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viernes, marzo 29, 2024
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Galicia considera negativo el acuerdo de cuotas de pesca

Galicia considera negativo el acuerdo de posibilidades de pesca para 2023 pues apenas supone avances respeto de la propuesta inicial de la Comisión Europea.La comunidad lamenta que las negociaciones de la delegación española con el Ejecutivo comunitario no dieran mayores frutos y dejaran escasos avances en relación con un punto de partida basado en las recomendaciones de los científicos y sin tener en cuenta los aspectos sociales y económicos. En el jurel del Cantábrico y Gran Sol se fija una cuota de 3.000 toneladas para España, lo que supone un recorte del 80%, y condicionada a la pesca accesoria, lo que puede implicar dificultades para el desarrollo de la actividad por parte de la flota de cerco. En el caso de la anguila, que en la actualidad contaba con una veda de tres meses, ahora se establecen dos vedas trimestrales, una obligatoria entre noviembre de 2023 y enero de 2024 y otra a elegir entre los meses de marzo y septiembre de 2024
 

La conselleira del Mar, Rosa Quintana, aseguró que el resultado del Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea en el que se fijaron los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas para 2023 en aguas comunitarias es negativo para Galicia y España pues apenas supone avances en relación con la propuesta inicial presentada por la Comisión Europea.

La titular de Mar, que estuvo siguiendo con el sector desde Bruselas el avance de los debates a pesar de no formar parte de la delegación negociadora española -compuesta por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y el Gobierno cántabro en representación de las comunidades autónomas españolas-, lamentó que en esta cumbre no se consiguiera ninguno de los objetivos marcados para atender las necesidades de la flota gallega y española.

Rosa Quintana lamentó que, tras tantas horas de negociación -fue uno de los Consejos de Ministros de Pesca más largos de los últimos años-, los avances fueran escasos y España volviera prácticamente como fue a Bruselas, con la mayoría de propuestas iniciales que hacía la Comisión Europea intactas y basadas exclusivamente nos informes científicos, sin tener en cuenta los aspectos sociales y económicos.

La representante de la Xunta destacó que en las especies de gran impacto que partían con una propuesta muy negativa de cero capturas, no se avanzó en gran medida. En el caso del jurel del Cantábrico y de Gran Sol, frente a esa propuesta de cierre de la pesquera, se estableció un TAC de 15.000 toneladas (3.000 para España), lo que supone un recorte del 80% en relación con 2022. Además esa cuota queda condicionada a la pesca accesoria, lo que puede impedir su captura por la flota de cerco, y sin flexibilidades interanuales en las posibilidades de captura ni aumentos en los intercambios entre las zonas norte y sur.

En el caso de la anguila, que en la actualidad contaba con una veda de tres meses, ahora se establecen dos vedas trimestrales, una obligatoria entre noviembre de 2023 y enero de 2024 y otra a elegir entre los meses de marzo y septiembre de 2024. En el caso de la angula, también contará con dos vedas trimestrales para velar por el estado del recurso.

Aumento se 25 por ciento

El balance global de los TAC y cuotas para 2023 supone un aumento de las posibilidades de pesca del 25%, pero basado fundamentalmente en la propuesta inicial realizada por los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (*CIEM) y que fue asumida por la Comisión Europea. Destaca la subida de la merluza en aguas ibéricas -que duplica la cuota de 2022- una vez corregido el error que tenían los científicos en el modelo matemático de evaluación de su estado y que supuso en los últimos años recortes en las posibilidades de pesca de esta especie.

Entre los incrementos también están la mejora del 12% en el rape y del 33% en el gallo de aguas ibéricas así como la *repunta del 15% en el jurel de la zona sur, entre Fisterra y el golfo de Cádiz. La mayores el acuerdo permitió mantener las cuotas de captura del lenguado y del abadejo en aguas del Cantábrico, para los que inicialmente se proponía un recorte del 10%.

La titular de Mar lamentó que no se produjeran mayores avances y que las negociaciones de la delegación española con la Comisión Europea no dieran un mejor resultado para la flota gallega y española. En este sentido, subrayó tanto la escasa empatía como la intransigencia mostrada por el Ejecutivo comunitario y la nula consideración de los esfuerzos realizados por el sector en los últimos años para mantener en buen estado las pesqueras.

En la misma línea, Rosa Quintana destacó que el resultado de este Consejo de Ministros de Pesca de la UE puede suponer ciertas complicaciones para el desarrollo de la actividad por parte de la flota de cerco -fruto del ajuste en el jurel del norte-, una dificultades que se añaden a las que ya está sufriendo la flota de palangre de fondo a consecuencia del veto fijado por Bruselas en 87 áreas de aguas comunitarias.   

Aguas compartidas con el Reino Unido

Las negociaciones desarrolladas entre el pasado domingo y esta madrugada también sirvieron para establecer que nos caladeros de aguas compartidas con el Reino Unido se fijan cuotas provisionales proporcionales al TAC de este año a la espera de que se consiga un acuerdo entre la Comisión Europea y el Gobierno británico. Esta medida pretende dar estabilidad a la actividad del sector mientras no hay unas cuotas definitivas.

La titular de Mar lamentó que, una vez más, la Comisión Europea dio prioridad a los aspectos medioambientales frente a los sociales y los económicos y apeló a la necesidad de que haya un equilibrio en esos tres aspectos para garantizar tanto el buen estado de los recursos como el mantenimiento de la actividad de la flota. 

Ante esta situación, Rosa Quintana incidió en que Galicia seguirá trabajando de la mano del sector con el objetivo de que pueda desarrollar su labor con normalidad y seguir demostrando a las autoridades europeas que realiza una pesca responsable, lo que permitió que la mayoría de los caladeros en los que faena se encuentren en el rendimiento máximo sostenible (RMS), el nivel óptimo de capturas que se puede extraer de una población sin perjudicar el estado del recurso

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