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sábado, noviembre 23, 2024
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Francia presenta un plan de reducción de la flota en el Mediterráneo

Francia diseña un plan de abandono de la flota del Mediterráneo. Desde el sábado 7 de mayo, los armadores del sur pueden presentar sus solicitudes para el nuevo plan de salida de la flota (FEP), el cuarto en casi diez años. Las restricciones al arrastre de la flota del Mediterráneo ha conducido el abandono para muchos armadores.

Por su parte, los pescadores del arrastre de los puertos de Tarragona, Torredembarra, L’Ampolla y L’Ametlla de Mar, se quedarán en tierra dos meses y diez días y no volverán a faenar hasta el próximo 1 de julio. Se trata de la veda biológica más larga de los últimos tiempos porque, por norma general, el paro es de dos meses. Este año se amplia dos semanas, o lo que es lo mismo, diez días hábiles. El motivo es contribuir a la limitación de los días de pesca, tal como exige el plan plurianual del Mediterráneo, presentado por Europa. La normativa pretende que, en el año 2025, las jornadas de pesca se vean reducidas un 40%. El plan pide que esta reducción se vaya haciendo de manera progresiva año tras año, hasta llegar al objetivo final. El sector está en contra de esta ley, que busca poder pescar solo seis meses al año, lo que haría inviable el negocio. Pese a ello, a los pescadores no les queda más remedio que respetar las reglas impuestas desde Europa.

Esta normativa marca el número de días que no se puede ir a pescar, dependiendo de los metros de eslora que tengan las embarcaciones. Cuando más grande sea el buque, más días permitidos. «No entendemos en qué se basan para tomar este tipo de decisiones, ni comprendemos porque nuestros puertos son los más castigados, si somos los que más vedas hacemos», explica Rosa Sans, secretaria de la Confraria de Pescadors.

A partir de hoy, las 19 embarcaciones del arrastre de Tarragona quedarán amarradas hasta principios de julio, mientras que las barcas que van a la gamba, que son cinco, no pararán hasta el 1 de mayo.

Durante estas próximas semanas sin actividad, los armadores aprovecharán para arreglar y hacer trabajos de mantenimiento a sus embarcaciones. «Mañana viene el mecánico para hacer una gran reparación al motor. El lunes que viene nos hacen una revisión y, el día 6, la barca va al varadero para hacer una segunda inspección», explica Ramon Budesca, armador de la Nova Tortosina. Por otro lado, Tomas Escoda, de la embarcación Xarinola, asegura que «aprovechamos para ponerlo todo a punto estos días, porque no nos podemos permitir no salir un día por una avería. Todo debe estar perfecto». Y es que, entre los días marcados por la normativa, las vedas biológicas y los temporales, cada vez son menos las jornadas laborales para este colectivo.

Durante estos 70 días, las embarcaciones no salen y, por lo tanto, las empresas no facturan. Por su lado, los marineros gastan y cobran del paro, mientras que los armadores viven de los ahorros que han hecho a lo largo de la temporada. No es hasta finales de año, cuando la Unión Europea les paga una parte de la veda. «Nos han dicho que este año nos pagarán un 33% de la jornada, llevando a cabo un promedio desde el año 2017 hasta 2019», explica Budesca. Y esto ocurrirá en el mejor de los casos, teniendo en cuenta que, algunos años, el sector se ha quedado sin subvenciones. «Para poder cobrar las ayudas, es obligatorio contar con un expediente limpio, sin ninguna sanción», comenta Budesca, quien añade que la administración hace trampas. «Si nos denuncian por alguna infracción grave, nos obligan a devolver todas la ayudas de los últimos cinco años», asegura el armador

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