Los armadores europeos siguen sin sacar rentabilidad a la pesca de bacalao en Canadá. El barco francés «Cap Jean», del grupo Pêcheurs du Nord, ha vuelto a Europa, tras haber permanecido más de dos años años en los caladeros canadienses.
El arrastrero «Cap Jean», que llegó a San Pedro y Miquelón en septiembre de 2018, regresa por fin a Francia continental tras largo tiempo de faenas.
El arrastrero de 31 metros, antiguo Stormhav y comprado por el grupo Le Garrec de Dinamarca en febrero de 2018, se había incorporado al archipiélago canadiense en septiembre de ese mismo año para pescar bacalao, para reforzar la flota de la empresa Pêcheurs du Nord, entidad del grupo Boulonnais. No obstnte las cuotas de pesca de bacalao en la llamada zona 3PS se han reducido drásticamente en 2021 para los pescadores del archipiélago. La fijación de los totales admisibles de capturas (TAC) en esta zona del Atlántico ha sido objeto de numerosos debates en el seno del Consejo Consultivo Franco-Canadiense.
El Ministerio del Mar francés obtuvo el mantenimiento del 50% del TAC de bacalao de 2020, lo que representa 210 toneladas de posibles capturas para el año 2021. Aunque se evitara la moratoria, el grupo Pêcheurs du Nord tuvo que revisar sus proyectos de explotación.
Por lo tanto, el Cap Jean volverá a Francia. «En esta situación es imposible rentabilizar el barco. Por tanto, nos adaptamos al entorno», explica Antoine Le Garrec, director del grupo. Es lamentable, pero no es grave. A partir de ahora, vamos a centrarnos en otras especies, así como en el procesamiento de otras especies pescadas por los artesanos. «
La naviera no sabe aún cuál será el futuro del barco una vez que regrese a tierra firme. «Atracará en Boulogne o Dieppe durante el verano», confirma Antoine Le Garrec. A partir de ahora, en San Pedro y Miquelón, el grupo Pêcheurs du Nord dispondrá de un solo barco, el Cap Marie, que pescará pepinos, vieiras, peces planos y la cuota de bacalao restante.
Campañas de investigación con el Vizconde de Eza
Investigadores españoles y portugueses estudian los recursos pesqueros canadienses en dos campañas incluidas en el programa nacional de recogida, gestión y uso de datos pesqueros
El pasado sábado, el buque oceanográfico Vizconde de Eza zarpó del puerto de Vigo con destino a los Grandes Bancos de Terranova para llevar a cabo, durante los próximos dos meses, las campañas de investigación pesquera denominadas Platuxa y Flemish Cap.
Las dos campañas están incluidas en el Programa Nacional de Recogida, Gestión y Utilización de Datos Pesqueros (PNDB) y, por tanto, están financiadas conjuntamente por la administración española y la UE a través del FEMP.
Estas campañas, organizadas por investigadores del Programa de Telepesca del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), investigan la llamada Zona de Regulación de la NAFO ( Organización de Pesquerías del Atlántico Noroeste ), que incluye parte de las aguas internacionales adyacentes a la Zona Económica Exclusiva para Canadá. Los resultados obtenidos en estas campañas se presentan anualmente en la reunión del Consejo Científico de la NAFO y deben estar a disposición de los científicos canadienses y de otras partes contratantes. Esta información se utiliza para el análisis científico y para asesorar a la Comisión de Pesca de la NAFO en la toma de decisiones.
La primera campaña, Platuxa, está a cargo del investigador del Centro Oceanográfico de Vigo (IEO, CSIC) José Luis del Río y se desarrollará hasta el 3 de julio. El 5 de julio, el Vizconde de Eza partirá hacia el Cabo de Flandes con el investigador del Instituto Português do Mar e da Atmosfera, Ricardo Alpoim, encargado de la campaña que durará hasta el 18 de agosto.
La campaña Platuxa llega a su 26ª edición y se realiza con el objetivo de obtener la información biológica necesaria para evaluar el estado de los recursos pesqueros de interés para la flota española, como el bacalao, el fletán, el camarón, la gallineta, la solla, el mendo, los granaderos y las rayas. Para ello, se llevarán a cabo 115 pescas estandarizadas de 30 minutos de duración, en las que se identificarán todas las especies capturadas y se registrarán los datos de talla, sexo, peso y estado de madurez sexual. Además, se recogerán muestras de gónadas y otolitos para los estudios de madurez y crecimiento, que se procesan al final de la temporada y proporcionan datos básicos que se utilizarán en las evaluaciones analíticas de las poblaciones, como el estado de madurez sexual y la edad de los peces.
Toda esta información es esencial para la evaluación de los recursos pesqueros de la zona, en particular los que están bajo moratoria y de los que no se dispone de información de la pesca comercial. Del mismo modo, se identifican y pesan todas las especies de invertebrados bentónicos con el fin de disponer de información de referencia para la gestión pesquera basada en el ecosistema. Por último, se obtiene un perfil hidrográfico con sonda de profundidad, temperatura y conductividad en todas las estaciones de muestreo para conocer las condiciones ambientales de la pesquería.
En la actualidad, esta campaña es la mejor fuente de datos independientes sobre la pesca comercial en la zona estudiada y la información obtenida se utiliza en la reunión del Consejo Científico de la NAFO para evaluar los recursos pesqueros de interés comercial para la flota española en los Grandes Bancos de Terranova.
El personal científico a bordo estará formado por un investigador y un técnico del Instituto Español de Oceanografía, doce observadores científicos y un técnico electrónico. A ellos hay que añadir los 21 tripulantes del Vizconde de Eza .