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jueves, marzo 28, 2024
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El sector pesquero no quieres más trabas al marrajo en CITES

La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) evalua si el tiburón marrajo merece ser incluido el Apéndice II de la Convención Cites, lo que supondría mayores trabas para la comercialización de una especie que captura el palangre gallego.

Los representantes de los países abordan en Ginebra, hasta finales de agosto, las propuestas sobre el marrajo (Isurus oxyrinchus), formulada en un principio por México y a la que se unió más tarde la propia Unión Europea, para sorpresa de la flota comunitaria y al contrario de lo que reclamó el Gobierno de España.

Desde que se anunció la intención de México, el sector pesquero intentó frenar por todos los medios la inclusión de la especie en el Apéndice II de la Convención Cites. Javier Garat, secretario general de la patronal Cepesca, explicó en su momento que deben ser las organizaciones regionales de pesca (ORP) y los gobiernos implicados las que tienen que regular la situación del marrajo. «Estamos convencidos de que están mejor preparados para monitorizar el estado y progreso de especies marinas migratorias», resumió el andaluz.

Junto al sector pesquero, también se mostró en contra la FAO y la propia secretaría de la Convención Cites. En los informes previos a la cita que está tenido lugar, la FAO expuso que el marrajo no es un animal en «peligro de extinción» y que no había «evidencia» de que la especie tuviera que estar en el Apéndice. Desde la secretaría, por su parte, recomendaron que la propuesta de México fuera «rechazada», ya que también entienden que la población de la especie no está por debajo del umbral del 30% necesario para su inclusión.

Recomendaciones científicas

El sector pesquero defendió la pesca sostenible de la pesquería de tiburón y lamentó el apoyo del Consejo a la propuesta realizada por Méjico para incluir al tiburón marrajo dientuso (Ixurus Oxirhinchus) en el Apéndice II de CITES. El sector lamentó que este apoyo se materializó sin consultar a los pescadores y sin siquiera esperar a las recomendaciones del panel de expertos de la FAO, que se reunió en Roma, en el marco del acuerdo de entendimiento entre la FAO y el propio CITES. Por ello, el sector pesquero solicitaba la retirada del apoyo a la propuesta de Méjico.

Así lo manifestó Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de Europêche, durante la reunión preparatoria del próximo CITES, que se celebró en Colombo (Sri Lanka) del 23 de mayo al 3 de junio de 2019. Garat también expusoque la inclusión del tiburón marrajo dientuso en el Apéndice II de CITES (que enumera especies que no están necesariamente en peligro de extinción, pero que pueden llegar a estarlo a menos que el comercio esté estrechamente controlado), carece de sentido ya que su evaluación y control ya lo realizan las distintas Organizaciones Regionales de la Pesca (ORP) con competencia en los diferentes océanos (ICCAT, IOTC, IATTC y WCPFP), así como los gobiernos de los países con flotas dedicadas a esta pesquería.

Según Garat, “aunque reconocemos el papel que desempeña CITES para prevenir el comercio ilegal, estamos convencidos de que las ORP y los gobiernos están mejor preparados para monitorizar el estado y progreso de especies marinas migratorias, como las poblaciones de tiburones, y para regular estas pesquerías de forma sostenible”.

En este sentido, el sector pesquero subraya que las recomendaciones del Comité Científico de ICCAT condujeron al establecimiento, en 2018, de medidas drásticas para garantizar la sostenibilidad de la pesquería del marrajo dientuso, cuyo estado biológico es revisado este año por el Comité Científico de ICCAT. A este respecto, Garat recordó el caso de éxito del atún rojo, una especie que hace una década también se propuso incluir en CITES y que, gracias al plan de recuperación de ICCAT y no gracias a restricciones comerciales, actualmente se encuentra completamente recuperado y en niveles históricos de biomasa.

Así mismo, el sector pesquero solicitó responsabilidad y coherencia a los países que han apoyado la propuesta de Méjico, como es el caso de Brasil que, al mismo tiempo que co-patrocinó la propuesta mejicana, continúa bloqueando las medidas de gestión del marrajo dientuso en el Atlántico Sur.

Por otro lado, el presidente de Europêche, que estuvo acompañado por el director general de la organización europea, el gallego Daniel Voces, llamóla atención sobre las particularidades de esta especie pelágica de tiburón, que registra una amplia distribución geográfica a lo largo del globo y un índice de reproducción elevado. Desde esta perspectiva, el tiburón marrajo dientuso no es comparable, en términos de conservación, con el resto de las especies incluidas en el Apéndice II de CITES, especialmente si se compara con los tiburones martillo o los tiburones ballena. Así mismo y al contrario de lo que sucede con otras especies como los tigres o los elefantes, los productos procedentes del tiburón (carne, aletas, aceite o cartílago) se destinan en su práctica totalidad al consumo humano y las restricciones a su comercio afectarían negativamente a la seguridad alimentaria y al sustento de las comunidades costeras.

Impacto socioeconómico

En este punto, una limitación comercial tendría un impacto económico grave en la flota de palangre de superficie comunitaria. En España, esta flota desembarcó 3.000 y 2.000 toneladas de marrajo dientuso en 2017 y 2016, con un valor de 10 y 8 millones de euros, respectivamente. Estos perjuicios se sumarían a los ya ocasionados por la aplicación en la UE de la política de aletas adheridas, que ha provocado en los últimos cinco años la desaparición de 20 buques palangreros y han incrementado el coste de los restantes en 33.000 € por buque y marea. Cabe destacar, además, la práctica inexistencia de comercio ilegal de esta especie. Según los datos de comercio de esta especie en España, menos de un 1% de las importaciones se han rechazado por sospechas de comercio ilegal.

Por último, Cepesca agradece el apoyo recibido por parte del Gobierno de España, que fue el único de los 28 países de la UE que se opuso, en el mes de diciembre, a la propuesta de co-patrocinar la iniciativa de Méjico.

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