La asociación de Organizaciones de Productores Pesqueros del Cantábrico ha mostrado su posicionamiento sobre las críticas vertidas por la Asociación de Fabricantes de Conservas de Pescado de Cantabria (CONSESA) manteniendo que «la Anchoa se está explotando de forma totalmente sostenible, de acuerdo con el “Plan de Gestión” elaborado por los científicos y apoyado por el Consejo Internacional de Exploración del Mar (ICES) y por la Unión Europea a través de su organismo científico (STCF)».
El mencionado Plan lleva incorporado una regla de explotación que consiste en una fórmula matemática para calcular el TAC (total admisible de capturas) en base a los informes científicos sobre la biomasa esperable a comienzos de cada año.
Asimismo recuerdan que «en el Plan también se acordó por el sector pesquero afectado de España y Francia, el establecimiento de un período de veda de 3 meses al año (noviembre-febrero), la reducción del tamaño de las capturas, según la legislación aplicable la talla mínima es de 12 centímetros, es decir, aproximadamente 90 unidades el kilogramos, que las capturas totales no superasen las 33.000 toneladas, cuando realmente según los últimos informes científicos y en función del estado actual del recurso podrían capturarse hasta 50.000 toneladas sin poner en riesgo la especie» .
Para evitar la sobreexplotación, todos los años a propuesta del sector, la Secretaría General de Pesca publica una Resolución en la que se establecen los límites diarios de capturas y desembarcos durante la campaña de la Anchoa. «Hasta el año 2020, se llevaban a cabo 3 campañas científicas, la BIOMAN y la JUVENA, realizadas por la fundación AZTI en colaboración con la administración española y vasca y la PELGAS, la realizada por el Instituto de Investigación Marina de Francia (IFREMER)».
En dichas campañas se evalúa el índice de biomasa y el estado de la pesquería en función de la producción de huevos y/o por métodos acústicos, determinándose también el área de puesta y la caracterización de las condiciones hidrográficas. Todas las campañas son analizadas por el ICES.
Los último datos que disponen de 2020, la estimación de la biomasa fue de 235.000 toneladas según el ICES, es decir, la biomasa más alta desde el año 1.987 y muy por encima de la biomasa límite que para esta especie está establecido en 21.000 toneladas.
El tamaño de la especie
Por lo que respecta a la crítica del tamaño según los científicos, las Organizaciones de Productores manifiestan que «puede ser debido a dos factores: los grandes reclutamientos que se están produciendo en los últimos años, lo que hace que la mayor parte de la población sea muy mayoritariamente de 1 año de edad y a las condiciones naturales que afectan a estas altas abundancias de juveniles que suelen suponer que las anchoas crezcan menos». Asimismo muestran que «AZTI ha constatado que esto se muestra en el tamaño medio de las anchoas de
todas las edades, si bien es algo más pronunciado en la edad 1 que en el resto. Y ya es evidente en el tamaño medio de los juveniles de anchoa observadas durante las campañas de otoño (JUVENA). El motivo de tal disminución de tamaños no es del todo claro, si bien se conjetura con dos elementos principales. «De una parte la gran
abundancia de la población de anchoa, durante toda esta década, puede conllevar una gran competencia por la alimentación de las anchoas nacidas cada año, lo que repercuta en menores crecimientos ya desde sus fases juveniles. Por otra parte, la temperatura algo más elevada en los últimos años, podría también ejercer alguna influencia en el mismo sentido. No se ha encontrado que la explotación pesquera pueda ser la inductora de estos cambios. Por lo que estos cambios en el tamaño medio de las anchoas capturadas es claro que responden a ciclos biológicos naturales y/o ambientales.
Por último y no menos importante, mantienen las OPs que cuentan con la eco-etiqueta de MSC (Marine Stward Ship Council) desde el año 2015, hemos conseguido recertificarnos con éxito pasados cinco años de su certificación inicial. «Esta flota continuará comercializando sus productos con la ecoetiqueta de MSC al superar con éxito el más exigente proceso de auditoría pesquera.
La flota dedicada a la pesquería de Anchoa del Cantábrico «ha pasado cinco años trabajando e implementando diversas condiciones de mejora que le han permitido afrontar varios desafíos, como mejorar la información disponible sobre capturas incidentales e interacciones con especies protegidas o el establecimiento de unos objetivos específicos de la pesquería que reconozcan explícitamente la sostenibilidad de la actividad. La flota ha conseguido solventar con éxito todos estos
desafíos».
Anchoa certificada
Finalmente, consideran que «se está realizando por la flota un programa de observación para justificar la sostenibilidad de la pesquería, bien observación con
personas embarcadas a bordo o a través de un sistema de observación electrónica con el resultado de: muy pocos descartes (menos del 2%), salvo el slipping, muy pocas capturas accesorias y apenas interacciones con otras especies. La certificación y la posterior recertificación en 2020 ha sido llevada cabo por el certificador independiente Bureau Veritas, que ha evaluado la pesquería según los tres principios del estándar medioambiental del MSC: la salud de la población de peces pescada, el impacto de la pesquería en el ecosistema marino y la efectividad de la gestión de la pesquería».
Esta certificación se aplica a la anchoa (Engraulis encrasicolus) pescada con redes de “Cerco” arte de pesca totalmente sostenible, en el Golfo de Vizcaya. «Es la primera pesquería que se ha certificado en el mar Cantábrico, por cierto, certificación de gran prestigio internacional. Se ha hecho presente más que nunca en esta pesquería y está contribuyendo a una gestión más eficaz y sostenible del recurso. La anchoa del Cantábrico con sello MSC se extiende a nivel internacional.”
Emplazan a aquellas organizaciones del sector pesquero, organismos científicos, organizaciones no gubernamentales y administraciones, interesadas en la gestión de esta especie a mantener cuantas reuniones sean necesarias y a trabajar conjuntamente siempre que dispongan de propuestas que redunde en una mejor gestión sostenible de la pesquería. «El sector pesquero extractivo es el principal interesado en hacer una gestión cuidadosa y efectiva de los recursos», apostillan
