Con el fin de atender las preocupaciones reales e inmediatas del sector, la Xunta de Galicia buscó la motivación investigadora de los biólogos y puso en marcha Redemar, una red tejida entre el sector pesquero y los organismos científicos radicados en Galicia para fomentar la transferencia de conocimientos y aplicar la investigación a la resolución de problemas del colectivo profesional. Los resultados de las acciones emprendidas fue analizada en el último Consello da Xunta. La conclusión es que se consiguieron resultados «muy interesantes a nivel científico», a decir de la Dirección Xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, que también está convencida del «alto grado de satisfacción tanto por parte dos pescadores como da comunidade científica».
De lo que no hay duda es de que la Administración sí esta persuadida de la conveniencia de este organismo. Tanto es así que ha decidido reforzar su apuesta por la que ha sido una «iniciativa pioneira», de forma que verá subir en este ejercicio con un 42 % de su presupuesto, hasta situarse en casi 1,8 millones de euros y, así, «propiciar novos avances a través desta pioneira ferramenta en Galicia». De aquellos 1,25 millones con los que echó a andar la iniciativa, se comprometieron 920.000 euros, y aunque la Xunta admite dificultades para ejecutar algunas acciones porque estaban financiadas por fondos comunitarios cuya vigencia expiraba, se llevaron adelante casi una treintena de actuaciones, explica la consellería.
Grupos de trabajo
Para empezar, se formaron grupos de trabajo para analizar la situación de los recursos marisqueros en la costa, desde Vigo a A Mariña —con un presupuesto de 62.000 euros—, y se realizó un convenio con el CSIC para procesar los datos que recogen los observadores de la Unidade Técnica da Pesca de Baixura (UTPB) y proporcionar una evaluación del estado de los recursos pesqueros, con un presupuesto de 97.000 euros.
Asimismo, se contrató un servicio de asesoramiento para identificar y clasificar las especies avistadas en aguas o arenales gallegos y comunicadas por los ciudadanos en el marco de Redogal, una herramienta de ciencia ciudadana para hacer un seguimiento de la vida marina y estar al tanto de las especies nuevas o extrañas que puedan ser indicadoras de cambios o alteraciones del ecosistema marino.
También se organizó un curso de formación para observadores de pesca de bajura para crear una bolsa de personas para realizar muestreos y análisis a bordo de buques de artes menores.
Estudios del sustrato de los bancos a la genética del erizo
Aparte de los proyectos más genéricos, desde Redemar se abordaron estudios más concretos sobre algas, erizos, poliquetos sedimentos u ostras. Estos son algunos:
«Hisarum». La Universidade da Coruña (UDC) y la Federación Galega impulsaron este estudio técnico de la evolución de las especies Himanthalia elongata, Sargassum muticum y Undaria pinnatifida en el litoral gallego.
«Polychaeta». También la UDC, con la propia Consellería do Mar, impulsaron un programa para analizar la biología y ecología de las miñocas para llegar a una gestión sostenible bajo un enfoque ecosistémico de los stocks de poliquetos de interés en Galicia.
«Sedimentos». La inquietud que en aquella primera reunión entre científicos y sector expuso el presidente de la federación pontevedresa de cofradías, José Manuel Rosas, cristalizó en el estudio que la Universidade de Vigo y el CIMA (Centro de Investigacións Mariñas) están realizando para determinar la influencia del sustrato en los bancos marisqueros intermareales, del que tendrá que salir, además, una propuesta de acciones para la gestión eficiente del servicio ecosistémico.
«PreOstreares». Busca las bases para restaurar los bancos de ostra plana en la ensenada de san Simón, que abordan la federación de Pontevedra y el CIMA.
«Ourixen». Persigue conocer la diversidad genética del erizo gallego y su aplicación en su conservación. También se ha desarrollado un índice de sostenibilidad para esta especie en el proyecto «Sost-Erizo».