El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participó en un nuevo hito en la construcción ferrolana: la del taller digital de subbloques en un astilleros de la ría de Ferrol que ha vivido en los últimos años toda una revitalización, tanto operativa como a nivel de infraestructuras. La apuesta por la eólica trajo consigo la creación de una nueva marca comercial, Navantia Seanergies, y la transformación de la factoría de Perlío para alojar la fábrica de monopiles; mientras que en el caso de Ferrol, con el inicio de las fragatas F-110 llegó la adopción del modelo Astillero 4.0 y la digitalización de las instalaciones.
La infraestructura, anunciada años atrás y atrapada en un limbo administrativo de licencias y permisos, está llamada a ser el elemento diferenciador de Ferrol de cara a un mercado internacional cada vez más competitivo. Una suerte de fábrica robotizada que permitirá desarrollar los bloques que componen los buques de un modo más dinámico y eficiente que, además, implementará una de las tecnologías de vanguardia de Navantia, el Gemelo Digital, a lo largo de todo el proceso.
Dada la importancia de este hito para la empresa pública, el encargado de dar el pistoletazo de salida al desarrollo de estas nuevas instalaciones fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien se encontraba en Galicia para la inauguración de la Convención Política del PSdeG.
Corte de chapa de la F-112
Si bien el inicio de la fabricación de la segunda unidad de la clase “Bonifaz”, la F-112, fue anunciada el pasado día 11 por el candidato socialista a la presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, no fue hasta ayer, con la visita del presidente, que comenzó oficialmente la construcción de la misma con el corte de chapa.
La cita arrancó con el desplazamiento de la comitiva –en la que se encontraban acompañando a Pedro Sánchez, entre otras autoridades, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; la presidenta de la Sepi y su homólogo de Navantia, María Belén Gualda y Ricardo Domínguez, respectivamente; y el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco– a los talleres de cortado de acero para presenciar, como ya hiciera en abril de 2022, cómo la primera plancha tomaba forma. Tras esto, el grupo se desplazó hasta la explanada en la que se ubicará la futura fábrica digital, en el extremo oriental del astillero, donde se celebró el acto.
Comienzo de los trabajos
La ceremonia de inicio de los trabajos de construcción fue pequeña y concisa, alejada del desfile de discursos de autoridades de otros actos similares celebrados en el pasado. Apenas un centenar de personas, entre representantes políticos y empresariales, trabajadores y medios acudieron al mismo, que se solventó en menos de una hora.
Así, tras una introducción al evento de manos de la periodista Rebeca Collado, que hizo hincapié en los desafíos a los que se enfrentaron las instalaciones en sus más de cuatro siglos de historia, el máximo dirigente de Navantia, Ricardo Domínguez, fue el primero en tomar la palabra. “Estamos en un astillero de 1730 que hoy lo modernizamos de una forma espectacular”, señaló Domínguez, que reflexionó sobre la labor de todos los actores implicados en el funcionamiento y crecimiento de la compañía. “Esto nos lleva a ser la única empresa española que está en el ‘top 100’ mundial de la industria de la defensa”, apuntó el dirigente, agradeciendo a todos los trabajadores su esfuerzo.
Seguidamente, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tomó la palabra. “Hoy es un gran día para Navantia, pero también para Ferrol, su comarca y, por supuesto, para Galicia”, enunció el mandatario, explicando que la fábrica de subbloques estaba llamada a ser “la punta de lanza de la transformación digital” del astillero. Asimismo, Sánchez señaló que, ya con la pandemia a nuestras espaldas, una de las cosas que “habíamos aprendido” tras esta coyuntura era “reforzar nuestras capacidades” y “reindustrializar España” gracias a los fondos europeos. Es por ello que el presidente consideró que la adopción de estas tecnologías era todo un “cambio de paradigma en el ámbito de la construcción naval”, valorando que, suponía “la mayor inversión en un astillero español en los últimos cien años”.
El acto concluyó con la colocación simbólica de la primera piedra, la cual, además, estaba configurada como una cápsula del tiempo. En su interior, para ser redescubiertos, quizás, en un futuro, se depositaron un listado de todo el personal en activo en Ferrol, un libro de la historia de Navantia, una fotografía del primer corte de chapa de las F-110, una copia del BOE en el que se declaraba al taller de Interés General y una réplica de la fragata «Bonifaz».