Europa Azul ha editado un nuevo número en el que se hace eco de la situación abierta con la crisis del gasóleo
La subida de los carburantes está provocando una «crisis sin precedentes» en el sector pesquero junto a los problemas coyunturales que arrastra desde hace años. El Consejo de Ministros adoptó medidas urgentes en respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania. El plan de choque incluía acciones para la pesca y acuicultura, que se traducirán 68,18 millones de euros, para ambos sectores. No obstante, estas medidas son consideradas como «insuficientes» por los armadores hasta el punto que en algunos puertos se pide que se ponga en marcha el mecanismo de desguaces.
Otro de los temas es la colaboración ruso-noruega va a llevar a la ruina a la flota del bacalao», aducen los armadores que no están dispuestos a permitir que el país nórdico vuelva a confiscar 4.964 toneladas a la flota de la UE, tal como lo hizo y se dedique a exportar la pesca rusa sancionada a nuestros mercados. Pese a las solicitudes españolas ante la Comisión Europea no se tiene garantizada la cuota con lo que se ha requerido el apoyo final del Parlamento Europea para conseguir perpetuar esta pesca que lleva ejerciéndose desde hace 5 siglos. Ignacio Urcola , de Velaspex, solicita una acción rápida a la UE para que no se arrebaten los derechos históricos de esta flota y para que «Noruega no sea la puerta trasera de la entrada de productos rusos sancionados».
También abordamos la controversia relacionada entre la Organización de Productores de Mejillón de Galicia, la organización más representativa del sector que representa a 672 bateas y 454 socios agrupados recibirán en breve la denominación que convertirá a Opmega en la primera “transnacional” del sector de la acuicultura de toda la Unión Europea. No obstante, Opmega mantiene con la Xunta de Galicia una controversia por su cambio de criterio en el reparto de zonas para extraer mejilla, la semilla imprescindible para el cultivo del mejillón.
Otro de nuestros temas es la iniciativa Clean Oceans permite identificar proyectos que puedan impedir que los residuos plásticos lleguen a los ríos o mares o se viertan en el suelo. Se centra en la gestión de residuos, aguas residuales y aguas pluviales en todo el mundo, con especial atención a las zonas fluviales y costeras de África, Asia y América Latina. Para ser aptos, los proyectos deben demostrar que utilizan métodos eficientes y eficaces para reducir los residuos plásticos o el vertido de microplásticos. para este cometido, Clean Oceans ha duplicado su presupuesto con un aporte de 4.000 millones de euros para limpieza de los océanos.
