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martes, diciembre 3, 2024
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España busca aliados sólidos para sacar adelante el FEMP

España busca aliados que permitan sacar adelante el FEMP, unq vez que El comisario de Pesca, Karmenu Vella, se cerró en banda tras escuchar las demandas españolas para el futuro del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).El maltés se muestra implacable contra la concesión de ayudas. «No estaría justificado para un sector que ha demostrado beneficios récord en los últimos años, sería un mensaje para otras industrias donde el apoyo público no es tan generoso», zanjó antes de recomendar a los 28 ministros de Pesca de la UE que gasten los fondos de forma más eficiente. Sus palabras sonaron como un portazo para Luis Planas y sus socios francés e italiano, quienes pidieron aumentar las tasas de cofinanciación del 75 % al 80 %; un 85 % para los Grupos de Acción Local de Pesca (GALP), y al 100 % para las regiones ultraperiféricas.

España, Francia e Italia presentaron en Bruselas un memorándum en el plantean mejoras en el nuevo Fondo Europeo Marítimo y Pesca (FEMP), que tendrá una aplicación entre 2021 y 2027. Uno de los principales puntos en los que urgen una mejora es las ayudas a la modernización de la flota pesquera. Según el ministro de Pesca en funciones, Luis Planas, el objetivo es «mejorar la eficiencia energética, la seguridad y las condiciones de trabajo» a bordo y no «ganar capacidad» pesquera.

Así, los tres países plantean una simplificación de la gestión de cofinanciación, pasando del 75% actual al 80%, con derogaciones especiales para los grupos de acción pesqueros locales, para los que se pide el 85% y para las regiones ultraperiféricas (con un 100 % de cofinanciación en este caso).

Por otro lado, también piden asimismo un cambio en la definición de la pesca costera o artesanal, tal y como reclaman las cofradías. «No podemos tener en cuenta la eslora» solo, apuntó Planas, que añadió que también habría que considerar «la marea, la duración de la pesca y la proximidad al puerto».

En cuanto a la acuicultura y el procesado de productos pesqueros, se trataría de garantizar que siga disfrutando de una financiación no reembolsable. El objetivo, comentó el ministro, es que se tengan en cuenta estas consideraciones con visas al Consejo de Agricultura y Pesca del próximo junio.

Planas también recordó que «la dificultad» que presenta el actual fondo se sitúa en «las reglas de aplicación» y no «en la dotación»

El comisario Vella ni se esforzó al hablar de beneficios en distinguir entre la pesca industrial, altamente rentable, y la flota de bajura, que en España ha sufrido una merma del 11 % en sus unidades y de 4.000 empleos entre el 2011 y el 2017. Es más, el comisario se negó a mover una coma la actual definición de pesca artesanal, como propuso Planas. El valenciano trató de convencer a sus socios del Consejo de que este segmento de flota «tiene características distintas según los Estados. No podemos tener en cuenta solo la eslora. También las mareas, la duración de la pesca y la proximidad al puerto». Pero el maltés no mordió el anzuelo: «La definición actual ya cubre a 3 de cada 4 embarcaciones. Ir más allá extendería el trato preferencial a buques que no pueden ser considerados de pequeña escala», sostuvo, echando por tierra las esperanzas de una parte de la flota gallega que supera por poco las medidas de eslora y que reclaman un trato diferenciado por utilizar artes más selectivas que la pesca industrial.Pero ni por esas el comisario abrió la mano. Se mostró firme en su rechazo a usar fondos del FEMP para renovar la flota envejecida o para reemplazar motores: «Seamos claros. Si se apoya la construcción de buques podría ser muy negativo para la conservación de las pesquerías y los objetivos de sostenibilidad. El cambio de motores podría llevar a un aumento de la capacidad», alertó. ¿Qué hay de las ayudas a las paralizaciones temporales? España insiste en ablandar los criterios de acceso. «No es aceptable lo que se plantea», sentenció Vella, para disgusto incluso de los países bálticos, con enormes problemas por la veda del bacalao. «Necesitamos mecanismos flexibles para reaccionar a los problemas que surjan. Ahora no se nos permite lidiar con las consecuencias socioeconómicas de situaciones catastróficas», se quejó el ministro polaco, J. K. Ardanowski.¿Hay algo a lo que no se oponga Bruselas de la declaración conjunta de España, Francia e Italia? A la simplificación de los trámites para agilizar el acceso a las ayudas.
Las posiciones entre los 28 y Bruselas están muy alejadas, así que la posibilidad de llegar a un acuerdo en junio se reducen. En la próxima cita se debatirá sobre la posibilidad de desplegar mecanismos de mercado, como el almacenamiento privado, o ayudas para mejorar la eficiencia de las lonjas.

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