Aunque el número de ataques en el Golfo de Guinea ha disminuido considerablemente desde principios de año, el 25 de octubre dos actos de piratería tuvieron como objetivo dos barcos generándose una notable preocupación entre la flota pesquera y comercial española.
En el primer caso, fue atacado el portacontenedores de 189 metros de eslora MSC Lucia, con una capacidad de 1.893 TEU. El ataque se produjo de madrugada en alta mar frente a la costa de Nigeria, cuando el barco salía del puerto de Lomé con destino a Duala. La tripulación dio la alarma antes de refugiarse en la sala de máquinas. El destructor ruso Vice-Admiral Kulakov estaba en el lugar y envió inmediatamente un helicóptero, cuya vista fue suficiente para ahuyentar a los atacantes antes de que pudieran atacar a la tripulación.
Los marineros del Montet Tide no tuvieron tanta suerte. Cuando se encontraba a 50 millas de la isla de Bioko (Guinea Ecuatorial), el buque de suministro en alta mar de 87 metros de eslora perteneciente a la empresa estadounidense Tidewater fue atacado a primera hora de la tarde por una lancha rápida. Los asaltantes abandonaron rápidamente el barco, llevándose a tres de los marineros.
La piratería en el Golfo de Guinea ha comenzado a disminuir, con 26 actos registrados entre enero y septiembre, frente a los 46 del mismo periodo de 2020. Este doble ataque se produce cuando la fragata danesa Esbern Snare zarpó el 24 de octubre del puerto de Frederikshavn para una misión de cinco meses en la región con 175 soldados a bordo.
A principios de octubre, el Reino Unido anunció la llegada a la zona del buque patrullero de alta mar HMS Trent, con un contingente de Royal Marines.
