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jueves, abril 18, 2024
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Saborido: «Es un problema que el sector pesquero no invierta en investigación»

El director del Instituto de Investigación Marinas de Vigo, Francisco Saborido Rey, es también el coordinador de una de las 34 Plataformas Temáticas Interdisciplinares que promueve el CSIC en toda España. El objetivo común de esta iniciativa es contribuir a resolver un desafío global con base en la investigación e innovación. La plataforma dedicada a la pesca tiene como primera misión el tema de los descartes, una misión que esperan concluir con éxito en un plazo máximo de tres años.

M.BEREA

-Hábleme de las Plataformas Temáticas Interdisciplinares (PTI) y concretamente la dedicada a la pesca que usted coordina.


Se trata de una herramienta del CSIC que pretende resolver misiones, problemas muy concretos que sólo se pueden solucionar desde una perspectiva interdisciplinar y a corto plazo, de uno a tres años. Hablamos de abordar un tema con investigadores de disciplinas e institutos diferentes porque entendemos que a los investigadores de un mismo grupo de investigación o de un instituto les costaría mucho más resolver estas misiones al no poder abordar el problema en su conjunto. La PTI de Pesca Sostenible tiene una visión global, a largo plazo, que es la de alcanzar una gestión sostenible y responsable de la actividad pesquera. Para lograrlo se requiere el desarrollo de herramientas de gestión integrada, ecosistémica, transdisciplinar, que incorpore la visión ecológica, social y económica en el ámbito de la gobernanza. Para esto ha definido un conjunto de misiones, de las cuales la más inmediata está relacionada con los descartes.


¿Qué parte ocupan las empresas en estas plataformas?
Las PTI’s exigen que en la resolución del problema se involucren empresas. Y cuando hablamos de empresas lo ponemos en un contexto muy amplio, lo que se conoce en inglés como ‘stakeholders’. Es decir, grupos de interés preocupados por la resolución de este problema que pueden ser empresas, un conjunto de la sociedad o la Administración, como es en este caso.


¿Cómo surge la misión relacionada con los descartes?


Hay un problema con los descartes, con la normativa europea, y sabemos que en España el Instituto Español de Oceanografía lleva años abordándolo, pero fundamentalmente desde el punto de vista biológico. En 2018 la Secretaría General de Pesca le pide al CSIC que apoye dicha investigación con un enfoque más amplio. Así nace el primer trabajo de esta plataforma que, aunque tiene una misión inicial a corto plazo, tiene una vocación clara de permanencia en el tiempo.

¿Y cómo lo enfocan?
Bueno, no lo hacemos sólo desde el punto de vista de la biología pesquera o sobre la gestión de la explotación, sino por ejemplo con el uso de los descartes tanto en tierra como subproducto o como en otro tipo de aprovechamientos. En Tecnología de los Alimentos, tanto en el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo como en los otros centros en Madrid del CSIC que trabajan en este ámbito, tecnología de alimentos, por lo que ya se estudian desde una disciplina diferente a la de biología pesquera.


¿No existe ya un proyecto similar de valorización de los descartes entre el CSIC y Opromar?


Es cierto y no sólo el de Opromar. Precisamente porque existen éste y otros proyectos, esta PTI es posible. Y es que la plataforma pretende coordinar todos estos esfuerzos que, en su mayoría, y dada la naturaleza de los proyectos de investigación, son parciales. Por ejemplo, en el Instituto de Investigaciones Marinas llevamos décadas estudiando el aprovechamiento de los subproductos de la pesca, lo que pasa es que ahora este trabajo ha adquirido mayor relevancia desde la publicación de la normativa
de descartes, que es algo que ya se preveía.
Los resultados de estos proyectos, la experiencia e sus investigadores, unido a la identificación de las lagunas que aún quedan por estudiar, es lo que nos puede permitir encontrar una solución global, con la financiación oportuna que un proyecto de investigación normal no podría. El objetivo de la PTI es poner todo eso en global, tener el conjunto de todo, armonizarlo, conjugarlo y dar una solución única o varias soluciones pero de una forma integrada en lugar de dispar. Así que para no llamar a equivocaciones tenemos que dejar claro que si no existiera una investigación previa o en marcha sería muy difícil poner en marcha una PTI. Por ejemplo, queremos ver si el hecho de aprovechar más ese descarte y que se convierta en una especie objetivo puede generar un problema económico que no existía o un problema biológico para la especie en cuestión. Puede ser algo positivo para la
flota, o no. Y estos son análisis que podemos obtener de forma integrada e
interdisciplinar, viéndolo todos los ojos al mismo tiempo, no como hasta ahora que cada uno ve sólo su parte. Por eso en la PTI es bueno que están integrados el sector pesquero y la administración. Concretamente el papel de la administración es clave porque es la que hace la gestión de los recursos y la que tiene que implementar las medidas oportunas, pero, evidentemente, el sector pesquero -en sentido muy amplio, no sólo el
extractivo- es el usuario final y al que le va afectar la solución en última instancia, por lo que su participación es esencial.


¿Y el sector pesquero se involucra?

El sector pesquero rara vez invierte en investigación, por no decir nunca. Si contamos los proyectos de investigación que hay en España financiados por el sector pesquero podemos decir que son muy pocos y eso es un problema. El sector debe involucrarse más, y no sólo en la toma de decisiones, como pretende, sino también la generación de la información y el conocimiento.


¿En otro países las empresas sí invierten en investigación?
Sí, piensa por ejemplo en Noruega, Islandia o Canadá, que son potencias pesqueras. Ese es un problema que tenemos en España y que creo que hay que decirlo. En general, la inversión privada en investigación en este país es mínima, ni hace investigación directamente, ni subvenciona proyectos en la investigación pública. Ese es uno de los grandes atrasos de nuestro país con respecto a su entorno y en la pesca es todavía peor. Quizás en parte se deba a que el sector pesquero está muy atomizado y es en gran medida de un tamaño empresarial pequeño, con dificultades para financiar la
investigación, pero pasa lo mismo cuando hablamos de grandes empresas. En los proyectos en los que las empresas participan, rara vez aportan financiación, más bien reciben parte de la subvención para realizar estos proyectos.


¿Y las administraciones?


En cuanto a las administraciones, -la Consellería do Mar también ha mostrado gran interés en esta PTI-, la gran dificultad que ahora tienen para financiar esta plataforma es que la normativa actual, impuesta durante la época de austeridad, nos imposibilita redactar convenios con carga económica o encomiendas de gestión con el sector público, como la Secretaría general de Pesca. Y estoy hablando del CSIC, del IEO y de
cualquier otro organismo público. Los contratos, lo que se conoce como encomiendas de gestión, ya no son posible. De tal forma que la Secretaría General de Pesca, o cualquier otra Administración, no nos puede trasladar directamente un encargo para que lo resolvamos, se lo puede encargar a una empresa, pero no a otro organismo del Estado. Esta normativa, y otras muchas, están siendo desde hace años una lacra para la investigación y están impidiendo el progreso y el avance tecnológico que nuestros país
necesita. Esto por un lado, y después está el problema con el FEMP (Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca). España tiene un nivel de cumplimiento de estos fondos inferior al 25%, es decir que el resto no se está invirtiendo. El CSIC por ejemplo no tiene acceso a estos fondos europeos porque la normativa es tan rebuscada, tan problemática, que nos impide acceder a ellos. En el caso concreto de esta PTI el grupo de interés más importante es la Administración, que hace la gestión de recursos, y se da la paradoja de
la Administración, que es la más interesada, tiene dificultades para poder financiar esta plataforma, que también es pública.


¿Y cómo se financia la plataforma?


Ahora mismo está funcionando gracias a los proyectos en marcha que tenemos, pero no tiene financiación propia. Y ese es un gran problema porque hay interés, hay dinero, se puede hacer, pero falta el mecanismo administrativo que nos permita hacerlo.


¿Además de los descartes, abordarán otros temas de trabajo de forma simultánea?


Sí, nuestra idea es avanzar en varias misiones, aunque la de los descartes es la principal. Ahora mismo buscamos la financiación suficiente para intentar «cerrar» el tema de los descartes en dos años como objetivo principal, lo que no quiere decir que no vayamos trabajando en otras direcciones. Al fin y al cabo, una PTI lo que trata es de coordinar la investigación en marcha para dar una solución rápida a un tema en concreto. Queremos trabajar en definir la resiliencia de los ecosistemas y de sus servicios, desarrollar modelos bioeconómicos y sociológicos que mejoren la gestión y gobernanza, o analizar la dinámica de las historias vitales y estructura poblacional de las especies bajo un océano cambiante, entre otros.

¿Podemos tener una cifra aproximada del número de investigadores que
trabajarán o aportarán su trabajo a esta plataforma en relación con los descartes?


Es difícil responder a esta pregunta, porque en una aproximación interdisciplinar la participación es muy diversa, pero el aporte siempre es esencial. Creo que no me equivoco si digo que más de 50 personas.


¿Pueden participar investigadores de otros países en la Plataforma?


Sí, de cualquier país. Es una herramienta que promociona el CSIC, pero abierta a la participación de cualquier profesional que la PTI considere que puede contribuir, tanto nacional como del extranjero. Obviamente en este tema de los descartes está mucho más enfocado a España porque la solución es muy particular, nuestro problema con los descartes no tiene nada que ver, por poner un ejemplo, con el del Mar del Norte. Y después también tenemos el Mediterráneo, que en este contexto de gestión pesquera es un mundo aparte, y que a la Secretaría General de Pesca le interesa mucho.


¿Cómo lleva conjugar la dirección del CSIC con su faceta de investigador?


Bueno, como puedo, y más en estos días de pandemia. Esta es la dificultad que tenemos todos los directores, pretendemos no abandonar la investigación cuando asumimos el cargo de la dirección, pero el hacerlo conlleva un esfuerzo muy importante. Si tienes un grupo de investigación, como es mi caso, numeroso, con larga trayectoria, son ellos los que siguen avanzando y yo con ellos. Y en el caso de la coordinación del PTI lo llevo bien porque en el fondo es un cargo de coordinación, más parecido a la dirección.

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