Profesionales de la pesca del Mediterráneo , agrupados en el Comité Regional de Pesca Marítima y Cultivos Marinos de Occitania (CRPMEM) y la Asociación Mediterránea de Organizaciones de Productores (AMOP) denuncian las posiciones dogmáticas de la ONG Oceana y desea recordar su compromiso con el progreso sostenible de su actividad. Por ello. aunque el plan plurianual de pesca en el Mediterráneo occidental está siendo examinado por el Parlamento Europeo, «la ONG Oceana generaliza para todos los lugares comunes la problemática que puede generar la pesca arrastre, sin considerar la gran diversidad de prácticas de toda la cuenca mediterránea». Así, los pescadores galos alegan que «las operaciones de arrastre se enfrentan una creciente presión social, a veces en sus capturas accesorios o en sus impactos. Los últimos resultados científicos sobre el estado operativo de cuatro especies, cuando existen más de un centenar explotadas en el Golfo de León, concluyen que existe una presión adicional por parre de esta flota a la que llaman destructora pero extienden la problemática del arrastre al sector mediterráneo francés en su totalidad».
Compuesto por menos de 60 unidades, la flotilla de arrastre que opera en el Golfo de León lleva a cabo su actividad
en cuatro orillas en función de la costa y es capaz de estructurar los mercados e impulsar la comercialización (mayoristas, mayoristas, pescaderías) generando muchos puestos de trabajo.
El Comité Regional de Pesca Marítima y Cultivos Marinos de Occitania (CRPMEM) y la Asociación Mediterránea de Organizaciones de Productores (AMOP) exponen de la existencia de un:
– un discurso catastrófico sobre el estado de las poblaciones de peces en el Mediterráneo,en desacuerdo con
la realidad y el seguimiento científico de los recursos que se limita a solo 4 especies frente a las
100 especies explotadas;
– amalgama de artes de pesca logrando estigmatizar sobre la flotilla de arrastre toda la presión ecologista
sin centrarse en la existencia de otros factores como: el aumento de la contaminación química, calentamiento global,
desarrollo del tráfico marítimo comercial y turístico, etc.);
– la criminalización de una flota de arrastre con el objetivo ideológico de prohibir su actividad sin
sopesar las consecuencias generaría sobre canales de comercialización, y especialmente sobre
el cambio del esfuerzo de pesca en la franja costera;
– la imagen totalmente falsa de una flotilla que no respeta ninguna regla, tanto en duración del área de pesca, de protección de hábitats o juveniles, aunque esta
flota cumple las regulaciones más reguladas hasta la fecha, mediante licencias de contingentes, medidas técnicas sobre artes de pesca, tiempo de pesca, cuota de esfuerzo de pesca, áreas de pesca reglamentadas mostrando una situación que no se ajusta la realidad de las prácticas de los arrastreros mediterráneos.
– la pesquería de arrastre en el Golfo de León está altamente supeditada a través de un esfuerzo de pesca (196 días de pesca por año), una supervisión de las horas de pesca autorizadas por día (entre las 3 a.m. y las 7 p.m.), juntp al cumplimiemnto de losreglamentos técnicos sobre artes de pesca;
– además de estas disposiciones, zonas de no pesca (prohibición en la zona de 3) millas náuticas, zona de pesca restringida FRA Zona CGPM de 1980 km2
-prohibición de la pesca de juveniles, establecimiento de zonas de pesca prohibidas para reproductores, etc.).
Además, consciente de los desafíos del desarrollo sostenible, la profesión ya ha
movilizado para participar en varios programas e iniciativas que la ONG Oceana parece ignorar:
(i) iniciativas técnicas para el desarrollo de nuevos artes de pesca más selectivo y menos impactante sobre los ecosistemas;
(ii) programas científicos con IFREMER, para mejorar el conocimiento de recursos marinos, sino también para desarrollar nuevos métodos de gestión. Este es el caso del último proyecto en progreso GALION (http://galion.amop.fr/) que permitió multiplicar las campañas de observación en el mar y que debería conducir a nuevos propuestas de gestión de recursos.
Plan Regional pesca artesanal
Representantes de los países ribereños del Mediterráneo y el mar Negro adoptaron en Malta un plan regional para las pequeñas pesquerías que busca, entre otras cosas, promover la participación política de los productores artesanales.
En una conferencia organizada por la Comisión general de pesca para el Mediterráneo y el mar Negro, el presidente de esta organización, Stefano Cataudella, destacó que el nuevo acuerdo incluye medidas para fomentar la investigación científica, la recogida de datos, la gestión pesquera y el desarrollo de las cadenas de valor.
También pretende mejorar la capacitación técnica, el trabajo decente y la protección ambiental, así como potenciar el papel de la mujer en el sector e involucrar a los pescadores artesanales en la toma de decisiones políticas.
El plan, establecido para los próximos diez años, sigue la estela de la declaración ministerial suscrita el año pasado en esa misma isla con el fin de proteger los recursos pesqueros y garantizar la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala en esos dos mares, los más sobreexplotados del mundo.
Al acto de firma acudió la secretaria general de Pesca de España, Alicia Villauriz, junto a una veintena de ministros y altos responsables de los países ribereños.
Cataudella precisó que el sector es «muy heterogéneo» en la región debido a la diversidad de recursos económicos, especies pescadas o redes de protección para los pescadores, por lo que las respuestas se deben «adecuar a las necesidades en el terreno».
El comisario europeo de Medio Ambiente, Pesca y Asuntos Marítimos, Karmenu Vella, apuntó que, cuando las poblaciones de peces «colapsan», quienes sufren el impacto son los pequeños pescadores y las familias que dependen de ellos.
«Es tiempo de tomar decisiones no para ellos, sino con ellos», según Vella, que recordó los esfuerzos de la Unión Europea para ayudar a la pesca en pequeña escala a adaptarse a los cambios, equiparla con tecnología para informar de las capturas y evitar el abandono de aparejos, muchos de ellos de plástico, que son fuente de contaminación marina.
Ese tipo de pesquería constituye el 84 % de la flota en el Mediterráneo y el mar Negro, emplea al 62 % del personal a bordo y representa un 24 % del valor de las capturas que se descargan en la región, donde en 2015 se capturaron de manera insostenible el 62 % de las poblaciones de peces, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La subdirectora de Pesca de la FAO, Vera Agostini, insistió en la importancia de reforzar la colaboración entre los gobiernos, las asociaciones de pescadores y otros socios, de modo que los pescadores artesanales tengan «un hueco en los procesos de decisión».