El jefe de Área de eólica y energías del mar del IDEA (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) del Ministerio para la Transición Energética y el Reto Demográfico, Juan Ramón Ayuso Ortiz, asegura que “la eólica marina es una oportunidad para España”
“Las energías renovables marinas son estratégicas y su contribución a los objetivos de descarbonización y también a nivel industrial tendrán un impacto positivo en la ingeniería naval y la industria marítima”. Así de alentador es, -según el jefe de Área de eólica y energías del mar del IDEA, Juan Ramón Ayuso Ortiz- el futuro de esta fuente de energía limpia que protagoniza uno de los ejes estratégicos del 62 Congreso de Ingeniería Naval e Industria Marítima que se celebra hasta mañana en Bilbao.
En la ponencia inicial del área de Energía Eólica Marina- que por primera tiene un espacio
propio y relevante en el Congreso-, Ayuso Ortiz ha asegurado que las renovables marinas “no pueden sino crecer y tomar protagonismo y relevancia para horizontes más alejados”.
Entre todas ellas, “la eólica es una tecnología clave en la UE”, ha asegurado con contundencia.
Buena muestra de ello son las previsiones de crecimiento de hasta 60 MB en 2030, recogidas en la estrategia de la UE sobre energías renovables marinas.
Actualmente España es ya una potencia eólica global tanto en fabricación de equipos como en generación de energía, que finalizó el año pasado 2022 con 30 GW de potencia eólica
acumulada en servicio en tierra firme, manteniendo la posición a nivel mundial.
“La elevada competitividad de los agentes españoles en los mercados internacionales ha
permitido consolidar la eólica marina, en términos industriales, en diferentes sectores como el naval, siderúrgico, el de obra civil y el marítimo portuario, con capacidades tecnológicas y de ingeniería que hacen de España un referente global de la cadena de valor las instalaciones eólicas marinas con cimentación fija”, ha explicado.
Sin embargo, el camino no ha hecho más que empezar: “En España, el desarrollo del mercado eólico marino no se ha producido. Se producirá”, ha afirmado convencido. “La eólica marina es una oportunidad para España”.
Para muestra un botón: en términos de infraestructuras y de ensayos (demostradores
tecnológicos eólicos marinos) España aparece como el país de la UE con más instalaciones de experimentación en mar abierto. “Además, desarrolladas por Administraciones públicas, como el PLOCAN (Plataforma Oceánica de Canarias), el BIMEP (Biscay Marine Energy Platform) o la futura primera plataforma eólica marina experimental de Galicia en Punta Langosteira (Galicia)”, ha apuntado.
En esta misma línea de liderazgo, España representa el primer país a nivel mundial en
soluciones tecnológicas flotantes para eólica marina. “Los agentes tecnológicos españoles han convertido a España en una potencia en términos de soluciones para nuevos conceptos y desarrollos flotantes para los aerogeneradores marinos”, ha explicado. A nivel cuantitativo, según los datos de la Asociación Eólica Europea WindEurope, a principios de este 2023, de los 51 conceptos tecnológicos flotantes identificados a escala global, 15 de ellos serían objeto de desarrollo o de liderazgo por agentes españoles, además de una instalación realizada con un consorcio de colaboración con Canadá.
La Hoja de Ruta para eólica marina y las energías marinas en España identificaba a nivel
cuantitativo una horquilla de 1 a 3 GW como objetivo para el Horizonte 2030, pero para Juan Ramón Ayuso Ortiz, son especialmente relevantes los objetivos cualitativos que identifica la hoja de ruta identificada: reforzar nuestro liderazgo industrial en la cadena de valor de Europa aprovechando las sinergias con otras industrias e impulsar el desarrollo de las renovables marinas en España de una manera compatible y sostenible (ambiental y social). Además, la necesidad de que España disponga de un marco estatal adecuado para el despliegue ordenado de las energías marinas.
El responsable del IDAE ha destacado que, si bien las ratios de inversión de los parques eólicos son mayores a sus homólogos terrestres no es una desventaja, siempre que los emplazamientos tengan elevados recursos eólicos. “Para España, con una industria siderúrgica, naval y marítima tan competitiva como ya se ha demostrado, esta elevada inversión podría ser vista como una ventaja. Todo ello se traducirá en mayor actividad económica y generación de empleo para el tejido industrial, para la cadena de valor española y para los entornos locales. Incluso implica una mayor repercusión positiva para la gestión pública en términos fiscales”, ha explicado.
Durante esta primera década, los primeros proyectos eólicos marinos comerciales iniciarán una senda cuyo potencial a largo plazo dependerá de varios factores, de los cuales, para Juan Ramón Ayuso Ortiz, uno de los más importantes es la visibilidad de los beneficios económicos, especialmente para las localidades costeras.
“El adecuado despliegue de eólica marina en España requiere tener presente el enfoque de
sostenibilidad medioambiental y social. Ha de ser plenamente compatible y buscar sinergias que den respuesta a las preocupaciones y necesidades desde otros enfoques distintos al energético. Por ejemplo, emplear las plataformas para atraer más biodiversidad marina que mejoren los recursos pesqueros, potenciando acciones colaborativas con las comunidades pesqueras que visibilicen la generación de beneficios socioeconómicos en las economías costeras locales”, en palabras del responsable del IDAE.
“Las buenas prácticas de los primeros proyectos en coexistencia multisectorial en integración con la economía local permitirán ganar aliados y establecer modelos replicables”. “Un win para desarrollos futuros”, ha concluido.