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domingo, noviembre 24, 2024
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Entidades pesqueras el Cantábrico y Noroeste se oponen a los parques eólicos marinos

Dirigentes pesqueros de parte de las cofradías y organizaciones que firman el manifiesto contra los eólicos marinos se reunieron este jueves en la cofradía de Burela

Representantes de flota de pesca alertan del «daño irreversible» si se montan sin valorar su impacto en el ecosistema

Un total de 23 federaciones, asociaciones y colectivos de Asturias, Galicia, Cantabria y País Vasco han rubricado un documento en defensa del sector pesquero del cantábrico-noroeste y en contra de la instalación de parques eólicos marinos. Según afirman, su implantación es incompatible con el mantenimiento de la actividad pesquera y el mantenimiento de la biodiversidad en los ecosistemas marinos. El temor es que la pesca desaparezca y las localidades costeras se vacíen, como ha ocurrido con centenares de pueblos en España.

Los pescadores gallegos y asturianos ya habían levantado la voz contra el desarrollo de parques eólicos marinos. Su voz se suma ahora, a través de la Federación de cofradías, a la de más de una veintena de organizaciones que representan a una flota de más de 4.300 embarcaciones, y más de 12.000 pescadores que dan trabajo en tierra a más de 48.000 personas en las costas del Cantábrico y el noroeste del país. Su no rotundo al desarrollo de este tipo de instalaciones lo han puesto por escrito en el bautizado como “Manifiesto de Burela en defensa del sector pesquero del cantábrico-noroeste”.

Los pescadores explican que la costa Atlántica y del Cantábrico “no solo cuentan con una de las flotas de pesca más importantes de la Unión Europea, sino que es de las más ricas en caladeros de pesca”. Y matizan que solo en la costa asturiana y gallega hay “más de 200 caladeros catalogados y en unas condiciones inmejorables de conservación, como demuestra la gran cantidad de superficie cubierta por Espacios Marinos Protegidos” en ambas autonomías.

Los pescadores aseguran que “los proyectos de implantación de energía eólica marina en nuestras costas no son compatibles con los usos existentes, ni con la escasa plataforma continental de estas costas (…), ni con el mantenimiento de la actividad pesquera”. Añaden que los parques eólicos marinos “son también incompatibles con el mantenimiento de la biodiversidad en los ecosistemas marinos”. Y destacan los que consideran que son los “principales impactos acumulativos en el medio marino”. Uno de ellos es la contaminación acústica con “graves consecuencias para aves y mamíferos marinos, incluyendo la generación de ruido impulsivo que según los expertos pueden producir incluso su muerte”.

Otro de esos graves impactos sería “los cambios en la rapidez y dirección de las olas, así como los posibles efectos de alteración de las corrientes marinas y su afectación a los sustratos y la biodiversidad, con el consiguiente impacto en los hábitats de las especies de interés comercial para nuestra flota y la alteración de los ecosistemas”.

Los pescadores son rotundos: “No aceptamos este cambio de paradigma, que poderosos grupos de presión con anuencia en muchos casos de nuestras administraciones, pretenden imponernos, de ir hacia una industrialización del mar como fuente de energía renovable, en detrimento de la producción de alimentos sostenibles y saludables, del sector pesquero, sus familias, y las comunidades pesqueras sin que se haya hecho ninguna evaluación sensata de cómo afectan tales industrias a nuestros ecosistemas (…) El daño que se puede hacer a nuestro ecosistema es irreversible”, aseguran.

El malestar en el sector pesquero le lleva a trazar líneas rojas, y aseguran que una que “no se puede sobrepasar es la no afectación a caladeros de pesca y a la actividad pesquera”.

Evaluar antes de montar

Los pescadores, que para subsistir dependen del buen estado de los ecosistemas marinos, se muestran «muy alarmados» por el cambio climático. «A favor de la descarbonización», comparten la apuesta por energías renovables que reduzcan las emisiones de carbono, «siempre que se instalen fuera de caladeros de pesca» y cuenten con evaluaciones de impacto «a todos los niveles».

Alegan, además, que la «escasa plataforma continental» del litoral del noroeste español, el cantábrico y el atlántico, «difiere totalmente» del Mar del Norte o del Mar Báltico, donde la eólica marina ya está implantada.

«Grupos de presión»

Ellos, «principales valedores de nuestros ecosistemas», suministran desde hace siglos «proteínas de primera calidad», generando empleo y riqueza y «evitando el desempleo y el aislamiento». Porque «no se puede jugar con la naturaleza ni con el futuro de muchas familias antes de conocer sus consecuencias», se rebelan contra los «poderosos grupos de presión que, con anuencia en muchos casos de nuestras Administraciones, pretenden imponernos una industrialización del mar en detrimento de la producción de alimentos sostenibles y saludables, del sector pesquero, sus familias y de comunidades» altamente dependientes de la pesca.

«El daño puede ser irreversible», subrayan en el Manifiesto de Burela en defensa del sector pesquero del Cantábrico-Noroeste. Se remiten al informe del Parlamento Europeo sobre los aerogeneradores, que traza una línea roja cuando marca como zonas «libres de energías renovables marinas los caladeros históricos y tradicionales específicos de los pescadores locales».

Aves, mamíferos y corrientes

Por ejemplo, aseguran que el Instituto Español de Oceanografía (IEO), «desconoce la afectación» sobre la sardina, el bocarte o el jurel. Y medioambientalmente, la «contaminación acústica» de los aerogeneradores causaría «graves consecuencias para aves y mamíferos marinos, incluso la muerte», pudiendo también «alterar» corrientes marinas y oleaje, afectando así a hábitats de las especies pesqueras.

Quienes viven del mar y se proclaman «parte de la solución para paliar el cambio climático», se niegan a «ser sustituidos en nuestros mares por industrias que afecten a nuestro modo de vida y a nuestros ecosistemas, en perjuicio de toda la sociedad y para beneficio de empresas energéticas que han demostrado estar muy apartadas del interés general y del bien común».

Firmantes de la unión

Entre los firmas del escrito están las cinco federaciones gallegas de cofradías, las de Asturias, Cantabria y Vizcaya, así como OP Asturias, OPP Lugo, OPP PescaGalicia, OPP Cantabria, Armadores de Artes Fijos del Cantábrico, Armastur, Avocano, Armadores de Marín, Palangreros del Cantábrico, Armadores de Ribeira, Acerga, Avoga, Orpal, Cercoastur, Apecac, PescaGalicia y Opescaya

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