Los incidentes registrados el año pasado por la Federación Internacional de Propietarios de Petroleros por Contaminación (Itopf) ascendieron a casi 10.000 toneladas de petróleo derramado por los petroleros en el mar. Esto es diez veces más que en 2020, que tuvo los volúmenes más bajos en cinco décadas. Itopf ha contabilizado un derrame de petróleo en alta mar de grandes y cinco de medianos petroleros en 2021.
El año 2021 estuvo marcado por un importante vertido de petróleo en el mar (más de 700 toneladas, o más de 5.000 barriles), que tuvo lugar en China, anunció Itopf en su informe anual publicado el 12 de enero. La organización también registró cinco vertidos de tamaño medio (entre 7 y 700 toneladas, o entre 50 y 5.000 barriles). Estos vertidos se produjeron en África, Asia y América del Norte, incluido el derrame de petróleo que afectó a las costas israelíes y libanesas en febrero de 2021.
Sin embargo, las 10.000 toneladas de 2021 siguen siendo una cantidad relativamente pequeña en comparación con los últimos 50 años. A modo de comparación, en 2018, año del último gran accidente, la colisión del petrolero iraní Sanchi provocó el vertido de 113.000 toneladas de condensado en el mar.
El año 2022 ha empezado desgraciadamente mal. El 15 de enero, el crudo se derramó en el mar cuando el suezmax italiano Mare Doricum de Fratelli d’Amico descargaba su carga en la refinería peruana de La Pampilla, al norte de Lima. Según la operadora de la refinería, la española Repsol, el incidente estuvo relacionado con las altas olas provocadas por una erupción volcánica ocurrida unas horas antes en las islas Tonga, a 10.000 km de distancia.
Según el ministro peruano de Medio Ambiente, Rubén Ramírez, se derramaron 6.000 barriles. Las autoridades peruanas lo califican de «desastre ecológico» en una región especialmente rica en biodiversidad. También señalan que cientos de familias de pescadores están afectadas y exigen una indemnización a Repsol, que niega ser responsable del incidente.