El relevo generacional es el gran caballo de batalla en la pesca de bajura. Cuesta encontrar jóvenes que quieran ser arrantzales, pese a que ya no se trabaja en las condiciones en las que se trabajaba antes. Han mejorado mucho tanto los días de descanso como los salarios y es una buena salida.
En pocos lugares tendrán una perspectiva más fiable acerca de la situación en la que se encuentra tanto la formación como la salida de jóvenes hacia el sector de la pesca como en el IES Náutico Pesquero de Pasaia. Allí forman a los patrones de barco del futuro, a quienes quieren ser arrantzales y dar relevo en una profesión tan vieja como necesaria para nuestro entorno.
Alexander Barrenetxea es profesor de pesca y responsable de prácticas FCT en empresas del sector del IES Náutico Pesquero de Pasaia y nos explica cómo es el proceso de formación de los jóvenes que se matriculan en su centro de formación: «Se trata de un Grado Medio de navegación y pesca litoral, pero también hay un grado de patrón costero polivalente de seis meses que sirve para la pesca de bajura». Lo habitual es que quienes quieren formarse para orientarse a la pesca pasen por el ciclo medio, que son dos cursos de formación, aunque a partir de marzo del segundo curso comienzan «una formación en centro de trabajo de tres meses. Pero con ese aprobado no tienen título hasta que completen 12 meses de embarque».
No obstante, no todos los que se sacan ese título van orientados a un futuro como arrantzale. Barrenetxea explica que «algunos están enfocados hacia los mercantes y sólo unos pocos lo están hacia la pesca». Añade que «en este curso hay unos 15 chavales en el ciclo de Grado Medio, pero no todos están decididos a ir a la pesca. Pueden ser 4 ó 5 por promoción». Es cierto que también están las escuelas de Ondarroa y Bermeo, pero «son pocos los que van a pesca de bajura». El perfil de los estudiantes que apuestan por ir hacia el mundo de la pesca suele ser el de jóvenes que acuden «por tradición familiar o porque viven en un pueblo pesquero».
El profesor del instituto náutico anima a los jóvenes a involucrarse en el mundo de la pesca porque «el que apuesta por ser arrantzale encuentra salidas. Primero porque tienen la posibilidad de conocer a empresas del sector durante el segundo curso académico. Los que se forman en bajura casi todos se quedan a trabajar porque son gente que tiene ganas y los armadores se los quedan. El Santana es el barco que más pesca de Gipuzkoa y los chicos que han ido se van quedando. Aprovechan la formación que las empresas están dispuestas a dar que son unas cuantas. Es una manera de introducirte».
Además, incide Barrenetxea en que «el Departamento de Pesca del Gobierno Vasco concede becas a aquel que quiera probar la pesca en verano y que haya terminado el curso en junio». Recalca que «los chicos y las chicas suelen trabajar muy bien y de ese modo ese armador les conoce». Sin embargo, «si un chico que termina el curso va por libre y nunca ha trabajado en la mar es muy difícil que entre».
En definitiva, la formación a través de los grados es la vía más directa para quien aspira a ser arrantzale y Alexander Barrenetxea hace un claro llamamiento a la juventud: «Aquí todos los que salen consiguen trabajo»