La Comisión Europea ha aprobado el Plan de Pesca para la Sardina pactado por España y Francia, después de surgir las alarmas por las declaraciones de los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) que recomendaron que la pesca de sardina debía vedarse porque, dado como está la biomasa, en mínimos históricos, era difícil siquiera que se recupere en 15 años. Ante tal amenaza, España y Portugal decidieron imponer más restricciones al plan de recuperación que tenían en conjunto para obtener del Ejecutivo comunitario el beneplácito para mantener abierta la pesquería aunque fuese con cupos muy reducidos.
El secretario general de Pesca, Alberto López-Asenjo: declaró que «la Comisión Europea nos ha anunciado que el plan es lo suficientemente robusto para garantizar la actividad», dijo al concluir la reunión que mantuvo con la flota que faena en Marruecos y las comunidades autónomas afectadas para analizar la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE.
La flota, especialmente gallega, podrá pescar la especie, una vez que se prevía el cierre. No obstante, la flota que pesca esta especie en España y Portugal deberá mantener seis meses de veda -abriría en mayo-, limitar las capturas a 14.600 toneladas y aplicar cierres inmediatos en cuanto se detecten juveniles.