo para 2026”

La relevancia de estas negociaciones fue explicada también por Synnøve Liabø, responsable técnica de gestión pesquera de Norges Fiskarlag, en una entrevista en el programa Nyhetsmorgen de la NRK, la radio pública noruega.

Liabø recalcó que sería “muy desafortunado” que Noruega y Rusia no lograsen un acuerdo para 2026 y los años siguientes. Recordó que el mar de Noruega y el mar de Barents forman uno de los ecosistemas marinos más productivos del mundo, y que una interrupción del trabajo conjunto de investigación y gestión tendría consecuencias no solo para la flota noruega, sino “para otros países pesqueros que dependen de estos caladeros”.

Desde el Fiskarlag se insiste en que existe una obligación compartida de gestionar los recursos de manera sostenible y a largo plazo, al margen de la coyuntura política. Según explicó Liabø, el escenario óptimo es lograr un acuerdo común que permita que tanto los pescadores noruegos como los rusos puedan seguir faenando tras el período de desove, por ejemplo en las zonas tradicionales del entorno de Lofoten y Vesterålen.


Riesgos de una “pausa” en la cooperación

El sindicato pesquero noruego advierte de que una eventual “pausa” en la cooperación científico-técnica y de gestión con Rusia supondría una situación nueva y compleja para el sector.

Sin un acuerdo marco, se abriría la puerta a:

  • solapamientos de esfuerzo pesquero sobre las mismas poblaciones,
  • divergencias en criterios científicos y en las evaluaciones de stock,
  • y una posible pérdida de credibilidad internacional del modelo de gestión del Barents, que hasta ahora se ha presentado como ejemplo de cooperación responsable en aguas compartidas.

Por eso, pese a la presión geopolítica, Norges Fiskarlag defiende que las partes mantengan el canal de diálogo técnico y político centrado en los recursos y la sostenibilidad, separándolo en la medida de lo posible de otros conflictos.


Una semana decisiva para el futuro del modelo noruego-ruso

Las reuniones, que comenzaron con un plenario inaugural el lunes 8 de diciembre liderado por Mette I. Wikborg, continuarán a lo largo de la semana en formato digital, con sesiones técnicas y políticas.

Hasta que no haya un principio de acuerdo, la delegación noruega mantendrá la discreción habitual. El sector, entretanto, sigue la cita con una mezcla de preocupación y esperanza:

  • preocupación, porque cualquier ruptura en la arquitectura de gestión compartida puede afectar directamente a la estabilidad de las cuotas y las reglas de explotación;
  • y esperanza, porque la experiencia de décadas demuestra que la pesca ha sido capaz de tender puentes incluso en tiempos difíciles.

En ese equilibrio se moverán los contactos con Rusia en los próximos días. Lo que está claro para Norges Fiskarlag es que, en un contexto de incertidumbre, la mejor brújula sigue siendo la misma: ciencia sólida, reglas claras y gestión conjunta de unos recursos que no entienden de fronteras políticas, pero sí de responsabilidad compartida.