Los dos proyectos liderados desde el IIM (Vigo) corresponden al grupo Biosistemas e Ingeniería de Bioprocesos (bio2 eng), conjuntamente con el grupo de Reciclado y Valorización de Residuos (REVAL) que lidera el proyecto “Gemelos digitales para
la higienización de procesos de la industria alimentaria”. Sus investigadores principales son Míriam Rodríguez García y Xosé Antón Vázquez Álvarez. Su objetivo es el diseño de gemelos digitales, es decir, representaciones virtuales en un ordenador, de los procesos de saneamiento en la industria alimentaria para un control en línea de la seguridad alimentaria, incluso cuando se den cambios inesperados como por ejemplo en la calidad del agua o el tipo de alimento que quiere lavarse, sanearse o depurarse. Para ello se plantean una serie de desarrollos teóricos y experimentales orientados a entender las dinámicas de desinfección dentro de distintos procesos de saneamiento, y a su simulación y optimización eficiente. La metodología se validará en dos procesos representativos de la industria alimentaria: la desinfección del agua para la depuración de bivalvos y la desinfección durante el lavado de frutas y verduras. Cuenta con la participación de la depuradora de moluscos Asmecruz y Florette Ibérica, S.L.
El grupo Ecología y Recursos Marinos lidera el proyecto «Comportamiento animal y
conservación de recursos marinos en la interfaz social-espacial: el caso de los
elasmobranquios costeros» cuyo investigador principal es David Villegas Ríos. Su objetivo es estudiar la variación de comportamiento social y espacial en poblaciones salvajes de peces y explorar cómo esta información puede impulsar la conservación de las poblaciones de peces.
Se emplearán como caso de estudio los elasmobranquios costeros, uno de los grupos de
vertebrados en mayor peligro de extinción y que desempeñan funciones clave para mantener ecosistemas saludables. Además, los tiburones y las rayas tienen una rica vida social, lo que los convierte en excelentes modelos para explorar la sociabilidad en el medio natural. Mediante el seguimiento de varios individuos de varias especies modelo en múltiples escalas espaciales y temporales, se prevé proporcionar información sin precedentes sobre el grado de variación individual en el comportamiento de las poblaciones naturales de peces y su relevancia para la ecología de la conservación a varios niveles, desde interacciones sociales a pequeña escala, a estrategias de movimiento a largo plazo. Cuenta con la participación de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) y el Instituto de Investigaciones Marinas de Noruega.
También ese grupo lidera el proyecto “Impacto de la contaminación en la bioextracción de la ostra: solución basada en la naturaleza para la laguna del Mar Menor”. Tiene como investigadores principales a Juan Bellas Bereijo y Marina Albentosa
Verdú. Con este proyecto, se evaluará el impacto de la contaminación en la capacidad de
depuración de la ostra plana, una iniciativa que se plantea como una solución basada en la
naturaleza para la restauración de ecosistemas degradados y que tendrá la laguna del Mar
Menor como caso de estudio. La evaluación, tanto en laboratorio como en mar, se centrará
en conocer la capacidad de extracción de nutrientes de la ostra plana en condiciones eutróficas y el efecto de la contaminación sobre su capacidad de extracción de nutrientes y sobre su capacidad de bioacumulación de contaminantes. Cuenta con la participación de las
universidades del País Vasco y A Coruña y con la colaboración del ICM-CSIC, la Universidad
de Dalhousie (Canadá), Fisheries and Oceans, la asociación ecologista ANSE y la Native Oyster Restoration Alliance (NORA).
Los grupos “Ecología Global y Pesquerías” y “Métodos en Ecología y Evaluación de Recursos Marinos Vivos” lideran “FRom single stock assESsment to eCOystem-based fishery management”. Tiene como investigadores principales a Grazia Pennino y Santiago Cerviño López. Con el proyecto, se busca reducir la brecha existente entre los modelos tradicionales de evaluación de poblaciones de peces que se basan en cada especie de forma individualizada y los modelos basados en los ecosistemas, que tienen en cuenta los procesos físicos, biológicos y las interacciones humanas, para gestionar la pesca de manera integral. Cuenta con la participación de la Universidad de Nueva York.