Transición Energética tiene previsto otorgar permisos a los primeros parques eólicos off shore. Uno de los más avanzados y que se instalará proximamente es el parque experimental de 3 aerogeneradores con una potencia total de 45 MW. Su nombre es GEROA y es la continuación del proyecto prototipo DemoSATH de 2MW que SAITEC instalará en 2022 en BIMEP. El proyecto busca demostrar las capacidades de la industria vasca de cara a afrontar proyectos futuros de mayor envergadura. La energía generada equivaldrá al consumo energético de 45.000 hogares.
El proyecto GEROA (Green Energy Research for Offshore Atlantic) consiste en un parque piloto de eólica marina flotante situado a 10 km mar adentro de la costa vasca a la altura de Bilbao. Este Proyecto, promovido por ITSAS WIND, S.L. (Grupo SAITEC), utilizará la tecnología de plataforma flotante de hormigón SATH, desarrollada por SAITEC, para instalar 3 aerogeneradores de 15MW estimando una entrada en operación en 2025.
Tras meses de trabajo en el desarrollo del proyecto, zonificación, y estudio de potenciales impactos y medidas de mitigación, el proyecto ha iniciado el proceso de evaluación de impacto ambiental con la presentación del Documento Inicial del Proyecto. Con este primer paso dentro de la tramitación, SAITEC pone de manifiesto su intención de hacer de este proyecto una realidad en un plazo relativamente corto de tiempo. De hecho, el objetivo marcado es que el parque entre en operación en 2025 sirviendo así de prueba piloto e hito intermedio antes de que tengan lugar en España la construcción de grandes parques
Por lo que respecta a Galicia están los proyectos Bluefloat Energy y su socio tecnológico Sener presentan el complejo offshore Nordés como “una oportunidad única” para la comunidad, abierto “a todas las personas del territorio para contribuir en el cumplimiento de los objetivos de transición energética y penetración de energías renovables”. El esbozo previo al informe de impacto medioambiental recoge una potencia de 1.200 megavatios (MW) repartidos en 80 aerogeneradores a más de 30 kilómetros de la costa de Ferrolterra que se colocarán en dos fases.
En la construcción y el desmantelamiento se crearán 6.000 empleos y otros 100 llevarán la operación del parque y el mantenimiento mientras esté funcionando. La convivencia con la pesca es, según los promotores, “una prioridad básica”. “Estamos trabajando con todas las administraciones, organismos, asociaciones y entidades interesadas de la zona –destacan– para lograr juntos un consenso en su definición, de forma que se beneficie al conjunto del territorio y su gente en el contexto de la sostenibilidad ambiental”.
Enfoque «integrador»
A la pesca también se refiere expresamente el Ministerio para la Transición Ecológica en su planteamiento de “un enfoque integrador” para el futuro marco normativo de desarrollo de la eólica marina y las energías del mar. En la consulta pública que acaba de lanzar, el departamento que dirige Teresa Ribera defiende la necesidad de “asegurar desde el inicio” la participación “efectiva” de “los agentes públicos y privados y, en particular, del sector eólico y de las energías de mar y del resto de sectores usuarios del mar”, incluidos, además de la pesca, “la acuicultura o la navegación”. ¿Cómo se elegirán los proyectos? ¿Qué requisitos deben cumplir? Eso es lo que hay que decidir, aunque el Gobierno abre ya la puerta a “incluir un procedimiento específico simplificado” para “proyectos experimentales en zonas de ensayo” de modo “que se favorezca el desarrollo tecnológico y se apoye todas la fases del ciclo de vida de las tecnologías innovadoras”.
La Hoja de Ruta para la implantación de la eólica marina y de las energías del mar de España aprobada por el Consejo de Ministros en diciembre de 2021 ya incluye las principales medidas para alcanzar un objetivo de entre 1.000 y 3.000 MW en operación en 2030. No es la primera vez que se habla de aprovechar el viento en alta mar como fuente de energía limpia en el país. Existe un real decreto de 2007 que, de hecho, marca cómo autorizar la offshore, pero los avances tecnológicos ampliaron “el alcance geográfico potencial” y la vieja normativa está obsoleta.
En suspensión
El proyecto Nordés, los parques San Brandán y San Cibrao (ambos de 490 MW e impulsados por Iberdrola frente al litoral gallego) y el resto de propuestas presentadas en otros puntos del Estado quedaron en suspenso hasta que salgan las nuevas reglas. Tendrán en cuenta las ubicaciones elegidas en los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM) –a punto de aprobarse, aunque el borrador identifica cinco áreas posibles en Val Miñor, Ortegal y A Mariña– “y, si procede, en las zonas de servicios portuarias”, la planificación de la infraestructuras de transporte y evacuación de electricidad y las condiciones de autorización e “impulso a la inversión mediante instrumentos de concurrencia competitiva”.
El Gobierno aspira a que esa subasta para la adjudicación de espacios se celebre en 2023. Es también la fecha elegida por Portugal para su gran concurso de offshore después de las experiencias iniciales como el parque Windfloat de 20 MW localizado a 20 kilómetros de Viana do Castelo y fabricado en parte en el astillero gallego de Navantia. El país vecino es más ambicioso que España. Su objetivo de eólica marina pasa, según adelantó hace unos días João Galamba, secretario de Energía del ejecutivo luso, por alcanzar “una capacidad mínima de entre 6.000 y 8.000 MW”, más del doble que aquí