La ley de pesca sostenible retirará las cuotas a las flotas que no las usen. Las cuotas es el eje de la explotación pesquera con lo que el Ministerio de Agricultura trata de optimizar las cuotas lo máximo posible con el de tener un margen de maniobra con el fin de intercambiarlas con otros países y aumentar los días de pesca de flotas que sí agotan las cuotas.
La baja cuota de verdel que impide contar con una campaña regular en días y las buenas campañas de anchoa y bonito con las que ha contado la flota en los últimos tres años hace que las campañas transcurran hasta finales de agosto y primeros de septiembre. En otoño, los pescadores no tienen más remedio que pescar chicharro, sardina con menor rentabilidad. Por ello, los pescadores quieren alargar las faenas, pero la ausencia de cuotas impide contar con una mayor explotación. Con un fondo de cuotas sobrante se podrían intercambiar con otras.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) prevé sacar a la luz el anteproyecto de ley de Pesca Sostenible. Con esta iniciativa, se inicia una revisión de cerca de veinte años desde la anterior ley aprobada. Las principales modificaciones se darán para los accesos a los caladeros, las sanciones y la protección del mar. El actual sector pesquero se compone de 32.000 empleos, 8.884 barcos y una generación económica de 1.802 millones de euros.
La anterior modificación de la ley actual, se produjo en 2014 aunque fue de un calado menor al que se prevé ahora. Para esta nueva ley de Pesca Sostenible, el sector está en alerta en ambos sentidos. Tanto por las oportunidades que abre como por recelos que genera debido a los cambios que supondrá. Para los armadores Cepesca, la reforma plantea incógnitas sobre el acceso a cuotas o la seguridad jurídica empresarial. Para las cofradías ven oportunidades para impulsar una regulación flexible y más adaptada al pescador. Entidades como WWF han dado su opinión al respecto, incidiendo que la ley debe dar respuesta a la «crisis de biodiversidad» actual de los mares.