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viernes, abril 19, 2024
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La flota del bacalao se lanza a Svalbard con riesgo de sufrir apresamientos

La flota vasca del bacalao se ha lanzado a pescar en caladero noruego con todo los riesgos que conlleva por las últimas decisiones unilaterales del país nórdico. Así, hoy el lunes zarpa el buque Arosa Nueve, de la empresa pasaitarra Velaspex, para continuar la campaña de esta especie en Svalbard. Por su parte, otro buque originario de Pasajes, el Egunabar, de Pesquera Laurak Bat, está desde la semana pasada pescando en este caladero. Las continuas restricciones a la flota en Canadá y Noruega han mermado la presencia al mínimo.

La salida de los barcos puede conllevar un grave conflicto diplomático porque Noruega ha adelantado que apresará todos los buques europeos que excedan la cuota de pesca impuesta unilateralmente por este país, en clara contravención de los tratados internacionales y especialmente el Tratado de París

La flota vasca sigue pescando, en dos zonas, en la zona económica noruega, y en
Svalbard. La primera zona es de soberanía noruega, mientras que en la segunda está regulada por el tratado de Paris de 1920. Dentro de este tratado se explicita que Noruega deberá respetar la actividad pesquera  de aquellos países que ya realizan esta actividad y no podrá tomar medidas discriminatorias. Es decir, en Svalbard, la flota pesca en materia de cuotas al amparo de la normativa europea. Por ello es la Comisión la única que tiene la potestad legal de decretar el cese de las operaciones pesqueras europeas en la zona. Noruega no tiene autoridad alguna para ello. Es decir que, si Noruega decidiera que las actividades de los buques pesqueros de la UE debieran de cesar, tendría que comunicárselo a la Comisión europea y sería esta la que tendría que tomar una decisión, con claras consecuencias legales resultantes de paralizar las actividades arbitrariamente lesionando derechos individuales.

La utilización del Brexit

El Reino de Noruega utilizó la fase final de las negociaciones del Brexit en diciembre de 2020 para intentar despojar a la flota de Pasajes de sus derechos históricos en el archipiélago de Svalbard. Para la comunidad internacional, esos territorios son aguas internacionales en las que Noruega tiene la soberanía limitada por el propio tratado tal y como lo dicta el tratado de Paris de 1920, su soberanía se reduce a poder poner
las normas de conservación de los recursos existentes. En el tratado se explicita que Noruega no podrá obtener rédito fiscal de las actividades humanas que ahí se realicen. La interpretación de Noruega es que las limitaciones no existe y que esas aguas e islas (que tienen cantidades ingentes de petróleo, gas, uranio y tierras raras) son suyas. El elemento material que fija que el tratado está vigente es la actividad
llevada por la flota bacaladera europea ahí (unos 14 barcos). De aquí que Noruega quiera mermar su actividad como un acto de soberanía.

Según Ignacio Urcola de la empresa Velaxpex, «desde diciembre la Comisión Europea está en negociaciones diplomáticas intentando que Noruega deponga su actitud acaparadora. No ha tenido problema en tachar estas acciones de Noruega como _fuera de la ley _ y _no son propias de un país amigo». Para ello, ha tratado de llevar a cabo la reducción de un 30 por ciento de la cuota, «lo cual sesgaría nuestra posibilidad de continuar la actividad y seguramente acabaría con la flota vasca; mientras que en términos económicos todo lo que quiere quitarle Noruega cada año a la flota europea supone menos de lo que el país nórdico exporta en un solo día», señala Urcola.


Aunque es evidente que Noruega está utilizando la pesca como antesala para hacer actos de soberanía para apropiarse de los recursos naturales ahí presentes, la Comisión Europea no ha tomado todavía decisiones drásticas que hagan que Noruega de marcha atrás y confía en la vía diplomática. Entre tanto Noruega se ha reafirmado por escrito en varias ocasiones que apresará a aquellos barcos europeos que pesquen más de lo que fijan Noruega aunque la Comision Europea haya fijado otro limite.

Por todo ello, Urcola juzga que «desde la industria siempre hemos entendido que, como en el pasado, si no se produce este conflicto y se escala el asunto a la opinión pública, la Comisión no tomará medidas que sean efectivas para desbloquear el
asunto. Los Estados Miembros son de nuestra opinión. Y la Comisión así nos ha transmitido que en caso de producirse el arresto será cuando emprenda medidas de calado comercial».

Nuevo giro de Noruega

En esta tesitura, Urcola mantiene que «entre tanto, la totalidad de industria coordinándonos con los Estados Miembros, hemos ido desarrollando una estrategia común para salvaguardar nuestra actividad». Entre estas medidas, se decidió que lo
mejor era pescar cada barco hasta la cantidad impuesta por Noruega. «Así
lo ha cumplido Velaspex, pero hace diez días, Noruega dio un giro ya que, saltándose de nuevo las leyes internacionales, y con bastante seguridad también algunas normas internas suyas, recalcó que permitía a la flota europea llevar una contabilidad única entre las dos zonas en las que pescamos; la zona en disputa, cuyos derechos de pesca tienen un origen histórico, y los de la zona económica noruega, cuyo origen está en un contrato entre Noruega y la UE por el cual se intercambian cuota en diversos caladeros».

La gravedad del asunto que va camino de generar un conflicto diplomático radica que en mayo de este año, Noruega también se saltó el marco regulatorio de la pesca de la caballa en el mar del norte autoasignándose casi el doble de cuota de la que le correspondía, con grave perjuicio para la flota de bajura vasca. «En fin esta actuando como un país del que del que la UE no debería fiarse», finaliza Urcola.


Dos empresas pasaitarras, Velaspex y Laurak Bat son las únican que mantienen una actividad que dio riqueza a Gipuzkoa con la pesca de bacalao. Cada una de las empresas tiene un barco que da empleo a 27 y 25 tripulantes pero de forma indirecta dan trabajo a 300 personas más. En Svalbard tienen una cuota de 1.678 toneladas y en la zona económica exclusiva noruega de 388 toneladas. En el año 1981 el sector bacaladero llegó a contar con 79 barcos vascos. Ahora España dispone sólo de 4 barcos, los dos de Pasaia anteriormente mencionados y otros dos gallegos, de las empresas Ancora y Valiela.






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