El calor récord en el Atlántico Norte provoca la disminución del fitoplancton con lo que se demuestra que acontecimientos ponen de relieve la urgente necesidad de hacer frente al cambio climático y proteger el delicado equilibrio de los ecosistemas marinos que sustentan la vida en nuestro planeta
En 2023, las temperaturas oceánicas globales alcanzaron niveles sin precedentes, con una anomalía térmica en el Océano Atlántico Nororiental. Esto coincidió con olas de calor, sequías, inundaciones e incendios a escala mundial.
Según la NOAA, las aguas del Atlántico Norte alcanzaron los 24,9°C en julio, lo que preocupó a los expertos. Este pico, que suele alcanzarse en septiembre, fue más de 1°C más cálido que la media de los últimos 30 años.
El rápido calentamiento pone en peligro el fitoplancton, base de la cadena alimentaria marina. Esto podría afectar a las especies que dependen de estas algas microscópicas para sobrevivir. Un Atlántico Norte más cálido también podría acelerar la «atlantificación» del Océano Ártico.
Se espera que El Niño de 2023 dure hasta marzo de 2024, lo que podría provocar un verano boreal más cálido en 2024, desencadenando fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo.