Las más de 140 embarcaciones de artes menores de Mallorca no salieron a la mar. Una resolución de la dirección general de Pesca i Medi Marí del Govern ha fijado los sábados como día de descanso obligatorio para la pesca de artes menores en aguas interiores. La resolución, publicada en el BOIB el pasado lunes y que entró en vigor ayer, ha provocado la indignación del sector pesquero profesional que, una vez más, ve mermada su actividad y también su economía.
«Esta resolución afecta las posibilidades comerciales del sector ya de por si perjudicado por los temporales durante los primavera e invierno», asegura el gerente de la Federació Balear de Confraries de Pescadors, Antoni Garau. Las embarcaciones de artes menores son pequeñas, por lo que cuando hay temporal no pueden salir a trabajar. Si ahora, a ello se le añade esta parada obligatoria, Garau asegura que las pérdidas económicas de los profesionales van a ser importantes.
La medida que ha interpuesto el Govern viene ligada al plan de producción y comercialización de la Organització de Productors Pesquers de Mallorca (OPMallorcamar) que incluye reducción del tiempo transcurrido entre la captura del pescado y su comercialización. Desde la Federación de Pescadores explican que al recibir la propuesta del Govern, está se trasladó a las diez cofradías de pescadores de la Isla para que la debatieran y expresaran su opinión. «Ocho cofradías rechazaron la intención del Govern de paralizar la actividad los sábados, otra -la de Sóller- se abstuvo ya que ellos no pescan en aguas interiores, y solo una, la de Cala Rajada, aprobó la medida».
Pese al rechazo de los pescadores profesionales, la dirección general de Pesca que dirige Joan Mercant, sacó adelante el descanso semanal obligatorio. Es más, en ningún momento la resolución especifica que esta parada obligatoria se deba a la intención de reducir el esfuerzo pesquero, sino a mejorar la comercialización y «dificultar la sobresaturación al mercado determinados días de la semana».
Los pescadores profesionales añaden que una decisión de estas características «requería de un análisis más profundo» y, en su caso, debería ser una «medida gradual». «Esta reducción tiene una afectación económica importante que repercutirá negativamente en la cuenta de explotación de estas embarcaciones», añade Garau. Precisamente los puntos de venta directa que tienen algunas cofradías se verán perjudicados. El gerente recuerda también que con ello se demuestra «una falta enorme de sensibilidad por coincidir con las afectaciones derivadas de la crisis de la COVID-19». No en vano hay que recordar que, durante el estado de alarma, OPMallorca fijó que las embarcaciones pesqueras solo faenaran en días alternos, quedando así la mitad de las semana amarrados en el puerto y provocando también duras críticas.