La bajada de precios de los últimos meses va a propiciar que, por primera vez en tres años, el grueso del sector cubra sus gastos operativos y recupere la rentabilidad. Los precios del combustible representan el principal coste de explotación para la flota pesquera española, así como para la del conjunto de la Unión Europea (UE), según hace público un informe de la Comisión Europea sobre la pesca sostenible remitido al Parlamento y al Consejo, que ponen como excepción la «vulnerabilidad» de los segmentos de la flota que dependen más directamente de «poblaciones sobreexplotadas y utilizan artes de pesca de gran consumo de energía», como es el caso de los buques gallegos de altura.
La Comisión Europea espera que «la mayoría de las flotas nacionales sean rentables en el 2024», prevé que algunos segmentos se enfrenten «a condiciones difíciles», pues la energía sigue representando uno de los principales costes de explotación de las embarcaciones.
Desde el máximo de los 1,2 euros el litro del gasoil pesquero que se alcanzó en el verano del 2022, el precio se fue reduciendo de manera progresiva, con algún altibajo, hasta situarse entre los 0,8 y 0,9 euros en litro de media en la UE en el primer trimestre del 2024. En Galicia, incluso descendió ligeramente de este umbral, ya que el litro se suministraba en puerto a 0,82 euros a finales de marzo, y en la última semana de julio se redujo a 0,76 en las provincias de A Coruña y Pontevedra y a 0,72 en la costa lucense, de acuerdo con el informe período de precios que realiza el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
En su informe de previsiones sobre pesca sostenible, Bruselas estima que la flota comunitaria producirá un valor añadido bruto de alrededor de 2.500 millones de euros, lo que permitirá cubrir sus costes operativos «y mantener los puestos de trabajo y los salarios de aproximadamente 122.000 pescadores». Se trata —añade la comunicación— de una «mejora significativa respecto al 2022», cuando la mayoría de las flotas pesquera de la Unión no pudieron siquiera cubrir sus gastos de funcionamiento, entre los que destacan el alza de precios del gasoil, pero también de otros insumos añadidos como los logísticos o los financieros.
Entre las flotas más vulnerables sitúa las que dependen de pesquerías sobreexplotadas, como el caso de algunas del Báltico y el Mediterráneo, y las que requieren de un gran consumo de energía, como es el caso de la flota gallega de arrastre de fondo o de palangre que se desarrolla en altura o gran altura, y que para su actividad necesita hacer largos desplazamientos.
Alegación
Por su parte, el Consejo Consultivo para las Aguas Noroccidentales (CC-ANOC) ha emitido un dictamen sobre la comunicación de Bruselas en el que aprecia «un cambio sustancial en el valor del punto de equilibrio para el combustible a 1,17 euros», tomando como referencia para medir la rentabilidad de la flota, cuando la referencia estándar para la UE antes del 2022 eran los 0,60 euros por litro, valores que todavía no se han recuperado.
Es esa razón, el CC-ANOC «requiere urgentemente una explicación para dicho cambio», pues el umbral que se usen marca una «diferencia significativa» para medir la rentabilidad de la flota pesquera.