Los inspectores de pesca han anunciado este miércoles la convocatoria de una huelga general para el día 28 en toda la costa estatal y, por extensión, en el litoral pontevedrés. Los funcionarios no aceptan que se amplíe el horario sin previo aviso: «No somos cirujanos, no tenemos que salvar vidas».
La movilización fue presentada en la Subdelegación del Gobierno por los sindicatos convocantes —CIG, CC.OO., CSIF y ELA— y pretende hacer visible la disconformidad de la plantilla frente a la propuesta del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de modificar el horario, introduciendo un nuevo régimen de dedicación especial que, según los afectados, se podría traducir en tener que estar dos horas (durante un tiempo por determinar) localizables en su número de teléfono para realizar actividades no programadas. «No somos cirujanos, no tenemos que salvar vidas humanas, y no entendemos a que viene esa ultradisponibilidad», denunció el portavoz de la CIG.
Los portavoces de los inspectores aseguraron que la modificación de la jornada fue rechazada por todos los sindicatos en las cuatro negociaciones que se celebraron desde que se presentó la propuesta a mediados del año pasado. Entre ellos, también se encuentra UGT, que esperan que «se sume a la protesta»
Según los datos ofrecidos, en Galicia hay 30 inspectores de pesca, de los que 14 trabajan en la costa de Lugo y A Coruña, y 16 en la costa de Pontevedra. A nivel estatal son 167 y, según los denunciantes, su misión es realizar tareas de control en puertos y los barcos, en los que, por ejemplo, miden las capturas o las dimensiones de los aparejos
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En la opinión de los inspectores, la medida dificulta la conciliación familiar, «un bien muy preciado», y contradice los mensajes que se lanzan desde el Gobierno a favor de la protección de la pesca frente a los «ataques» de Bruselas. «Si quieres apoyar el sector pesquero, no aumentes o intensifiques el control o la inspección pesquera, que es lo que parece que se pretende con esta medida», criticó el representante de la CIG.
Los inspectores confían en que no se establezcan servicios mínimos, aunque consideran que el efecto del parón no será relevante. De toda la flota que sale y atraca en puerto, solo los buques extracomunitarios y los que pescan en el Atlántico Norte están obligados a pasar el filtro de la inspección para descargar mercancía. Por eso estiman que la huelga afectará a «pocos barcos».