En la conclusion de la 41ª reunión de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), los Estados Unidos subrayan «su compromiso con la conservación de los recursos vivos marinos antárticos».
Acogemos con satisfacción los numerosos e importantes logros de la CCRVMA en las últimas cuatro décadas, entre los que se incluyen la disminución sustancial de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) en la zona de la Convención, la reducción significativa de la mortalidad de las aves marinas durante la pesca y la adopción de un impresionante conjunto de medidas de conservación para conservar ecosistemas marinos únicos y garantizar una gestión sostenible de la pesca.
La CCRVMA también está respondiendo a los crecientes impactos del cambio climático en el Área de la Convención y en los recursos marinos vivos y ecosistemas que la componen.
Estos logros subrayan la necesidad permanente de esta organización internacional única. Los miembros de la CCRVMA han demostrado que pueden cooperar para conservar eficazmente los recursos marinos vivos de la Antártida.
Información científica proporcionada
Es en este contexto que expresamos nuestra seria preocupación por el enfoque de la Federación Rusa en los debates de esta reunión. Como signatario original del Convenio CAMLR, Rusia se ha comprometido a utilizar las mejores pruebas científicas disponibles para conservar los recursos marinos vivos del Antártico.
Sin embargo, Rusia ha ignorado repetidamente la información científica proporcionada para fundamentar las decisiones clave de gestión para alcanzar los objetivos políticos. Estas decisiones se refieren a una serie de cuestiones importantes como el cambio climático, las áreas marinas protegidas, la protección de los ecosistemas marinos vulnerables y la gestión e investigación de la pesca.
Según los Estados Unidos, «el reiterado rechazo de Rusia a la mejor información científica disponible supone un abuso de su compromiso de participar en la toma de decisiones por consenso. Las acciones de Rusia socavan la integridad de los procesos de toma de decisiones de la CCRVMA y nuestra capacidad y responsabilidad colectivas para lograr el objetivo de la Convención».
Por estos motivos, Estados Unidos quiere hacer «un llamamiento a Rusia para que vuelva a respetar el imperativo de la toma de decisiones basada en la ciencia y el enfoque ecosistémico, que sustentan el trabajo de la CCRVMA. También hacemos un llamamiento a Rusia para que respete el orden internacional basado en normas, ponga fin a su guerra de agresión y se retire totalmente del territorio soberano de Ucrania».
En punto muerto las negociaciones
Las negociaciones para conservar el océano Antártico terminaron en un punto muerto en muchos temas, tras la celebración de la 41ª reunión anual de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR), el organismo intergubernamental encargado de la conservación de la vida marina en el Océano Antártico y de la gestión de la pesca en el mismo.
En 2009 la CCRVMA se comprometió a crear una red de áreas marinas protegidas para preservar los ecosistemas antárticos. Estableció una ese año y otra en 2016, pero desde entonces China y Rusia han bloqueado repetidamente la creación de más áreas protegidas, así como otras medidas relacionadas con la conservación.
La comisión tampoco logró el consenso necesario para promulgar nuevas regulaciones para las pesquerías de krill y austromerluza, ni para proteger una amplia zona de anidación del pez de hielo descubierta a principios de este año.
Los miembros de la CCRVMA sí acordaron designar ocho nuevos ecosistemas marinos vulnerables, zonas que albergan organismos de crecimiento lento como corales, esponjas, estrellas frágiles y estrellas pluma que ahora están protegidas permanentemente de la pesca de fondo.
La comunidad científica y la mayoría de los delegados de la reunión habían instado a la adopción de nuevas protecciones para los ecosistemas del Océano Austral con el fin de amortiguar los daños causados por el cambio climático y la pesca.
Por sexto año consecutivo, China y Rusia vetaron tres propuestas para establecer nuevas AMP, el debate más esperado de la reunión, y bloquearon otras medidas relacionadas con la conservación.
«China y Rusia tienen un punto de vista diferente al del resto de los miembros», dijo Orazio Guanciale, comisionado de la CCAMLR por Italia. «En el sistema del Tratado Antártico se aplica rigurosamente el principio de consenso. Si uno no está de acuerdo, no se decide nada, hay que superarlo».
En la reunión de 2022 tampoco se adoptaron nuevas medidas de conservación para regular mejor las actividades pesqueras del krill (Euphausia superba) y la merluza negra (Dissostichus mawsoni y D. eleginoides). Sin embargo, la comisión reconoció ocho nuevos ecosistemas marinos vulnerables (EMV) con alta diversidad biológica que ahora están protegidos permanentemente de la pesca de fondo.
La CCAMLR se fundó en 1982 en respuesta al creciente interés comercial por el krill antártico, con el mandato de conservar la vida marina antártica. La reunión, en la que participaron 27 países miembros y 10 Estados adheridos, se celebró del 24 de octubre al 4 de noviembre en Hobart (Australia). Fue la primera reunión anual de la CCRVMA en persona, después de las dos celebradas a distancia debido a la pandemia del COVID-19.
Un iceberg partido, de más de 30 metros de altura, en el Mar de Weddell, Antártida, fotografiado en 2016. Imagen de Scott Ableman vía Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).
AMPs bloqueadas de nuevo
El Océano Austral constituye alrededor del 6% de la superficie oceánica mundial. Alberga una biodiversidad única, que incluye peces, ballenas, mamíferos, aves marinas, invertebrados y microorganismos. Los ecosistemas marinos antárticos también desempeñan un papel fundamental en la capacidad del planeta para capturar y almacenar el carbono de la atmósfera. Sin embargo, en las últimas décadas, el Océano Antártico se ha convertido en un punto caliente del cambio climático.
Red de protección
En 2009, los países miembros de la CCRVMA se comprometieron a crear «una red representativa de AMP» para preservar los ecosistemas antárticos de las amenazas del cambio climático y la pesca industrial.
La primera se estableció en 2009 en la plataforma sur de las Islas Orcadas del Sur. En 2016 le tocó el turno al Mar de Ross, donde hoy se encuentra la mayor AMP del mundo, con una superficie de 1,55 millones de kilómetros cuadrados (598.000 millas cuadradas). Ambas áreas protegidas fueron examinadas y aprobadas por el comité científico de la CCRVMA y luego aprobadas por unanimidad por la comisión.
Desde entonces, China y Rusia han vetado repetidamente las propuestas de tres nuevas AMP: una en el Mar de Weddell y otra en la Antártida Oriental, que la Unión Europea propuso y el comité científico aprobó, pero los dos países vetaron en la comisión; y otra alrededor de la Península Antártica, que Chile y Argentina propusieron pero China y Rusia bloquearon en la fase del comité científico.