Los pescadores británicos deben modernizar sus barcos, una vez que se ha conocido un informe de WWF que expresa que más de la mitad de la flota pesquera británica tiene más de 30 años.
El informe, publicado a mediados de agosto, destaca la contaminación que provoca el sector y la «necesidad urgente de actuar» para acelerar la modernización de los buques, sobre todo en materia de energía. El informe sugiere el uso de combustibles menos contaminantes y «la instalación de sistemas de control electrónico para proporcionar una imagen precisa» de la actividad marítima.
Barrie Deas, representante de la Federación Nacional de Organizaciones de Pescadores (NFFO), afirmó que la modernización de la flota británica es «una cuestión compleja», ya que la situación y las necesidades difieren considerablemente entre los distintos buques pesqueros. «Por ejemplo, nuestros arrastreros pelágicos son muy grandes y modernos, por lo que los pescadores han podido invertir en ellos».
Para otros, como los pescadores artesanales de la costa oeste de Escocia, acceder a esa tecnología es más complicado, tanto administrativa como económicamente, aunque la flota está envejeciendo. Uno de nuestros miembros adquirió un nuevo barco el año pasado», afirma Elaine Whyte, de la organización escocesa Clyde Fish. Es el primer barco nuevo que se incorpora al Clyde en 17 años.
La ayuda de 100 millones de libras (116 millones de euros), anunciada a finales de 2020 por el Gobierno británico para «modernizar la flota pesquera británica», sigue siendo esperada por los pescadores, deseosos de modernizar sus herramientas de trabajo. Pero no a costa de la rentabilidad de su actividad.