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domingo, octubre 13, 2024
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El Gobierno noruego invierte 605 millones de euros en nuevos laboratorios oceanográficos

El gobierno noruego ha anunciado planes para asignar 6.000 millones de coronas noruegas (605 millones de euros) para la construcción de nuevos laboratorios de investigación oceánica.Las autoridades escandinavas anunciaron que el país podría quintuplicar su actual producción de salmónidos. Una fuerte apuesta en inversión y desarrollo hace pensar que lo lograrán.

“En 2050 o, incluso, en 2030, no lograremos reconocer a la acuicultura de hoy”, comenta Arne Fredheim, director de Investigación del Sintef Ocean Aquaculture Technology, el centro de investigación más importante de Escandinavia. Y la frase pareciera no ser exagerada cuando se sabe que, a principios de septiembre pasado, la noruega Salmar comenzaba a instalar –frente a las costas de Frohavet– el “Ocean Farm 1”, su prototipo de balsa jaula oceánica con un volumen de 250.000 m3 y con la que la compañía pretende “dar el primer paso en una nueva era para la acuicultura”.

Pero el caso de Salmar no es el único. También se encuentran compañías como Marine Harvest o Leroy Seafood que, aprovechando que el Estado anunció la entrega de nuevas licencias para el cultivo de salmónidos a quienes desarrollen innovadores sistemas de cultivo que disminuyan los impactos de la actividad, han presentado nuevos conceptos conocidos como “huevo”, “donut” o “barcos cargueros” que permitirán producir tanto en áreas protegidas como en zonas expuestas.

Detrás de estos desarrollos han confluido varios aspectos. Por un lado se encuentran los positivos retornos logrados por la industria del salmón de Noruega que, en 2016, alcanzó más de US$7.000 millones y le permiten destinar importantes presupuestos en investigación y desarrollo (I+D); un Estado que está apostando para que la acuicultura se convierta en una destacada fuente de ingresos luego de la caída proyectada para su industria petrolera; la necesidad del planeta de aumentar la producción de alimentos en un 70% de aquí a 2030 y, cómo no, la existencia de un gran número de centros de investigación dispuestos a poner sus “neuronas” a la concreción de estos objetivos.

5 millones de toneladas

Pero, ¿cuál es el motivo de tanta inversión en I+D? “Al 2050 se espera que Noruega produzca más de cinco millones de toneladas de salmónidos”, expresa sin inmutarse el director de Investigaciones del Sintef Ocean AS, Ulf Winther,

Según el científico, las buenas expectativas de crecimiento se basan en una paradoja. Si bien hoy la producción mundial de proteínas se divide entre cerca de un 50%-50% entre tierra y mar, el 98% de la primera es consumida por los humanos. Es decir, nos alimentamos principalmente de vacunos, pollos y cerdos. Lo anterior indica que existe una gran brecha que puede ser aprovechada por los productos del mar que hoy en Noruega significan unos 30.000 trabajadores directos e indirectos. Inmediatamente Winther se pregunta cómo podrían alcanzar dicho volumen en forma sustentable. “El desarrollo tecnológico es un pre-requisito para el incremento de valor”, apunta el representante de Sinfef.

Para lograr lo anterior, Sintef Ocean cuenta con un presupuesto de NOK$3.162 millones (unos US$400 millones) anuales y el apoyo de más de 350 personas distribuidas en sus siete filiales repartidas en lo largo del país en departamentos relacionados con tecnologías acuícolas, energías renovables, salud y bienestar, tecnologías de la comunicación o petróleo y gas. En definitiva, toda esta estructura ha sido formada para cumplir con su misión y que es “crear y entregar tecnologías y ciencia para una acuicultura sustentable”, puntualiza Arne Fredheim.

Un millón de peces

Pero vamos a los ejemplos. Desde las mentes de estos científicos y sus laboratorios están saliendo jaulas offshore –como la Ocean Farm 1– que permitirán a la industria del salmón pasar desde 200.000 ejemplares por unidad a un millón de peces. Es decir, un volumen cinco veces mayor que lo que permiten los actuales sistemas. Pero no todo se trata de volumen, ya que estos investigadores también son responsables de los “huevos” antes mencionados. “Seguimos investigando los detalles de estas tecnologías, como el movimiento del agua al interior de estos sistemas cerrados”, apunta el investigador.

Obviamente que irse mar adentro o desarrollar sistemas cerrados plantea nuevos desafíos y por eso que, paralelamente, están complementando sus propuestas con nuevos diseños de barcos, innovadores sistemas para enfrentar parásitos o avanzadas tecnologías de alimentación que controlan la dispersión de los pellets.

Se puede destacar que la investigación en nuevos sistemas de cultivo, que pueden llegar a tener un costo total unitario de EUR$10 millones, está siendo financiada en un 50% por empresas productoras de salmónidos, mientras que la diferencia corresponde al Estado.

Automatización

Pero las investigaciones no solo se están concentrando en balsas jaula. “Estamos desarrollando diversos sistemas que nos permitirán identificar a cada uno de los peces que están siendo procesados, como si la composición de su cuerpo fuera una huella dactilar”, explica el investigador de Sintec Ocean antes de mostrar tecnologías submarinas autónomas que permiten saber, por ejemplo, si una red tiene alguna rotura y avisar a los encargados que existe una fuente de riesgo. No es necesario mencionar que están ad portas de contar con prototipos autónomos que analizarán el estado de los fondeos o tuberías “y que reportarán, gracias al Internet de las Cosas, a los encargados de los centros de cultivo si es que necesitan mantención, reparación o cambios. Insisto, en pocos años esta será una nueva industria”, agrega el director de Investigación del Sintef Ocean Aquaculture Technology.

Trimmeadoras automáticas

Noruega no procesa sus salmónidos en su país. Los elevados sueldos que se deben pagar en una de las naciones menos desiguales del mundo hacen inviable la adición de valor agregado en estas tierras. Pero esto está por cambiar. Es muy probable que pronto sus plantas de procesamiento se conviertan en algo muy similar a las ensambladoras de vehículos que existen en Italia, Alemania o Estados Unidos. Las máquinas no solo harán el procesamiento primario, “sino que estamos desarrollando robots que permitirán trimmear filetes y gracias a nuestros avances en aspectos como la visión digital”, dice Ana Carvajal, del Departamento de Tecnologías de Procesamiento del Sintef, quien además presenta líneas de procesamiento con brazos robóticos plateados “que deciden la mejor presentación según la conformación del filete”.

Esta imagen se asemeja mucho a lo que nos muestran películas futuristas, sin embargo, Sintef Ocean también ha elaborado sistemas más “tradicionales”, como plantas móviles para centros de acopio y de forma de asegurar calidades premium.

No está demás decir que Sintef Ocean es responsable de tecnologías oceanográficas de avanzada como el Sinmod, sistemas que permiten modelar desde aspectos productivos como sanitarios. Esta tecnología ya está siendo utilizada exitosamente en diferentes países, incluido Chile.

Clúster de innovación

“Nosotros nos enfocamos en la agregación de valor para la producción de productos del mar”, dice Tanja Hoel, la gerente general del Clúster de Innovación de Productos del Mar de Noruega y que, desde la ciudad de Bergen, está apoyando la apuesta de la nación para llegar a las 5 millones de toneladas de salmónidos. ¿Cómo?

Hace diez años nació la entidad y con fundadores de la talla de Leroy, EWOS (Cargill), Salmon Group, Marine Harvest y Grieg Seafood. “Hoy, el 50% de nuestro financiamiento viene del Estado. La otra parte proviene de la industria”, reconoce Hoel. Con NOK$15 millones anuales de presupuesto, la entidad está apoyando la generación de I+D a través de incubadoras, mentorías o investigación en una zona donde se encuentra una parte de la Universidad de Bergen y que es lo más parecido a Silicon Valley o, mejor dicho, un salmón valley. “Nuestro foco es potenciar el conocimiento, la innovación y el emprendimiento”, explica la ejecutiva desde unas oficinas que permiten “respirar” el beneficioso ambiente existente hacia la generación de nuevas empresas en diferentes bloques de edificios, donde se desarrollan iniciativas en todo tipo de áreas desde software para diversas empresas, diversos productos, y se estudia el cáligus.

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