Asociaciones de pescadores aficionados y ecologistas de Francia se han unido para atacar al Consejo de Estado por los decretos que regulan la pesca de alevines de anguila.
Así lo han anunciado en un comunicado de prensa conjunto la federación France Nature environnement, la asociación Charente Nature environnement 17 (miembro de la FNE), la Federación Nacional de Pesca de Francia (FNPF) y su rama Charente-Maritime, la federación departamental de asociaciones autorizadas para la pesca y la protección del medio acuático (Fdaappma 17), que consideran que «el gobierno amenaza la supervivencia de la anguila europea».
Denuncian el reparto de 57,5 toneladas para la temporada de invierno 2020-2021 realizado por dos decretos, para la pesca en rías y agua dulce. Avanzando que «el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) recomienda reducir a cero cualquier impacto de la actividad humana sobre la especie», las asociaciones hablan de «cuotas absurdas» sobre «una especie en peligro crítico de extinción». Ven en ella el signo de un «arbitraje realizado por el Estado a favor de los intereses económicos de los pescadores profesionales».
Causa de la elevada mortalidad de la anguila
Para argumentar su acción por «exceso de poder», que no debe juzgarse antes de unos meses, las asociaciones afirman que «si la anguila se enfrenta a muchas amenazas durante su ciclo vital (caza furtiva, obstáculos en los ríos, obras hidroeléctricas, contaminantes…), está demostrado que la pesca de la angula representa la causa más importante de mortalidad.
Una afirmación que debe haber hecho saltar a los pescadores profesionales, ya que los científicos son incapaces de medir la parte respectiva de las actividades humanas en la disminución del recurso, ni siquiera la de la pesca en las diferentes etapas de la vida de la anguila (angula o escualo, anguila amarilla o plateada). Reunidos el martes 25 de mayo bajo la dirección de los dos comités nacionales de pesca (el CNPMEM, para los marinos, y el Conapped, para los pescadores de agua dulce), no se sintieron obligados a reaccionar oficialmente.
¿Esfuerzos desiguales?
Pero han tenido muchas oportunidades de señalar que, desde la introducción del reglamento europeo sobre la recuperación de la anguila en 2007, la pesca es la única actividad que ha puesto de su parte, reduciendo masivamente el número de buques autorizados y las cuotas de pesca, mientras que las demás causas de mortalidad apenas han disminuido, o no en las mismas proporciones.
En octubre de 2020, los pescadores profesionales también protestaron contra estos decretos. Pero esto se debe a que las cuotas se han fijado en un 11,5% menos que el año anterior.
