A pesar de una serie de sanciones contra Rusia, Noruega sigue permitiendo a los buques desembarcar bacalao, eglefino y otras especies del Atlántico, en sus puertos.
Los arrastreros propiedad de empresas rusas de productos del mar han desembarcado casi 500 millones de coronas noruegas (50,9 millones de euros/51,4 millones de dólares) más de pescado blanco en Noruega durante los primeros ocho meses del año, impulsados por los precios récord del bacalao y el eglefino.
Los desembarcos hasta principios de agosto, que han aumentado un 4,5% respecto al mismo periodo del año anterior, demuestran que, a pesar de las sanciones impuestas a Rusia por el gobierno noruego y las empresas privadas, el sector de la transformación del pescado blanco, que procesa anualmente decenas de miles de toneladas métricas de bacalao y eglefino capturados por buques rusos en el Mar de Barents, sigue funcionando como siempre.