El presidente de la Autoridad Portuaria, Laureano Lourido, manifiesta que «hay empresas de Canadá, Nigeria y Catar muy interesadas en la planta regasificadora de Gijón».Enagás, la compañía propietaria de la regasificadora de El Musel estima que podrá poner la planta en servicio a lo largo de 2018, tras una nueva tramitación administrativa, el cierre de contratos con potenciales clientes y una revisión técnica de la instalación. La empresa comenzará a dar esos pasos sucesivos una vez que haya sido aprobado el real decreto que tramita el Gobierno para levantar la moratoria en función de la cual la regasificadora permanece hibernada desde 2012, año en el que culminó su construcción, sin haber entrado nunca en funcionamiento.
La primera traba para que la regasificadora pueda llegar a entrar en servicio, la política, está en vías de superarse con el proyecto de real decreto que levantará la hibernación de una instalación en la que Enagás invirtió 282 millones de euros. El proyecto de real decreto salió a información pública el pasado 7 de marzo, tras la reunión que mantuvieron en Madrid el pasado 31 de enero el Ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal y el Consejero de Industria del Principado, Francisco Blanco. El periodo para presentar alegaciones ante la Dirección General de Política Energética y Minas del Ministerio concluye el próximo 28 de marzo.
Actividad de la Autoridad Portuaria de Gijón
Por su parte Lourido llegó como presidente a la Autoridad Portuaria de Gijón el 3 de septiembre de 2015, sustituyendo en el cargo a Rosa Aza. El portuario no le es un ambiente ajeno. Capitán de la Marina Mercante, el primer buque en el que navegó fue el ‘Pola de Allande’ y, tras 27 años en empresas estibadoras, estuvo tres años al frente de la terminal granelera de la European Bulk Handling Installation (EBHI). Los dos últimos años los ha pasado dedicado al despegue del puerto de El Musel y asegura que por fin «hemos dejado atrás la borrasca». Se reafirma en que la crisis económica está superada.
-¿Dónde está pues el futuro del desarrollo del puerto? Porque los graneles dan para lo que dan…
-ArcelorMittal siempre va a estar en los 9 ó 10 millones de toneladas, que es su capacidad máxima, y las centrales térmicas tienen algunas oscilaciones. Pero lo que tiene que ser algo inminente, y estamos hablando de dos millones de toneladas, sería la apertura de la regasificadora. Es una oportunidad no solo para el Puerto de Gijón, sino para toda Europa.
-¿Por qué?
-Porque ahora el gas está fluyendo desde el norte al sur, salvo España, que se mete por Argelia. La Unión Europea piensa que si un día rusos y ucranianos cierran el suministro, como ya hicieron, habrá un problema. Por eso está la tesis de que los países deben ser solidarios en cuanto a la energía, es decir, que hay que empezar a ser receptores y que fluya también de sur a norte. Aquí tenemos una planta que no es para distribuir por España, sino que es de oportunidades, que venga el gas, se almacene y se mande para el resto de Europa.
-¿Y hay interés en ponerla en marcha?
-Sí. Hay empresas canadienses y también están muy interesados Nigeria y Catar, que son los países que tiene un mayor potencial de gas y quieren entrar en Europa. Hace menos de un mes he estado con el embajador de Catar y hace unos quince días estuvo aquí el ministro de Nigeria, en un encuentro con el Principado y empresarios asturias, y estuvimos hablando de todo esto. Nigeria tiene mucho gas y está muy interesada en traerlo a Europa, igual que los cataríes. Hay interés.
-De salir adelante ese proyecto, ¿qué supondría en datos?
-Los últimos números que se barajan es que aportarían al conjunto de la economía portuaria en torno a 33 millones de euros, porque contratarían más agua a la EMA, más energía eléctrica, los servicios técnico náuticos… Exclusivamente para el Puerto sería en torno a los dos millones de euros. Según Enagás, sería un concurso la compra y después se trataría de acometer la venta al Norte de Europa.
-Siempre dice que el puerto no es el motor económico de Asturias, sino las empresas de la región…
-Es la economía asturiana la que tira por el puerto. Nosotros lo único que podemos ser es un freno de mano, por tener mucha burocracia y lentos despachando, o facilitadores. Cuanto más rápido y seguras pasen por las mercancías por el puerto, mejor. Pero seguras no solo por que las roben, sino porque haya paz social. Llevamos 17 años sin conflictividad laboral y eso es lo que se entiende por un puerto que da seguridad a sus clientes. La paz social, unida a que demos facilidades a los clientes, es en lo que podemos ayudar a las empresas asturianas. Si no fuera así, trabajarían con otros puertos, pero a unos costes mayores y dejarían de ser competitivas.
-Siempre defendió que el puerto ni compra ni vende. ¿Eso quiere decir que la labor comercializadora está abandonada?
-Ni muchísimo menos, es una labor diferente. ¿Cómo entiendo la comercialización? Llevo 27 años en empresas estibadoras y el puerto siempre va a ir acompañando a las empresas dándoles facilidades, pero lo que no vamos a hacer es ir por el mundo, de feria en feria. Esa idea la hemos desechado. Nosotros vamos con las empresas que detecten un nicho de mercado y las vamos a apoyar, nos volcamos con ellas.
-Pero no han salido a la luz resultados destacados…
-Hemos hecho cosas muy interesantes que las hemos tenido calladas porque los clientes lo han pedido o porque a lo mejor a última hora no salieron. Por ejemplo, estuvimos a punto de ocupar en la gran zona de la ampliación de El Musel, pero el proyecto no salió. Pero esa labor sí que la hacemos.
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-¿Algún otro proyecto del que se pueda hablar?
-Hemos contratado un estudio para saber cómo podríamos tener una terminal de coches. Entendemos que hay una saturación de mercado en el norte de la Península, que puede cambiar un poco el clima político y que hay un nicho para nosotros. Sería una terminal de coches, y queremos saber qué posibilidades tenemos y cómo lo podríamos hacer. Esperamos que antes de final de año tengamos ya el estudio y se lo vamos a presentar a la asociación Anfac, de la patronal del automóvil. Estamos en contacto con los directores comerciales de algunas empresas de automóviles.
-La Anfac siempre tuvo la mejor consideración del servicio que ofrecía el Puerto de Gijón, con la autopista del mar…
-Eso es y como ahora hay un paréntesis en ese servicio lo vamos a presentar. Nosotros tenemos espacio y otros puertos no tanto como el que necesitan.
-Otro de los tráficos que quieren potenciar es la mercancía en contenedores. ¿No es así?
-En el tema de los contenedores hemos estado en Palencia porque sabemos que envían muchísima alfalfa a los países árabes para alimentar a los caballos. Estamos hablando de exportaciones de entre 3.000 y 4.000 contenedores. Pero hay que ver qué pasa, porque lo sacarán a concurso a una naviera y ella lo exportará por el puerto que considere. Nosotros nos vamos a presentar al concurso. Pero también hacemos jornadas, como las del gas, que fueron un éxito rotundo. No estamos parados e intentamos trabajar con humildad y sobre todo apoyar a las empresas asturianas, no pasear por el mundo de feria en feria. Es una forma más racional de trabajar. Otra cosa muy importante es que, cuando hay posibilidad de captar un tráfico nuevo queremos que nos acompañe alguien del comité de empresa de la estiba. ¿Por qué? Para que palpen lo difícil que es captar un tráfico y lo fácil que es perderlo. No es labor del puerto solo, sino del ambiente portuario.
-O sea, que esa labor comercializadora está más dirigida a las empresas, ¿no?
-Hemos descartado las ferias, salvo las que tenemos que ir sí o sí, como la de graneles.
-Hace unos años era visita obligada la feria de cruceros de Miami. ¿Ahora no van?
-No vamos, porque allí tenemos un agente destacado. Nosotros trabajamos mucho con Asturex y en este caso tenemos una persona destacada que trabaja para varios clientes y también para nosotros. Cuando detecta que hay una línea que tiene interés en el puerto de Gijón, vamos directamente a hablar con la naviera, pero nosotros no vamos a Miami para repartir folletos por los estands y traer un crucero.
Los cruceros
-Sobre los cruceros, a mucha gente le llama la atención más que el aumento en el número de barcos que vienen, que los que lo hagan sean de lujo.
-Si no tuviésemos la ampliación no podríamos tener esos barcos. El calado máximo de los muelles interiores es de 13,75 metros y estos barcos grandes vienen con más calado, nos hubiésemos olvidado de ellos. Andaríamos entre seis y nueve barcos pequeños al año y los grandes no podrían venir. Una vez que tenemos posibilidades de que entren, la siguiente labor es meterlos en el circuito de los que van a Bilbao y La Coruña. Pero la condición ‘sine qua non’ es que puedan venir. A lo mejor, como ciudad, quizá tengan más atractivos Bilbao y La Coruña, pero sí lo tiene Asturias. Llegas a Covadonga en una hora y media de autobús y en menos a Oviedo, Avilés, Cudillero… Los pasajeros se mueven bastante.
-¿Es un tráfico que va claramente arriba?
-Puede ir creciendo, pero veo difícil llegar al número de La Coruña o Bilbao, que están en 50 ó 60 al año. No lo veo para nosotros, porque la oferta que podemos dar es más limitada. En Bilbao van desde a las bodegas de La Rioja hasta el País Vasco francés, tienen mucho más que nosotros. Es una cuestión de geografía. Lo importante es no perder y luego crecer con humildad. Dios quiera que me equivoque, pero veo una horquilla máxima de entre 15 ó 20 barcos al año, como ahora.