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sábado, noviembre 9, 2024
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La flota de bajura no encuentra patudo en el Atlántico

La flota de bajura del Cantábrico no ha encontrado patudo en la zona de Galicia y Atlántico norte con lo que toda su actividad se centro en tratar de agotar la cuota que tienen de atún rojo. Esta flota ha solicitado que el tope de capturas para el bonito recupere los niveles de 2005, que era de 21 millones de kilos. Esto viene a cuenta del cierre prematuro de la campaña de bonito por el agotamiento de la cuota. Y, es que no hay nada peor para una arrantzale que impedirle pescar una especie cuando ve que ésta abunda en la mar. Eso es lo que ha ocurrido este año con el bonito, con una cuota para España de 15 millones de kilos -14 para la flota del Cantábrico y el resto en Canarias-, que quedó agotada el pasado 23 de agosto y que deja ahora a las embarcaciones con la única opción del patudo y de tratar de consumir la cuota de atún rojo (cimarrón) que todavía tienen disponible.

Eugenio Elduayen, presidente de la Federación de Cofradías de Gipuzkoa, considera que «se hubiera redondeado el buen año con tres o cuatro millones de kilos de bonito más de cuota», con lo que se habría vuelto a los niveles del 2005.

-¿El cierre de la costera de bonito por el agotamiento de la cuota establecida ha sido un duro golpe?

-Tenemos que aceptar las reglas de juego. Existe una cuota tope y la hemos agotado. Ahora no podemos seguir faenando. Pero se nos ha quedado una sensación de impotencia porque hay mucho pescado en la mar que no vamos a poder pescar. Podíamos haber registrado un año histórico en capturas de haber contado con una cuota superior, algo que vista la abundancia de la especie…, pero no ha sido así. Ahora bien, es mejor tener pescado y capturarlo que perseguirlo y no encontrarlo como ha ocurrido en otras muchas campañas. En ese sentido no nos podemos quejar…

-¿Cuáles son las causas que han provocado un agotamiento tan prematuro?

-Ha habido mucho pescado. Se ha concentrado en el Cantábrico y por ello las mareas se han hecho más cortas. Salías y encontrabas el bonito cerca con lo que se acortaba la vuelta a puerto para la descraga y podías volver de nuevo al caladero. No hemos tenido que desplazarnos hasta Irlanda o Galicia, como otras veces. Ha sido una pesca continua, en la que han confluido unas condiciones favorables: abundante alimento para el bonito, y éste se ha quedado cerca de aquí.

-¿Parece que los conserveros se han animado a comprar?

-Las capturados son las mismas que otros años. El conservero conoce los kilos de bonito que podemos aportar sobre el total de 14 millones de kilos para la flota vasca, y en base a ese cálculo ha realizado sus compras. En ventas no ha sido un año diferente y el precio ha sido bueno, pero nos gustaría más. El conservero sabe lo que necesita para su fábrica y ha comprado lo que ha necesitado, pero no más que otros años. Lo único que difiere es que el ritmo de las capturas se ha acelerado con lo que el fin de la costera ha llegado antes.

-¿Se podía haber conseguido una autorregulación de las faenas y así haber prorrogado la pesca unas semanas más?

– Cada flota tiene sus especificidades, sus fiestas, sus paros…, y no se sabe dónde va a estar el pescado. Ocurre que toda la cornisa cantábrica participa en la campaña. Y la regulación como se hace en la anchoa es muy complicada. No veo una fórmula en la que entren todos los barcos para regular la pesca, con unos topes por barco como ocurre con el boquerón. La pesca de bonito es diferente y encontrar la fórmula se complica, pero tenemos que hacer una reflexión para ver cómo hacer posible una costera mejor.

– ¿Agotado el bonito, ahora a qué especies se están dedicando?

-Algunos barcos han ido a Coruña a pescar patudo. Veremos si se consigue localizar la especie. Otros han optado por el cimarrón, del que todavía nos queda cuota para capturar hasta octubre. Son las dos especies alternativas a las que nos vamos a dedicar en las próximas semanas.

-Han tenido campañas extraordinarias este año, con agotamiento de las cuotas de pesca.

– Tenemos cuotas tan bajas que al final se generan muchos problemas. En el verdel dispusimos de 4, 8 millones de kilos y el tope también se consumió; en el caso de la flota de cerco en apenas una semana. Los barcos de anzuelo consiguieron prolongar la campaña algo más y sí mejoraron el precio. Por lo que respecta a la anchoa, para la flota vasca contábamos con una cuota de ocho millones de kilos y también se consumió. Como no vino con un tamaño bueno para la conserva, el precio se vió perjudicado. Las evaluaciones que se han hecho han demostrado que la población se encuentra en unas condiciones saludables. Esta es la única especie en la que el nivel de cuota se ajusta a nuestras necesidades, pese a que hay mucha anchoa en la mar. Es en el bonito, en el que se requeriría aumentar las cuotas porque vemos que abunda, y antes se autorizaban unos topes superiores sin que se resintiera la población.

-¿Cuánta cuota de bonito sería la apropiada?

-Hubiera sido necesario contar con tres o cuatro millones de kilos más de esta especie. Desde el 2005 a 2007 la cuota era de 20 a 21 millones de kilos. Ahora estamos en 15, incluido lo que pescan los canarios. La cuota se ha ido reduciendo y por ello se produce su agotamiento.

-Después de unos años muy duros, se ha demostrado que el sector de bajura es rentable.

-Hemos padecido campañas de todos los colores. El bonito no entraba en el Cantábrico en otras ediciones. No había manera de pescar. Ahora llevamos dos o tres años en los que agotamos toda la cuota. Trataremos de mantener este ciclo bueno con máximos históricos de captura, aunque el verdel tiene un tope de capturas bajísimo. El sector se encuentra ahora bien, pero podíamos haber redondeado un año muy bueno. En los próximos ejercicios intentaremos que se amplíe la cuota.

– ¿Pero desde agosto hasta marzo del 2019 en el que empezara el verdel no van a tener mucha actividad?

-Después de setiembre siempre hemos pescado sardina. Esperamos que aparezca la especie. En aguas españolas está sometida a un Plan Experimental, pero nuestra flota pueda pescarla en aguas francesas. Como el patudo no aparezca, como ha ocurrido otros años, será la sardina la que nos pueda hacer conseguir un año rentable.

– El bonito se queda ahora para las flotas pelágicas de Francia e Irlanda, y desde el sector pesquerovasco siempre se ha considerado que sus capturas tienen una baja calidad para el consumidor.

-No me gusta el empleo del arrastre pelágico. Estamos en contra. Es un arte de pesca perjudicial para la biodiversidad y para la pesca artesanal, pero Europa lo permite. El ama de casa tendrá que valorar si compra el bonito de esa flota y si da así continuidad a su existencia.

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