La pesca extractiva ve con mucha preocupación la actual situación, así como las 64 ramas de actividad económica a las que arrastra, que también tiemblan ante las contrariedades que se le presentan por delante.
La Fundación Rendemento Económico Mínimo Sostible e Social (FREMSS), con las asociaciones del puerto de A Coruña y la federación provincial de Cofradías, y han hecho piña la Confederación de Asociaciones del Sector Mar-Industria, ente que surgió espoleado por las sucesivas tentativas de modificar la Ley de Costas y la duración de sus concesiones y que engloba a Agade (Asociación Galega de Depuradores), la patronal conservera Anfaco-Cecopesca, la de la acuicultura (Apromar) y el clúster de ese sector, así como la Federación Galega de Mexilloeiros
Su importancia en la cohesión de las zonas costeras, que proporciona puestos de trabajo en áreas altamente dependientes de la actividad extractiva y pieza clave en la soberanía alimentaria, como demostró en los momentos más duros de la pandemia ve como muy importante la aportación de proteína que desarrolla. Por ello, si el sector se debilita aprecia que se dejarían en manos de terceros, como China, la misión de llenar las despensas del país y ya se sabe qué ha ocurrido con las mascarillas y la proximidad en el momento en que hicieron falta.
Ajenos a todos esos argumentos, desde esferas como la Unión Europea o la Organización Común de Mercados (OMC), en lugar de promover esa pesca sostenible y facilitar su perdurabilidad, aprecian que pueden poner en peligro el futuro del sector.
Un ejemplo: las áreas marinas protegidas (AMP). Existe el compromiso de acotar un 10 % de los océanos con esa figura, como recogen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Pero la UE quiere ir más allá y en su estrategia Biodiversidad eleve la apuesta al 30 %, otro elemento de oposición. El 10 % serían de reserva integral, vetada a una pesca de la que gradualmente desaparecerían artes como el arrastre de fondo. Es decir, «que non se está apostando na UE pola sostibilidade social, económica e medioambiental da pesca».
Subsidios a la pesca
Otro ejemplo: los subsidios a la pesca. De acuerdo con Naciones Unidas, el plan es desarticular aquellas ayudas que alientan la sobrepesca o la pesca ilegal, entendida esta por la IUU (ilegal, no declarada y no reglamentada), pero en la OMC se ha ido mucho más allá y se está hablando de eliminar todos los subsidios, con lo que se agravaría la situación del sector.
Pues bien, ante todos esos ataques, los eslabones de la cadena mar-industria gallega se han apretado más en defensa de su actividad y han lanzado un manifiesto al que pretenden que se sume el Consello Galego de Pesca para acabar subiendo al carro a toda la sociedad civil.
Buscan que la estrategia Biodiversidad atienda las necesidades de la pesca, por un lado, y que no se supriman las ayudas que alientan la actividad sostenible.