A nivel mundial la pesca se ha enfrentado a diversos escenarios que resultaron inesperados debido al coronavirus. Esto ha afectado los mercados y el trabajo en general. En Argentina, agosto fue el mes de descanso para los barcos pesqueros que están dedicados a la captura de la merluza austral o del sur, luego que este recurso entrara en el periodo de veda biológica. Pero, mientras estas naves se acercaron a los puertos y aprovecharon de reabastecerse, el ritmo de faenas en alta mar se mantuvo para los otros pesqueros que trabajan en la extracción de bacalao, congrio dorado o están abocados a la pesquería en la zona cercana a la Antártica.
En la zona austral hay una docena de barcos factoría pesqueros y poco más de 700 tripulantes, muchos de los cuales están cumpliendo largos periodos de faenas en alta mar y sin tocar tierra, según publica Pesca Chubut.
Enrique Gutiérrez, gerente de Pesca Chile y director de la Federación de Industriales Pesqueros del Sur (Fipes), sostiene que, pese a la emergencia sanitaria que enfrenta el planeta con el Covid-19, toda la flota pesquera con permisos de pesca y asignaciones de cuota en la pesquería demersal sur austral está operando y las empresas han adoptado todos los protocolos sanitarios para garantizar el bienestar de sus tripulaciones, incluyendo el establecimiento de residencias sanitarias en los puertos de recaladas en caso que se requiera.
“Ha sido un año no difícil, sino que dificilísimo por muchos temas. Fundamentalmente el Covid-19 que ha sido para nosotros el que nos ha puesto listones en la operación importante para poder mantener la flota pesquera en actividad. Hemos tenido que hacer inversiones importantes en descargar los buques en zonas de pesca de modo de no llegar a puerto, con mareas muy largas y tratar de poner barreras sanitarias en puerto”, precisa el ejecutivo.
Según la misma fuente, “creo que lo hemos conseguido en realidad teniendo en cuenta la cantidad de tripulantes que operan y la cantidad de buques en la mar hemos tenido una cantidad mínima de casos positivos. Y que al final no han impedido que la flota continúe operando”, agrega Gutiérrez.
A mediados de agosto se supo de 15 tripulantes con coronavirus que llegaron a bordo del barco pesquero Unzen y otro caso en el pesquero Cisne Blanco, todos los cuales fueron desembarcados por la autoridad sanitaria y destinados a residencias sanitarias.
Gutiérrez puntualiza que sólo en su empresa calcula que llevan poco más de un millón de dólares en gastos operacionales para poder mantener los buques en la mar.
Descarga en alta mar y proyecciones
Respecto a los flujos de capturas y cómo proyecta el año, el presidente de los industriales pesqueros vaticinó que hasta ahora se prevé que la pesca será la misma al término del año con respecto al año pasado.
“No ha ido mal. Ha ido bien. Los mercados han estado duros, han estado difíciles, sobre todo el del bacalao porque China estuvo muy cerrado, en Estados Unidos también la venta a los restaurantes ha caído. Los mercados han estado muy detenidos. No España que ha estado tirando fuerte de los productos chilenos”, recalca.
Enrique Gutiérrez agrega que la captura en general será exactamente la misma. No va a cambiar en nada. Y la captura internacional en aguas de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, también será quizás superior a la del año pasado.
“Hemos usado el barco Diego Ramírez, de la flota, que es otro barco pesquero que ha hecho de barco mercante descargando a los buques de la misma compañía tanto en Georgias del Sur, en el área de la Camelar cerca de la Antártica como en el norte a la altura del grado 46. Hemos descargado directamente de los pesqueros a este barco y este ha sido el que ha venido a puerto con los productos”, explica como una de las opciones que han usado las empresas para evitar el arribo de naves a puerto.
Proyecta que la captura en general a descargar en el puerto de Punta Arenas, entre pesca cercana a la Antártica y pesca chilena debería estar rondando unas 30 mil toneladas.
El director de la Federación de Industriales Pesqueros del Sur reitera que en medio de esta emergencia sanitaria las empresas siempre están dispuestas a apoyar de la mejor forma a la autoridad de Salud y así lo han hecho en diversas reuniones online de coordinación que han tenido, como también destaca el apoyo prestado por el Sindicato de Tripulantes y de Naves Especiales.
Sin embargo, apela al sentido común de que los tripulantes que trabajan a bordo de las naves igual son seres humanos como todos y están expuestos a que puedan contagiarse y en caso que así sea deben ser desembarcados para cumplir con cuarentenas.
“Los barcos son fábricas y el interior es como cualquier casa. Ni más grande ni más chico. Entonces es como una familia. Si hay alguna persona afectada con Covid es imposible que otro de la familia (tripulación) no lo esté. Entonces evidentemente no se tienen condiciones de espacio para que el resto de la tripulación esté amparada o protegida. Siempre lo mejor es desembarcarlo y hacer la cuarentena fuera de los barcos”, sostiene.