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sábado, noviembre 23, 2024
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AZTI identifica las brechas de conocimiento del océano profundo paraimpulsar una investigación estratégica


El centro tecnológico AZTI ha liderado en el marco del proyecto EPROCAN, el análisis del conocimiento científico del ecosistema profundo del golfo de Bizkaia. Las necesidades de recursos y los avances tecnológicos están impulsando actividades marinas que pueden ser desarrolladas en zonas cada vez más profundas, lo que puede conllevar serios impactos ambientales en el ecosistema profundo. La definición de las necesidades de investigación está dirigida a ampliar el conocimiento de los valores que alberga y los procesos que ocurren en el mar profundo.


A pesar de su aspecto oscuro e inhóspito, las profundidades del océano desempeñan funciones esenciales para la salud planetaria y el bienestar humano. Son fuente de recursos como alimentos, compuestos bioactivos, petróleo, gas y minerales. Además, juegan un papel indispensable en la regulación climática y el secuestro de carbono, entre otros. No obstante, el conocimiento científico sobre las aguas profundas sigue siendo limitado.


En este contexto, la cada vez mayor necesidad de nuevos recursos, acompañados por los
avances tecnológicos, está provocando que las actividades marinas se desplieguen hacia
zonas cada vez más profundas, lo que conlleva impactos ambientales serios en
ecosistemas que hasta la fecha podrían considerarse como prístinos; lo que suscita
preocupaciones ambientales y éticas. Esto conlleva la cada vez más urgente necesidad de
establecer marcos normativos eficaces para gestionar de manera responsable, las
actividades marinas que se llevan a cabo en las profundidades marinas.


Esto subraya la urgencia de promover nuevos proyectos de investigación que aborden la
falta de conocimiento necesario para informar el desarrollo y la adopción, de medidas de gestión eficaces. Estas iniciativas permitirán a las Administraciones Públicas proponer,
priorizar y aplicar medidas de gestión que no comprometan la conservación de estos
ecosistemas vulnerables.


En este escenario, el centro tecnológico AZTI ha liderado, en el marco del proyecto
EPROCAN, la recopilación y el análisis de los datos disponibles sobre el océano profundo
en el golfo de Bizkaia. El objetivo ha sido identificar las principales lagunas de
conocimiento y definir una hoja de ruta hacia una gestión sostenible. En total, se han
analizado 63 estudios y campañas oceanográficas, incluyendo una revisión de estudios y
campañas oceanográficas previas, la elaboración de un cuestionario online (accesible para
todos aquellos interesados en contribuir con sus conocimientos) y la celebración de un
encuentro para discutir y consensuar prioridades de investigación.

Actualmente, se está redactando un artículo científico y un informe destinado a la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), con el propósito de guiar a los gestores hacia decisiones informadas y sostenibles en la gestión del océano profundo en el golfo de Bizkaia.


“Hemos colaborado con más de 50 investigadores internacionales de varias disciplinas, en
la definición del estado actual del conocimiento científico existente sobre el ecosistema
marino profundo, y en la definición de una estrategia de investigación a largo plazo en
coordinación con institutos y gobiernos”, destaca Ibon Galparsoro, experto en gestión
ambiental marina.

Amenazas y dificultades

El trabajo realizado por AZTI proporciona una información detallada y actualizada sobre el
estado actual del conocimiento de las aguas más profundas, así como las principales
amenazas y dificultades que los científicos y personal técnico enfrentan a la hora de
abordar los estudios.
Entre las principales amenazas se han identificado el cambio climático, la contaminación
por basura marina, la contaminación acústica, la pesca y el tráfico marítimo. No obstante,
la limitación más importante que se ha puesto sobre la mesa es la falta de financiación
para llevar a cabo campañas científicas, debido al elevado costo de las embarcaciones y
equipos de muestreo necesarios para llegar a estas profundidades.
“La investigación del océano profundo es complicada y se necesitan equipos muy
especializados y costosos. La buena noticia es que contamos con el equipamiento y el
personal especializado que pueda llevar a cabo estudios en estas zonas”, añade
Galparsoro.


En este sentido, los indicadores más completos existentes corresponden a las especies
comerciales y la hidrografía, mientras que se han identificado limitaciones en cuanto a la
biodiversidad, la integridad del fondo marino o las especies invasoras.

Respecto a la problemática del cambio climático, a pesar de las claras evidencias de sus
efectos en los ecosistemas profundos, la falta de datos suficientes dificulta su evaluación,
así como la implementación de redes de seguimiento adecuadas para monitorizar los
cambios en el funcionamiento del ecosistema.


“En definitiva, es imperativo seguir avanzando en la exploración y observación de las
profundidades marinas, para generar el conocimiento necesario para la gestión, la
conservación y restauración de los hábitats y las especies. Y esto solo se podrá llevar a
cabo fomentando la cooperación internacional y adoptando medidas de gestión que
trasciendan las fronteras de los países”, concluye el investigador de AZTI.


Finalizado este mes de noviembre tras un año de trabajo, el proyecto “Establecimiento las
bases para la generación de conocimiento de los Ecosistemas PROfundos del CANtábrico
(EPROCAN)” ha contado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la
Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de
Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea –
NextGenerationEU

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