Precios, costes de producción, falta de relevo generacional son los peligros que padece la soberanía alimentaria. La aparición de una brecha existente entre la falta de mano de obra y la demanda de trabajo, unido un profundo cambio en la actitud de los jóvenes, junto al aumento de los costes de producción, la inflación y las condiciones económicas suponen serios peligros para consolidar la soberaníaalimentaria.
La sesión organizada por el Grupo de Organizaciones de la Sociedad Civil del Comité Económico y Social Europeo (CESE) abordó la ‘Soberanía alimentaria europea: el papel de la agricultura, la pesca y los consumidores’ en Santiago de Compostela evidenció los problemas que padece.
La conferencia habló de muchos temas como los márgenes que estaban limitando las producciones, el funcionamiento de lods mercados, las cestas de la compra standarizadas, la reducción de emisiones contaminantes, el Medio Ambiente, la producción local o la clarificación del origen y procedencia de las especies, la fiscalidad , las posibilidades de una bajada de precios con una fiscalidad reducida o el papel del consumidor.
En cualquier caso: tener seguro que Europa va a tener que comer el día de mañana. Y en Europa, tal y como está el panorama, no está del todo seguro. Sobre todo, eso que a sus consumidores le gusta: alimentos sanos, de calidad, de proximidad, ecológicos o respetuosos con el medio ambiente.
Ocurre que en un escenario de inflación como el actual no pueden permitirse ese lujo. Así es que aumenta el consumo de alimentos ultraprocesados, nutricionalmente de menor calidad, en detrimento de los frescos, relató Enrique García, experto del área económica de la OCU, que precisó que esto se percibe de forma especial en el caso de pescado y la carne.
Cambio de hábitos
El 90 % ha cambiado de hábitos, contradiciendo encuestas que apuntan a que un 67 % está dispuesto a hacer una alimentación sostenible, pero la principal barrera es el precio y a muchas familias les resulta imposible llevar a cabo una dieta de ese tipo. «Si alguien va a llenar la cesta con productos básicos convencionales le costará 872 euros; si la llena con los mismos alimentos pero con sello ecológico le saldrá por 1.465 euros; un 68 % más cara», apuntó el representante de la OCU.
Y en medio de este escenario —inflación, guerra de Ucrania, pospandemia…—hay países que echan el freno, el Ejecutivo comunitario sigue sin aflojar ni un poco en sus objetivos: descarbonización en el 2050, erradicación de pesticidas, de abonos químicos y fertilizantes… «Esta radicalización verde nos está llevando a los número rojos», clamó Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. Otero también habló que «muchas limitaciones que impone la UE muchas veces van en contra de la soberanía alimentaria».
“Ser despensas de nosotros mismos”
La Xunta aboga por avanzar en la soberanía alimentaria para conseguir «ser despensas de nosotros mismos» El conselleiro do Medio Rural, José González, ha abogado por avanzar en el camino hacia la soberanía alimentaria para poder ser «despensas de nosotros mismos» a través de un sector primario y una industria «capacitada, rentable, competitiva y sostenible».
En este sentido, el conselleiro incidió en el enfoque de estas estrategias hacia profesionalización del sector, con iniciativas como las aplicaciones web -totalmente gratuitas y accesibles- para el cálculo de los costes de producción, Contaláctea y Contacarne. Ambas -destacó- enfocadas cara una visión del agricultor y del ganadero como un empresario, que debe conseguir márgenes de beneficio proporcionados, algo que “revertirá directamente en nuestra soberanía alimentaria”, remarcó.
Precisamente, con respeto a la soberanía alimentaria, José González resaltó la importancia del sector primario -sin lo cual, aseveró, “difícilmente podrían existir el secundario y el terciario”- y la relevancia que tiene “ser despensas de nudos mismos”. Por eso, se refirió también a los puntos clave del desarrollo de este ámbito productivo.
En esta línea, habló de la necesidad de una industria alimentaria “capacitada, rentable y competitiva, pero también sostenible”, así como del que comporta “tener acceso digno, seguro y con todas las garantías a todo tipo de alimentos”, hacia conseguir, en definitiva, “una soberanía alimentaria en la que el consumidor posea plena capacidad de decisión y control”.
Todo esto se consigue, concluyó el conselleiro, mediante un compromiso con todo el sector primario trabajando “para potenciar su actividad no solo aseguramos su digna subsistencia, sino que estamos garantizando nuestra propia seguridad alimentaria”.