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Portugal asume la presidencia de la UE con importantes desafíos para la pesca

Portugal asumió el viernes 1 de enero de 2021 la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE) por cuarta vez en su historia,.

El objetivo principal que asume es la adaptación de la flota pesquera comunitaria y la implantación del acuerdo alcanzado con el Reino Unido por la UE. Cabe recordar que la negociación de las capturas de 2021 en Bruselas, en el pasado diciembre, se saldó con un acuerdo muy criticado por el sector de los últimos años. El pacto de los ministros de Pesca de la UE rebajó las capturas en aguas ibéricas atlánticas para especies como la merluza (-5 %) o el lenguado (-20 %) y recorta el 7,5 % los días de faena de los barcos mediterráneos. “En 2021 pescaremos menos y eso cambia la tendencia de las negociaciones de los últimos años”, según dijo el presidente de Europeche, Javier Garat.

Por su parte Basilio Otero, de la Federación Nacional de Cofradías, añadió que “cualquier reducción de cuota es un mal acuerdo” y lamenta que los Veintisiete hayan rebajado las capturas de especies para las que los “indicadores” científicos dan dictámenes positivos.

Portugal,con un currículo avalado por el hito de su última gestión comunitaria, cuando condujo la aprobación y firma del Tratado de Lisboa, encara ahora el nuevo escenario que abre el Brexit. No obstante, Portugal ha tenido que asumir encarado desafíos como la crisis danesa de la ratificación del Tratado de Maastricht y la elaboración de la Estrategia de Lisboa que marcó los objetivos para la primera década de este siglo, con un estilo de presidencia con el que, además, siempre ha intentado impulsar las relaciones exteriores de la UE.

1992: “RUMBO A LA UNIÓN EUROPEA”

Seis años después de su adhesión a la Comunidad Económica Europea (CEE), Portugal se estrenó en la presidencia en enero de 1992, apenas unos días después de la aprobación en Países Bajos del Tratado de Maastricht, el documento fundacional de la Unión Europea que abría camino hacia una moneda única.

El tratado se firmó en febrero, ya durante la presidencia lusa, que en su último mes al frente del Consejo tuvo que afrontar la crisis generada después de que los daneses votasen “no” a Maastricht en un referéndum.

El entonces primer ministro luso, Aníbal Cavaco Silva, lideró el inicio de los trabajos de negociación que culminarían seis meses después con una solución para la crisis, y un nuevo referéndum en 1993 en el que ganó el “sí”.

Durante esta presidencia también se concluyó la reforma de la Política Agraria Común (PAC), tras una maratoniana sesión.

Portugal empezó a apostar ya por reforzar las relaciones exteriores de Europa y organizó una reunión informal con Mercosur para la firma de un acuerdo de cooperación.

También se suscribieron acuerdos con Brasil y con Macao, que todavía era territorio portugués.

2000: “EUROPA EN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI”

La segunda presidencia lusa arrancó el 1 de enero del año 2000 bajo el liderazgo de António Guterres y dejó como resultado la Estrategia de Lisboa, un documento que definiría los objetivos del bloque para la siguiente década con una apuesta por la modernización y el refuerzo de la competitividad y el crecimiento económico.

Contó también con la apertura de la Conferencia Intergubernamental, para preparar una reforma de las instituciones de la UE ante la adhesión de países de Europa central y oriental y que culminó en el Tratado de Niza adoptado en diciembre.

Portugal volvió a dar un peso especial a la política exterior y aprovechó sus lazos históricos para impulsar la primera cumbre entre la UE y África, que se celebró en El Cairo.

En esta presidencia tuvo que afrontar otro sobresalto, cuando 14 de los 15 Estados miembro congelaron sus relaciones con Austria por la inclusión de un partido de extrema derecha (FPO) en la coalición de Gobierno.

Finalmente se consiguió un acuerdo para someter a una evaluación independiente el comportamiento del Gobierno austríaco y analizar la “naturaleza política” del FPO. Tras un informe favorable, se levantaron las sanciones meses después.

2007: “UNA UNIÓN MÁS FUERTE PARA UN MUNDO MEJOR”

La tercera y hasta ahora última presidencia portuguesa, iniciada el 1 de julio de 2007, dejó un importantísimo legado: el Tratado de Lisboa, que reformó el funcionamiento de la UE y paradójicamente restó poderes a la presidencia rotativa.

Portugal, gobernado entonces por José Sócrates, pasó de la periferia al centro de la política europea durante seis meses y consiguió una rápida redacción y aprobación de un documento que pasó a la historia con el nombre de la capital lusa.

El tratado fue firmado en el Monasterio de los Jerónimos de Lisboa, poniendo fin a años de negociaciones y a la crisis abierta por el rechazo a una Constitución Europea en los referendos celebrados en Francia y Holanda en 2005.

Los otros dos ejes de aquella presidencia fueron las relaciones del bloque comunitario con África y Brasil, en los que pudo contar con el apoyo del portugués que lideraba la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.

Se organizó la segunda cumbre con África, marcada por la polémica en torno a la presencia del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, que tenía prohibido pisar Europa por las acusaciones de violación de los derechos humanos que pesaban en su contra. La cita se realizó con Mugabe, pero sin la participación del primer ministro británico, Gordon Brown.

También se realizó la primera cumbre con Brasil, en Lisboa, que lanzó una colaboración estratégica para reforzar el diálogo político y la cooperación con el país latinoamericano.

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