La recuperación de la especie en el Cantábrico ha llevado a elevar la couta hasta las 29.700 toneladas para los barcos españoles, convirtíendose en uno de los años con mejores previsiones desde 2010
El ministerio de Agricultura ha confirmado que serán 29.700 las toneladas de anchooa que los barcos españoles podrán capturar en el Golfo de Vizcaya, un 17% más que las 25.258 toneladas disponibles este 2022. En principio, aunque todavía no se conoce el detalle del reparto, los arrantzales podrán capturar el 90% de la cuota en el primer semestre del año (la costera suele arrancar habitualmente a principios de marzo) y el 10% restante en la segunda mitad.
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El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha valorado la excelente situación biológica de la anchoa del Cantábrico, tras hacerse pública la recomendación científica del Consejo Internacional para la Explotación del Mar (ICES, por sus siglas en inglés), que va a permitir situar la cuota disponible en el Golfo de Vizcaya en 2023 entre las más altas desde la reapertura de esta pesquería en 2010.
Con esta situación, ICES recomienda un Total Admisible de Capturas (TAC) para 2023 de 33.000 toneladas para esta población (zona 8 del ICES), la misma cifra de los últimos años y que corresponde a la aplicación de la regla de gestión que se viene utilizando. Por ello, próximamente la Unión Europea actualizará con esta cifra la adoptada provisionalmente en el pasado Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca del 11 y 12 de diciembre, al no estar todavía disponible la mencionada recomendación científica del ICES.
La multa por sobrepesca, en mínimos
De este modo, y a la espera de la posible renovación de los acuerdos que se vienen articulando entre los sectores pesqueros español y francés desde la reapertura de la pesquería, a España le correspondería el 90 % del TAC, es decir, 29.700 toneladas. Por primera vez desde el año 2016 la cuota disponible se verá únicamente deducida en 180 toneladas, provenientes del pago de la multa por la sobrepesca de caballa que se ha venido aplicando a España desde hace años, y que en ejercicios anteriores suponía una mayor deducción, concretamente de 3.696 toneladas anuales.
Parece ya una pesadilla olvidada los años en los que la preocupante situación de la anchoa en el Cantábrico provocó que se prohibiera su pesca. Aquel lustro entre 2005 y 2009 todavía está en el recuerdo pero sirvió para poner en valor entre arrantzales y consumidores la necesidad de recuperar una especie tan apreciada y que es sustento de muchas familias en Euskadi. Casi dos décadas más tarde, en 2023, los arrantzales vascos podrán disponer de una de las cuotas de captura de anchoa más altas conocidas desde 2010
La positiva noticia del aumento de la cuota de la anchoa para 2023 se une la subida de un 20% en las capturas del verdel acordadas recientemente por la UE.