Las organizaciones ecologistas, ClientEarth, MSC, Oceana, Our Fish, Sustainable Fisheries Partnership y WWF se han unido e inician una campaña para modificar el sistema de control de la pesca. Según un manifiesto firmado » este año 2020 debería ser clave para alcanzar los objetivos de sostenibilidad de la política pesquera común (PPC) que se marcó la Unión Europea». Sin embargo, el reto es más que complejo, no solo debido a problemáticas que se arrastran desde hace tiempo, como la necesidad de mejorar los sistemas de vigilancia electrónica, el seguimiento a las embarcaciones de menos de 12 metros, la falta de transparencia en la cadena de suministro o la entrada de pesca ilegal en el mercado. Si no, también debido a la crisis de la Covid-19, que ha tenido un fuerte impacto en el sector pesquero.
Actualmente, el proceso de revisión del sistema de control de la pesca impulsado por la Unión Europea es una oportunidad clave para poner encima de la mesa propuestas que aseguren tanto el futuro del sector y su sostenibilidad, como la resiliencia del océano y la protección de la biodiversidad marina. Ahora es el momento. «En la revisión de este reglamento todas las partes juegan un papel importante, desde el Gobierno hasta la industria y las ONG, aunque es el propio sector pesquero quién debería liderar iniciativas que promuevan la sostenibilidad. De la UE, y los diferentes Estados miembros depende otorgar un marco jurídico sólido y eficiente que establezca las garantías necesarias que aseguren la igualdad de condiciones en el sector y un medioambiente marino sano. Por su lado, la industria pesquera debe garantizar la sostenibilidad, e ir más allá de los requerimientos legales, liderando iniciativas de mejora. Por nuestra parte, las ONG debemos continuar sensibilizando, impulsando proyectos de transformación pesquera y promoviendo procesos de mejora y cambios políticos y legislativos», señalan en el manifiesta.
En aras de la sostenibilidad
En su opinión, » sostenibilidad de los productos que consumimos es algo cada vez más demandado por los consumidores; y que también goza de un creciente interés por parte de las empresas de la cadena de suministro, y de los diferentes Estados, que buscan ofrecer a la ciudadanía, no solo una fuente de alimentación sana y un entorno marino sostenible, sino también una fuente de empleo en el presente y para las futuras generaciones».
Asumen que «es cierto, que existen discrepancias, pero también existen sinergias; y el trabajo conjunto es vital para abordar este desafío y establecer medidas concretas de acción». Ponen en valor las palabras de Borja Velasco, subdirector general de Vigilancia Pesquera y Lucha contra la Pesca Ilegal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que decía “Por supuesto es necesario reformar el sistema de seguimiento y control, siempre hay cosas que mejorar y desde luego hay cosas que debemos mejorar”.
Por ello estas organizaciones mantienen que «sería posible en el marco del actual proceso de revisión del régimen de control de la pesca de la UE promover conjuntamente medidas como: la necesidad de fortalecer el monitoreo de los buques incluyendo el uso obligatorio de dispositivos de seguimiento independientemente de la eslora, la obligación de mantener un diario de pesca para registrar las operaciones, mejorar la transparencia de la información que proporcionan los Estados miembros, alinear los regímenes de sanciones o fortalecer las disposiciones actuales de trazabilidad, teniendo en cuenta el deber del legislador de garantizar un régimen de control sencillo, transparente y eficaz».
Flota artesanal
Igualmente también darse voz en este tipo de procesos a las pequeñas flotas y a la pesca artesanal, a través de medidas para la correcta implementación de los sistemas de monitoreo y digitalización; y al mismo tiempo cubrir todos los segmentos de flota, incluyendo la pesca recreativa. “Europa debe apoyar a quienes queremos seguir avanzando y construyendo, y nuestra flota a pequeña escala tiene mucha fuerza social, pero muy poca voz”, reflexionaba Nicolás Fernández, gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Conil.
Sin embargo, las organizaciones dicen que «no basta solo con esto, la revisión del Reglamento de Control europeo, tiene que vincularse necesariamente con la estrategia de biodiversidad y la estrategia del Mar a la mesa. Solo así, pescado y marisco pueden rastrearse hasta su origen a lo largo de toda la cadena de suministro».
En este sentido explican que «es importante destacar las consecuencias devastadoras que tiene la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) para nuestro océano, ya que agota las poblaciones de peces y destruye los hábitats marinos; pero también distorsiona la competencia, perjudicando a los pescadores legales y amenazando a las comunidades costeras que tienen en la pesca su principal medio de vida. Por ello, el control estricto, también sobre las importaciones pesqueras resulta clave. Javier López, director de la campaña de Pesca de Oceana en Europa, explica que “actualmente no es obligatorio que la flota de pequeña escala disponga de dispositivos de seguimiento. Este hecho no sólo pone en peligro su seguridad, sino que también supone un riesgo para la efectividad de la gestión y la conservación del medio marino.” López añade que “la evolución de la tecnología ya ha facilitado dispositivos de localización económicos y de dimensiones reducidas, ahora solo hace falta voluntad política para exigir un control exhaustivo de la posición de todos los buques pesqueros independientemente de su tamaño.”
De este modo, resulta imprescindible que «los Estados miembros dispongan de una base de datos digitalizada para el control de la pesca INDNR, que permita el intercambio de información de manera más ágil».
Para este grupo «este proceso de reforma es una ocasión única para comprometerse con la sostenibilidad públicamente, establecer sinergias y llevar a cabo acciones conjuntas, desde trabajo legislativo, hasta sensibilización e intercambio de información. Con ese objetivo, varias ONG ambientales llevamos a cabo un seminario online en el que participaron representantes del Gobierno, industria y ONG».
Finalmente, expresan que «el momento que estamos viviendo, en plena crisis a nivel mundial, hace que ahora sea más necesario que nunca unir fuerzas para proteger a los pescadores, a la pesca, a las personas que viven de ella, al océano y a la vida marina y con ello la vida en el sentido más amplio».
