La acuicultura portuguesa es cada vez más competitiva.Con el apoyo del Programa Operativo Mar 2020 en Portugal, las empresas de acuicultura han puesto en marcha 81 proyectos, que han supuesto una inversión de 102,8 millones de euros y una ayuda pública de 40,94 millones de euros. De estos 81 proyectos, 39 están situados en el Algarve, 12 en la región de Lisboa, 16 en el centro, 8 en el norte, 4 en el Alentejo, 1 en la Región Autónoma de las Azores y 1 en la Región Autónoma de Madeira.
Gracias a estos proyectos, que incluyen granjas de algas, lenguado, rodaballo, lubina, dorada, trucha y moluscos bivalvos (ostras, almejas y mejillones), se ha aumentado la capacidad de producción y la diversificación de la producción en el país. Se están desarrollando 44 proyectos de investigación e innovación con una inversión de casi 26,5 millones de euros.
A través de estos proyectos, se pretende reforzar el estudio de especies como las micro y macroalgas, los pepinos de mar, la sepia y el dentón, construir y probar la producción en alta mar, desarrollar alimentos para mejorar el bienestar de las distintas especies y mitigar las enfermedades, y satisfacer las necesidades nutricionales de cada especie en los distintos sistemas de producción.
«La acuicultura tiene una huella medioambiental limitada y contribuye a la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad. Se trata, por tanto, de un sector con un fuerte potencial de crecimiento en el suministro de alimentos nutritivos y saludables a la cadena alimentaria. El crecimiento del sector es una clara apuesta por el fomento del desarrollo económico y el empleo», dicen en el Programa Operativo Mar 2020.
Según la Dirección General de Recursos Naturales, Seguridad y Marítimos (DGRM) del Ministerio de Agricultura, Desarrollo Rural y Mar, se espera que las actividades de acuicultura se tripliquen de aquí a 2023, contribuyendo al suministro de alimentos, la protección del medio ambiente y el empleo. Las buenas condiciones ambientales y climáticas, la planificación espacial y la clara identificación de las zonas disponibles (tanto en alta mar como en lagunas), los recursos humanos cualificados y el acceso a las instalaciones de investigación del país son los principales factores que pueden estimular el sector de la acuicultura.