Los científicos recomiendan una subida un 140 % su propuesta de cupo de verdel indignando a la flota al estar cerrada la camapaña. En octubre pasado, los científicos del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) lanzaron su consejo a la Comisión Europea sobre la pesquería de verdel o xarda no recomendando ninguna subida para permitir la pesca de 318.403 toneladas, un 42 % menos que la recomendación que habían hecho para el ejercicio anterior, el 2018. Pese a ello, el TAC (total admisible de capturas) se redujo un 24 % con respecto al del 2018 y quedó establecido en 653.438 toneladas.. «Si un barco de arrastre tenía el año pasado 80 o 90 toneladas, este ha tenido que arreglarse con 50 o 55», señala Juan Carlos Corrás, gerente de la organización coruñesa Pescagalicia. Eso ha supuesto no pocos trastornos a la flota justo en el año en el que debutó la obligación de desembarque. Con las aguas plagadas de caballa, se vieron obligados a alargar la ruta y cambiar de caladeros para no pescar la especie y agotar la cuota antes de tiempo. Eso sin entrar en las disputas, paros y protestas que la escasez de cuota provocó en la bajura. Una campaña que, en el caso de la flota de A Coruña, dio para pescar ocho días y eso porque hubo varios en los que el mal tiempo no permitió faenar.
Y después de todos esos esfuerzos y estrecheces, cuando de la costera de la xarda solo quedan los rezagados, la flota recibe con sorpresa e indignación un nuevo informe del ICES en el que revisa su consejo -a petición de Noruega- y recomienda que las capturas para este año no superen las 770.358 toneladas. «En fin, que de octubre a mayo, los científicos han variado la recomendación más de un 140 %. ¿Ahora qué va a hacer la Comisión?», pregunta Corrás. «Lo que está claro es que la caballa ya no vuelve a Galicia hasta el año que viene», reprocha.
Las multas, un handicap
El gerente de Pescagalicia apunta que es ahora la UE la que debe tomar la decisión de corregir los topes de captura. Y si en el caso de la flota gallega la enmienda ya llega demasiado tarde, al menos que se utilice la parte que le corresponde de esa diferencia que media entre el TAC aprobado y la nueva recomendación del ICES (116.920 toneladas) «a compensar esa multa por sobrepesca de años anteriores que jamás se acaba de pagar». Al menos eso es lo que van a solicitar los armadores si se modifica al alza el cupo. Eso, y que Bruselas no se tome tan a pecho las propuestas científicas y asuma que sus evaluaciones también pueden estar erradas. Lo dice el gerente de una agrupación que ya ha sufrido las consecuencias socioeconómicas de unos recortes draconianos en la cuota de merluza que después se corrigieron porque los científicos descubrieron que la especie crecía el doble de rápido de lo que creían. Solo que para entonces «ya varios se nos habían quedado en el camino».